Políticas

17/6/2025

Neuquén: el MPN y las elecciones de octubre

¿Al borde del knockout?

MPN.

La derrota electoral en la provincia que sufrió el MPN tras más de 60 años de gobierno, que por sus lazos comunicantes o su integración a gobiernos golpistas han sido ininterrumpidos, asestó un golpe mortal al partido provincial, que era presentado como ejemplo de una política federalista ante el centralismo porteño. Por supuesto un cuento interesado del propio MPN.

Pero esa derrota electoral no fue un rayo en cielo sereno. Estuvo precedida de un descontento creciente de la población y de un retroceso electoral, que el MPN enmascaró a través del abuso antidemocrático de colectoras de todo color con el apoyo legal de una justicia electoral adicta.

Ese retroceso se verificaba tanto a nivel de los cargos de gobernador y vice como de diputados. El MPN retrocede elección tras elección en los cargos al Poder Ejecutivo del 38,55% en el año 2007 al 18,27% en las elecciones del año 2023.

En el año 2019, como partido, perdió la elección a cargos del Poder Ejecutivo, que la ganó el peronismo, pero el candidato del MPN se impuso a partir de los votos aportados por cuatro listas colectoras que llevaron su candidato a gobernador y vice.

Lo mismo ocurre con los resultados a la Legislatura. En el año 2007 contaba con 15 diputados propios y tres le aportaban las colectoras, lo que le permitía tener quorum y mayoría propia. En el año 2011 retrocedió pero mantuvo el dominio absoluto de la Cámara con los legisladores que aportaron las colectoras. Pero va perdiendo porcentaje propio. En el año 2019, para legisladores, obtuvo como partido un 22,83% y cayó a 18,43% en el 2023 cuando pierde la gobernación a manos de una astilla de su mismo palo: el frente variopinto del actual gobernador Rolando Figueroa.

El secreto de la victoria de este último es que llevó el mecanismo de las colectoras a su máxima expresión. Un caso típico donde el estudiante supera al “maestro”: su victoria está asentada en que su candidatura fue impulsada por ocho colectoras (Desarrollo Ciudadano de la ahora caída en desgracia ex vicegobernadora Gloria Ruiz, el PRO, el Frente Social Dignidad, los mileístas de Avanzar y de Arriba, los macristas de Nuevo Compromiso Neuquino, el Partido Socialista y el Frente Grande), más el Movimiento Evita y otros movimientos sociales.

El golpe político del MPN en el 2023 estuvo matizado porque su alicaído 18,27% como tal fue el porcentaje más alto entre todos los partidos y le sacó casi 10 puntos de ventaja al 8,79% que sacó el partido que formó el actual gobernador.

Por lo tanto, el golpe a nivel de sismo que sacudió al MPN por la derrota del año 2023 y la pérdida del Poder Ejecutivo que ejerció durante más de 60 años no debía implicar un desmoronamiento al nivel del que hoy vive el partido provincial.

En segundo lugar, porque el bloque de diputados del MPN, siempre en retroceso en su cantidad, aún en la actual Legislatura sigue siendo el bloque más numeroso con 10 diputados/as.

Pero el desmoronamiento del MPN se explica porque era y es un partido que sin el manejo de la caja fiscal, se queda sin el motorizador del aparato de punteros y la administración prebendaria de los apoyos. Ahora mira al abismo ante las elecciones de octubre próximo.

¿Se presenta el MPN en octubre?

A la pérdida del manejo de la caja fiscal de la provincia se puede agregar a partir del 10 de diciembre que viene que el MPN se queda sin representación en el Congreso nacional. Sería tener un pie en el abismo de su extinción como tal.

En el Senado nacional el MPN contaba solo con la banca de Silvia Sapag, que se pasó al PJ. Y en diputados este año se pone en juego la única banca que tiene formalmente, la de Osvaldo Llancafilo, que vota asiduamente con La Libertad Avanza y lleva buenas migas con el gobernador Rolando Figueroa. O sea el MPN, aún si se presenta, puede perder hasta los vestigios de presencia en el Congreso Nacional.

Al calor de esta debacle, dos sindicalistas (uno del riñón del MPN y otro un largo aliado del partido provincial) lanzaron en su momento la idea de constituir sus propios partidos políticos.

Uno es Carlos Quintriqueo, secretario general de ATE y la CTA, quien se postula para senador por su partido “Más por Neuquén”. Que no por casualidad tiene las siglas MPN. Quintriqueo viene de compartir el palco durante la campaña de Sergio Massa en el 2023. Es un kirchnerista declarado. Y se reúne con el sector Azul del MPN, caracterizado como los mariscales de la derrota a manos de Figueroa.

El otro, el actual secretario general de los petroleros, Marcelo Rucci, ha lanzado su partido “Fuerza Neuquina y Federal”, reivindicando una fuerza “autónoma” del poder central, criticando al MPN porque “perdió la identidad”.

Rucci dice que “ningún miembro de la Comisión Directiva del sindicato ocupará cargos”, o sea su partido queda abierto al alquiler de candidaturas. Alguna silla podría ser para el MPN o la versión variopinta del gobernador Figueroa (al cual Rucci dice que adhiere a título personal).

Si fueran ciertos los rumores de que el MPN no se presentaría como tal en octubre, las postulaciones en alquiler le sobrarán a una fuerza política que aún aglutina decenas de miles de afiliadas/os.

En Neuquén no sobran cargos en juego, ni en diputados nacionales ni en senadores. En octubre se eligen solo tres diputaciones. Sin grandes diferencias entre los tres partidos más votados, se podrían quedar con una diputación cada uno. A grandes rasgos sería una para los “facholibertarios”, otra para el partido del gobernador y la tercera podría quedar en manos de alguna sigla alquilada. Allí el MPN podría poner sus fichas. Como MPN, no tiene candidaturas de peso (salvo el actual intendente de la Capital, Mariano Gaido, que ha tejido un pacto de conveniencia con el gobernador, por ahora), ni hay actividad partidaria que aliente una participación electoral más o menos exitosa. Si tal fuera el caso, sería un sendero hacia la extinción.

Sea cual fuere la variante que ocurra, lo cierto es que la política que produjo el declive y estrepitoso fracaso del MPN con la bancarrota acelerada de los últimos años no será abandonada por quienes se postulan a sucederlo. Todo lo contrario, todos ellos repiten a coro lo que el UNE intentó hace 25 años atrás y fracasó más rápido que el propio MPN: “volver al federalismo de los orígenes, a la identidad neuquina”, como si 60 años de historia hubieran pasado en vano, y seguir gobernando para los capitalistas.

Y porque además los del “federalismo” de los orígenes es un cuento chino. Sobran las pruebas.
Hay que poner en pie en Neuquén y todo el país, una fuerza política de masas con un planteo de independencia política de los gobiernos, sean nacionales o provinciales, y de la oposición patronal. Hay que construir el partido de la clase obrera con los métodos y la experiencia de la propia clase obrera. Es un momento histórico difícil, pero la burguesía no nos va a regalar algo, lo vamos a conquistar a fuerza de militancia y un programa de clase.

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