Políticas
19/12/2024
Néstor Pitrola: “la centroizquierda se pliega cada día más a la agenda del FMI”
El dirigente del Partido Obrero fue entrevistado en Diario Red de España.
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Néstor Pitrola dando un discurso en el acto del Partido Obrero realizado en Parque Lezama.
A continuación, reproducimos un reportaje realizado por el periodista Alfonso Gardi al dirigente del Partido Obrero Néstor Pitrola, publicado en Diario Red de España. En la entrevista, Pitrola brindó un pantallazo sobre el panorama político internacional y nacional y dio su punto de vista sobre cuáles son las tareas de la izquierda revolucionaria en el escenario actual.
Arrancando por lo internacional. Como buen trotskista y considerando el último triunfo electoral de Donald Trump como parte del crecimiento de las nuevas derechas en el mundo; y por otro lado el contrapeso, si se puede ver así, de ciertas elecciones de América del Sur como por ejemplo en Uruguay hace poco, ¿cómo evalúas la situación mundial para la clase trabajadora?
Indudablemente el triunfo de Trump se corresponde con el auge de la ultraderecha en Europa -Georgia Meloni en Italia, Marine Le Pen en Francia, las derechas en Holanda y Austria o las formaciones filonazis en Alemania-. Forma parte de la tendencia hacia regímenes bonarpartistas de ofensiva contra la clase trabajadora para descargar sobre ella la crisis capitalista, concentrando poder para pasar por arriba de las instituciones y montar estados represivos contra las masas y contra derechos y libertades democráticas. Del acople chino-nortamericano pasamos a la Guerra comercial y de ella a la Guerra imperialista de Ucrania, al genocidio en Gaza y la escalada general en Medio Oriente del Estado Sionista, así como a una carrera armentística mundial.
Estas derechas expresan la decadencia y descomposición del orden social a escala mundial. Trump explota el retroceso relativo de la primera potencia mundial que se traduce en desindustrialización y despidos, en caída del poder adquisitivo de la población trabajadora para plantear el ataque a la inmigración y el proteccionismo engañando sobre la resurrección de EEUU (First EEUU). Su “pacifismo” es una impostura, seguirá el guerrerismo de Biden y de la OTAN fatalmente, porque la propia idea de aflojar tensiones con Rusia es para concentrar el foco de ataque hacia China, el objetivo central para completar la restauración capitalista en el gigante asiático en los términos de los monopolios imperialistas.
Wall Street “baila en la calle” como dijo el J.P.Morgan por las desregulaciones que serán el festival de la especulación para incubar nuevas crisis explosivas tras la especulación financiera y la crisis mundial de deudas astronómicas que azotan hasta los propios EEUU. Pero Trump no podrá evitar el carácter convulsivo y la tendencia a la rebelión popular que es la otra cara del crecimiento de las ultraderechas como se vio recientemente en Georgia y a su turno en los propios EEUU (2020).
La tendencia a una Tercera Guerra Mundial está presente y como toda etapa de guerras es también una etapa de revoluciones. La enorme volatilidad mundial de los gobiernos capitalistas de distintos signos en estos días es una expresión de ello -caída de la dictadura de El Assad, del gobierno de Francia, del de Corea del Sur, ahora con la ruptura de la coalición de gobierno en Alemania. Triunfos como el de Starmer en Inglaterra, el crecimiento de Francia Insumisa en Francia o en América Latina las recientes victorias de Sheinbaum y el Frente Amplio en Uruguay, muestran la volatilidad política que recorre el mundo. Para el Partido Obrero y el Frente de Izquierda la cuestión es poner en la agenda de los trabajadores la cuestión de su propio gobierno.
¿Cómo ves ese proceso en América Latina?
En América Latina predominan claramente los gobiernos de centroizquierda, si miramos, además de los mencionados en México y Uruguay, a Colombia, Chile, Brasil o Bolivia. En otros casos tenemos gobiernos nacionalistas en franca descomposición que han caído en el fraude y la represión como los de Maduro y Ortega en Venezuela y Nicaragua, como resultado de sus límites insalvables para sacar a sus naciones del atraso, la pobreza y la dependencia semicolonial. Cuba, la víctima del bloqueo imperialista por décadas, no representa salida alguna en la medida que intenta bajo el gobierno del PC una restauración capitalista a la China y ya ha tenido su propia rebelión cuando devaluó fuertemente su moneda, con presos políticos cuya liberación estamos reclamando desde el Partido Obrero.
Estrictamente, gobiernos como los de Bukele y ahora Milei están aislados políticamente. Pero sin embargo la centroizquierda se pliega cada día más a la agenda del FMI, de fuertes ajustes para sostener las usurarias y fraudulentas deudas públicas, de reformas laborales y previsionales y de entrega irrestricta de los recursos estratégicos, sin excepción, aunque sus discursos y constituciones vayan en el sentido de protección de derechos que de ninguna manera se garantizan.
Pero también en nuestra región hemos tenido las rebeliones populares de Chile contra treinta años de gobiernos diversos que agravaron la desigualdad social, de Bolivia frente al golpe, las grandes huelgas generales en Colombia, o el diciembre de 2017 que abrió la cuenta regresiva de Macri en Argentina. América Latina es un mar de empobrecimiento que nos plantea más que nunca la cuestión de los Estados Unidos Socialistas de América Latina, porque la alternativa de “socialismo o barbarie” que nos planteara Rosa Luxemburgo hierve en América Latina y en el mundo.
Sorprendiendo a propios y ajenos, hace un año de la asunción como presidente de la Argentina de Javier Milei. ¿Cómo explicas ese triunfo?
El triunfo de Milei es el resultado del fracaso de 40 años de democracia argentina, en los cuales los partidos del sistema (básicamente peronismo y radicalismo, hoy fracturados) que gobernaron no resolvieron los graves problemas sociales y económicos que heredamos de la dictadura. Se trata de una reacción por derecha del “Que se vayan todos” que fue la consigna de la rebelión popular de 2001 que acabó con el gobierno de De la Rúa y Cavallo (este último rescatado como un héroe por Milei, aunque hoy se hayan distanciado). Indudablemente esto incluye de lleno al peronismo y al kirchnerismo que gobernaron 16 de los últimos 21 años.
El fracaso del gobierno del Frente de Todos de Alberto Fernández y Cristina Kirchner fue en todo caso el último episodio de la frustración de un gobierno autoproclamado nacional y popular que sin embargo sostuvo el endeudamiento (lo aumentó) y el sometimiento al FMI de la enorme deuda macrista, las privatizaciones de los ’90 en su abrumadora mayoría y un país con la mitad de los trabajadores en la informalidad y precariedad laboral más extrema. Milei recogió votos de todas las clases sociales por la insatisfacción popular cuando la inflación del 200% anual devoraba los ingresos populares.
Que durante el gobierno del Frente de Todos los planes sociales (de 70 dólares para subsistir) escalaran a 1,3 millones de personas y que se desarrollara el movimiento piquetero como el actor combativo número uno en la clase trabajadora, expresando al sector desocupado, es una expresión del cuadro social desesperante que llevó a la derrota de Sergio Massa, un peronista nominado por Cristina Fernández de Kirchner que fuera representante del “manodura” Giuliani (ex alcalde neoyorquino) en América Latina. Con Massa se buscó un hombre fuertemente ligado a la Embajada norteamericana y hoy empleado del Fondo de Inversión Greylock. A la derecha se la combatió con derechismo, por ello triunfó Milei y su agenda.
Tengo entendido que Argentina es el país con más trotskistas en el mundo (¡y con más partidos troskos!). En términos electorales, el campo popular siempre ha reclamado la unidad de la izquierda y fue una exigencia escuchada al formar en el 2011 el Frente de Izquierda junto a todos los partidos trotskistas. ¿Por qué no logra ser una alternativa electoral de gobierno?
Bueno, que seamos el país con más trotskistas en el mundo es un orgullo para nosotros, en vistas que el estalinismo, como pronosticó Trotski, se transformó en la correa de transmisión directa de la restauración capitalista en los ex estados obreros, acompañada de una estrategia de colaboración con la burguesía en los llamados Frentes Populares en el resto del mundo. El Frente de Izquierda, con cinco diputados federales, con representaciones parlamentarias en las provincias y aún en grandes municipios históricos del peronismo como La Matanza (donde obtuvimos un 10% de los votos en 2021) es ciertamente la mayor representación de una izquierda de transformación social socialista de la región al menos.
El Frente de Izquierda formado en 2011 reunió a la izquierda, cumpliendo la demanda de “unidad de la izquierda”. Otra cosa es que se nos reclame la unidad con el peronismo o alguna de sus alas internas en lo que algunos llaman un frente antiMilei, sería el acta de defunción de toda idea de independencia política de los trabajadores de sus explotadores y con ella de la izquierda obrera y socialista misma. Nuestro desafío es ganar la base de los partidos patronales –no unirnos a ellos-, de todos, no sólo del peronismo, porque los trabajadores, defraudados y traicionados por la burocracia sindical huyen en distintas direcciones políticas.
Y en ese marco ¿por qué crees que el campo popular vota a los Milei?
Es mucho decir que “el campo popular vota a Milei”, pero sí buena parte de su base lo votó, por los motivos descriptos y muchos otros. Enorme cantidad de jóvenes precarizados y obreros y sectores medios, asqueados de la corrupción política y de retroceder en todos los planos, votaron a Milei. Pero rechazamos el planteo de Unión por la Patria (kirchnerismo) culpando a los trabajadores. Milei capturó voluntades con el discurso contra la “casta política”, planteando que haría un ajuste pero que lo pagaría la “casta”.
Hoy todos esos sectores atraviesan la dura experiencia de un ajuste criminal que, por supuesto, pagan los trabajadores tras una megadevaluación, medio millón de despidos, alquileres por las nubes, deterioro brutal de la jubilaciones (24% del ajuste total), corte de los alimentos a los comedores comunitarios (40000 en todo el país), congelamiento de 1,2 millones de planes sociales en 70 euros, ajuste contra las provincias, etc. más una dura represión al movimiento popular para sacarlo de las calles. Milei apareció como un outsider, pero logró ocultar que es un agente de lo más rancio de los grupos económicos y de las potencias imperialistas para un nuevo ciclo de deudas y saqueo nacional.
Según estadísticas y también para sorpresa de muchos, no sólo no se ve una próxima caída del gobierno de Milei, sino que muy por el contrario sigue manteniendo popularidad, ha controlado el congreso sin tener mayoría en ninguna de las cámaras, a pesar de haber hecho el ajuste más feroz de todos los tiempos y que el pueblo está cada vez más pobre, etc. ¿Cómo evalúas la situación actual de la Argentina?
Para ser objetivos digamos que el Congreso se ha dejado controlar. Milei gobierna mediante decretos de necesidad y urgencia que el Congreso no derogó teniendo la facultad para hacerlo, le ha permitido vetar leyes fundamentales que el propio Congreso votó en favor de los jubilados y las universidades públicas, le votó la ley Bases que es un compendio de leyes en una, que resume la más extrema entrega nacional extractivista (Régimen de grandes Inversiones) y el ataque a cien años de conquistas sociales y económicas de los trabajadores, incluido el derecho de huelga. Milei contó siempre con los votos necesarios del macrismo, de los radicales, de la Coalición Cívica de Elisa Carrió, del PS y de sectores del peronismo cuando no de todo el PJ (controla el 45% del Senado). En el fondo, todos siguen la agenda de la clase capitalista y parlotean oposición garantizando que Milei haga el trabajo sucio.
Milei se ha sostenido, es cierto, y la disminución de la inflación lo ayuda, aunque ha sido conseguida con el método de la recesión, pero acumula contradicciones explosivas: atraso cambiario que puede terminar en una devaluación de magnitud y está desindustrializando el tejido productivo, u$s95000 millones de aumento de la deuda pública, un cuadro social insoportable. Que Trump vaya a ser un salvavidas como él supone está por verse, porque el proteccionismo del ultraderechista norteamericano se traduce en golpes contra todos los países emergentes y más aún en la vulnerable Argentina, aunque Milei se alinee con las causas más reaccionarias del planeta como la de Netanyahu.
En 2025 serán las elecciones de medio término en Argentina, y con algunas modificaciones y arreglos en su reglamentación, entendemos que el partido de Milei tiene muchas chances de disputar e incluso ganar el congreso.¿Quién es hoy la oposición y qué pasa con ella?
Milei está alterando el régimen politico, pero va por mucho más. Acaba de convocar sesiones parlamentarias extraordinarias en el verano que comienza con dos leyes de reformas políticas y electorales que, en síntesis, son la más completa privatización de la política y la proscripción de agrupamientos emergentes como los partidos del Frente de Izquierda. No es de descartar que encare una reforma constitucional a su medida bonapartista. Pero tengamos en cuenta que en la campaña electoral prometió gobernar mediante plebiscitos a lo Mussolini y jamás volvió a hablar de ello porque teme perderlos. Gobierna con el concurso de la oposición, su fortaleza es el default de la oposición.
Y en los últimos tiempos se han visto pactos fundamentales con el kirchnerismo y con la burocracia sindical (retiro de la ley de “ficha limpia”, retiro de las reformas sindicales, nombramiento del Juez Lijo a la Corte Suprema e incluso la eventual eliminación de la ley de Primarias). Se está buscando una polarización electoral Milei-Cristina que tendremos que desafiar desde el Frente de Izquierda, porque es una trampa para los trabajadores. Hoy nuestra consigna ordenadora es “Fuera Milei” porque expresa el sentimiento de millones de trabajadores, es una consigna de lucha para sacarnos de encima un régimen incompatible con las más elementales reivindicaciones. Cualquier progreso o intervención electoral futura la asociamos al progreso de la lucha obrera y popular y no a la mera promoción de figuras de izquierda.
Saliendo de lo electoral, hay en Argentina una fuerte tradición de organización de los trabajadores, de sindicalización, de lucha. ¿Crees que la CGT y la CTA le están dando una tregua al gobierno de Milei?
Muy importante esta pregunta para nosotros porque valoramos especialmente la militancia en los sindicatos. Tregua hace que el que está en plan de lucha, pues la CGT ha entrado directamente en un pacto de gobernabilidad colaboracionista con el gobierno de Milei y nunca tuvo un plan de lucha. Cancelaron todo paro, ya no lo ocultan, lo cual ha producido cierta crisis interna, pero prima absolutamente esta conducta entre todas sus fracciones. Se trata, acá sí, de una casta, la burocracia sindical, que en medio de un infierno para los trabajadores defiende algunas prebendas. Lo hicieron con Menem, lo hicieron con Macri y lo hacen ahora –obviamente se declararon parte del Estado bajo los gobiernos peronistas últimos- Las CTAs posan de tener otra posición, pero ni ellas ni las fracciones disidentes de la CGT han creado un canal que pueda apuntar a un plan de lucha y mucho menos a una huelga general para derrotar a Milei, que es nuestro planteo.
Todos, CGT y ambas CTAs, están enredados en la interna peronista de cara a las listas de 2025/27, una política mortal para las urgentes reivindicaciones obreras que son abandonadas. Los trabajadores no han dado tregua alguna toda vez que pudieron y tuvieron un canal. El vértice de esas reacciones han sido las grandes movilizaciones en defensa de la Universidad pública, en dos oportunidades con un millón de personas movilizadas en todo el país, pero las luchas han sido múltiples en decenas de gremios, con los estudiantes que se sumaron fuertemente a los paros docentes y no docentes, con el misionerazo en Misiones que quebró incluso a la policía que acampó en las calles junto a los docentes, con los jubilados y en muchas ocasiones por parte del combativo movimiento piquetero de la mano del Frente de Lucha. El freno lo puso la burocracia sindical.
En ese marco, existe un modelo opositor al de estas centrales de trabajadores, que es el del sindicalismo combativo (que nuclea a gremios como el Ferrocarril con el Pollo Sobrero, el SUTNA con el propio PO, entre otros). Cuéntanos un poco de su organización y de cómo se está desarrollando ese espacio para enfrentar a Milei.
Con nuestra Coordinadora Sindical Clasista y sus agrupaciones clasistas en gremios de las tres centrales somos parte de una corriente más abarcativa que lucha contra las direcciones burocráticas desde distintas posiciones. Efectivamente somos impulsores del frente único para luchar por una nueva dirección clasista en los sindicatos, o sea de independencia de clase, contra la colaboración de clases de las distintas fracciones del peronismo sindical. Justamente con el Sutna, la Unión Ferroviaria Oeste, los Sutebas Combativos de la Pcia de Bs As, la AGD-UBA y Adiunt de las universidades de Buenos Aires y Tucumán respectivamente, Ademys (docentes), ATEN Neuquén Capital, Sitraic de la Construcción, minorías en Comisiones Directivas como en los sindicatos del Subte (AGTSyP) y Foetra (Telefónicos), más decenas de cuerpos de delegados gráficos, metalúrgicos, de la Alimentación, etc. y varias agrupaciones piqueteras como el Polo Obrero, el Teresa Vive, el MTR 12 de abril y otros realizamos un gran plenario en el estadio de Lanús en 2018 que originó el Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC), con un programa de lucha por la recuperación de los sindicatos, de unidad entre ocupados y desocupados, y para intervenir en las luchas y con listas independientes y unitarias contra la burocracia sindical. Seis años después, tras un recorrido diverso, hoy hay nuevos actores a convocar como la UEPC Córdoba Capital, el poderoso gremio docente cordobés, Adosac Provincial y Adosac Gallegos y otras seccionales en la provincia de Santa Cruz, nuevas seccionales de ATEN, del sindicalismo universitario, el Cedems jujeño y ADEP que acaba de ser recuperada y víctima de un fraude de Estado, o cuerpos de delegados de grandes luchas actuales como el del Hospital Garrahan, de miles de trabajadores de la salud.
Y hay que decirlo, ante la ofensiva Milei, esta política de un polo clasista nacional como el PSC requiere caracterizar el gobierno, el peronismo sindical de hoy, y definir un programa para la etapa partiendo de la base del adoptado en Lanús que incluía el no pago de la deuda, la nacionalización bajo control obrero de los recursos estratégicos y una reorganización económica bajo dirección de los trabajadores y debatida en un congreso de trabajadores. El PO combate toda adaptación de los sectores antibucráticos y o de izquierda a las distintas alas de la burocracia sindical que posan de disidentes. En el movimiento obrero, como en la política y en todo el movimiento popular, el secreto es poner en pie el más fuerte campo político sindical de independencia de clase. El ultimo 5 de diciembre marchamos en común y lo haremos el 20 de diciembre cuando se cumplen 13 años de la rebelión popular y un año de la movilización que impulsamos para desafiar el protocolo represivo de la ministra Bullrich. Basados en las múltiples luchas de 2024, un fuerte polo clasista es un desafío en 2025.
Motosierra en mano, Milei no sólo vino a recortar gastos y al propio estado si no que vino a castigar a los que luchan. Esto se ve claramente en el “protocolo antipiquete” de Bullrich, reprimiendo a jubilados, universitarios, etc. y en la persecución a los movimientos sociales, desocupados, piqueteros, que cuenta ya con 12 procesados, incluido tu compañero Eduardo Belliboni. ¿Cómo está esa situación y qué se piensa hacer para enfrentarlo?
Hubo 150 allanamientos a distintas organizaciones sociales y hasta un triunviro de la CGT está procesado por un bloqueo en el marco de un paro obrero del gremio de estaciones de servicio. Sufrimos causas penales varias por movilizaciones decenas de dirigentes de izquierda. Nuestra diputada Vanina Biasi está procesada por defender la causa palestina, antes fue sobreseído Alejandro Bodart del MST. Veinte dirigentes de izquierda estamos procesados por la movilización del 20/12/24. Un dirigente del Polo Obrero fue condenado a dos años y ocho meses de prisión en suspenso en Mendoza, la quinta provincial del país. Hay leyes represivas provinciales y el radicalismo hizo en Jujuy una reforma constitucional en este sentido.
Pero el Polo Obrero, con su dirigente Eduardo Belliboni a la cabeza en las personas de una docena de compañeras y compañeros ha sido acusado de los delitos comunes más absurdos como extorsión, coacción, defraudación, todos en concurso real que podrían sumar 15 años de prisión para cerrar la instrucción y elevar a juicio en tiempo récord (siete meses) y sin permitir las más mínimas garantías de defensa (testigos negados en su totalidad, pericias, nulidades de procedimientos irregulares, allanamientos ilegales, negación de conocimiento de pruebas, operaciones de inteligencia y seguimientos propios de una dictadura). Por ello estamos en una urgente campaña de solidaridad nacional e internacional para derrotar este pelotón de fusilamiento judicial que es la megacausa contra el Polo Obrero.
Para cerrar, una más interna. Se cumplieron seis décadas de la construcción del Partido Obrero como partido trotskista alternativo al de Nahuel Moreno. Hace cinco años tuvieron una gran ruptura. Se retiraron y formaron otro partido dos referentes históricos como son Altamira y Ramal, ¿qué balance haces hoy?
El tiempo en política importa. A cinco años vista, se aprecia que no fue una gran ruptura, sino la de un sector de compañeros que se empequeñeció al extremo para transformarse en un grupo de propaganda y no en un partido de intervención en la lucha de clases. Más allá de posiciones oportunistas como el “Fuera Macri”, cuando se discutía el voto al peronismo, y otras posiciones como el ataque al Frente de Izquierda porque Altamira perdió una elección interna, lo que entró en crisis fue la dirección personal del partido a determinado nivel de crecimiento y relevancia en la lucha de clases conseguido por el PO.
Hoy tenemos un fuerte partido militante, nacional, con penetración en las organizaciones populares, con penetración sindical y en centros de estudiantes con la UJS, con una pujante organización de la mujer (el Plenario de Trabajadoras), de Jubilados (el PTJ), con diputados nacionales, provinciales y concejales, con Romina Del Plá dirigente sindical docente y diputada cuarta firmante de la ley de aborto legal, con la mencionada Vanina Biasi diputada sindicalista, activista de la mujer y abanderada de la causa palestina, con una figura nacional emergente de la izquierda como el legislador Gabriel Solano, con una interesante intervención internacional y un método de dirección colectivo. El balance es que superamos la ruptura de su fundador en base a la gran construcción colectiva de la que él fue parte protagónica durante décadas.