Políticas
30/12/2024
Neuquén: la masacre social del primer año de gobierno de Rolando Figueroa
El oficialismo se confiesa.
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Una política antiobrera que beneficia a los capitalistas.
En estos días, la Secretaría de Prensa y Difusión del gobierno provincial ha emitido un comunicado que realiza un balance de su primer año de gestión. Si bien se pretende presentarlo como un autoelogio, termina siendo un reconocimiento de que llevamos doce meses de un gobierno que aplica la motosierra contra las y los trabajadores y los sectores populares.
La afirmación central del texto es que “contrariamente a lo que puede llegar a creerse, el ahorro tuvo y tiene (en términos relativos) un desempeño tan o más preponderante que el petróleo y el gas”. Se refiere al “ahorro fiscal” que se dimensiona en “un billón de pesos” o “1.000 millones de dólares a lo largo del año”. Nada menos.
Y hasta define el objetivo alcanzado con ese “ahorro fiscal”: “nos permitió posicionarnos mejor ante los organismos internacionales para peticionar y lograr las financiaciones que recibirá la provincia a lo largo del 2025, dado que la provincia se ha posicionado como un deudor confiable, solvente”.
Se ejecutó durante estos doce meses una masacre social paralizando la obra pública, liquidando la ayuda social (planes, merenderos, comedores), los salarios estatales, etc. para ser más confiables ante la banca acreedora de la cuantiosa deuda fiscal dolarizada a tasas usurarias.
A confesión de parte, relevo de pruebas. No obstante, vamos a las pruebas. Porque la masacre social se refleja en datos oficiales que son irreprochables. Creció la pobreza y la indigencia. Creció el desempleo y la subocupación. El segundo semestre de 2023 registró en Neuquén un nivel de pobreza de 30,8% y un 7,6% de indigencia. El primer semestre de 2024 cerró con una pobreza del 40,4% y la indigencia subió a 11,6%.
En tanto, la desocupación creció de un 3,6% a fines del 2023 a un 5,8% para el tercer trimestre de este año. Y la subocupación saltó del 4,3% al 8,4% en igual período.
A estas graves consecuencias sociales hemos llegado. El gobierno, en cambio, habla de “ahorro como consecuencia directa del plan de austeridad”.
Figueroa, un licuador serial
Para el gobierno de Neuquén es un escollo que “la cotización del dólar se encuentre prácticamente planchada”. Es más, añora cuando en diciembre de 2023 “el tipo de cambio oficial pasó de $ 400 a $ 823” y se apena de que esa devaluación “se viera licuada a lo largo del año”.
No obstante, es también objetivo e irrefutable que, con semejante devaluación, en las negociaciones salariales con los sindicatos estatales al inicio de este año el gobierno dejara fuera de la fórmula de actualización nada menos que el IPC de enero, que fue del 24,5%. O sea que antes de que el efecto devaluatorio se licuara para la patronal “a lo largo del año”, esta nos licuó los salarios profundamente desde su inicio con la complicidad activa de las burocracias sindicales.
Figueroa, un devaluador
El comunicado oficial reclama la devaluación por una razón muy concreta: “el atraso cambiario hace que el incremento de los ingresos por regalías dependa únicamente de la producción… lo que básicamente hace esa ecuación es que las regalías no rindan como deberían rendir de acuerdo a las producciones récords. La clave es, por supuesto, la cotización del dólar que se encuentra prácticamente planchada”.
Consciente de que paga salarios y la mayor cantidad de insumos y proveedores en pesos, el gobierno reclama la devaluación para que ingresen más regalías (que se deberían pagar, al menos, según el precio en dólares del barril Brent y el precio del millón de BTU de gas).
Como un gobierno lacayo de las empresas hidrocarburíferas, podría aumentar los impuestos, tasas y otras yerbas (como hace con el consumo popular), pero hace exactamente lo contrario. Le garantiza estabilidad fiscal a las empresas. Prefiere reclamar la devaluación a tono con gran parte del gran capital nacional.
La persecución penal a piqueteros y los intermediarios del poder
Tal como gusta decir a Milei y Bullrich, en su balance el gobierno se jacta de “haber corrido del medio a quienes oficiaban de intermediarios entre la ayuda social y los sectores vulnerables de la población… Ese fue uno de los problemas que logró resolver el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, que conduce Lucas Castelli. Las irregularidades que se cortaron a partir del cambio de gobierno dieron motivo a una causa judicial que encabeza el fiscal Pablo Vignaroli y que tiene bajo la lupa a dirigentes políticos y de organizaciones sociales”. Esta frase es tan larga como debería crecerle la nariz al gobierno.
Porque lo que él llama “intermediarios” son las organizaciones piqueteras, que tuvieron todo un año de lucha y movilización contra el corte de la ayuda social a comedores y merenderos, y para que se cumplan los acuerdos de puestos de trabajo en obras menores que el gobierno incumple rigurosamente. Pero no deja desperdicio el hecho que sea el propio gobierno el que se autodefina como “motivador” de las causas amañadas y truchas impulsadas por el fiscal Vignaroli. Uno que actúa por cuenta y orden. Pero que cuenta con la complicidad de los diputados figueroístas y del MPN para no tener que responder, si como él dice hay que auditar todos los Aportes No Reintegrables que el Poder Ejecutivo otorga, investiga aquellos destinados a empresas estatales y privadas, la Fundación del Banco Provincia, etc., que no reúnen la condición de “vulnerables”.
Pero resulta que el ministro macrista de Trabajo y Desarrollo Social, Lucas Castelli, ha desarrollado sus propios intermediarios. Administra el plan “Emplea Neuquén,” que consiste en “convertir los programas sociales que recibían 25.000 personas, en un Incentivo de Apoyo a la Empleabilidad”, lo que se realiza mediante convenios con “la empresa Sherwin Williams, el Instituto Panamericano de Estudios Superiores, la Universidad Nacional del Comahue, la Asociación Alma Comahue y el Sindicato Smata”, entre otros como Pan American Energy, etc.
Estos sí que son intermediarios parasitarios, no las organizaciones piqueteras a las que se persigue sin cuartel.
Transparencia
El comunicado oficial, sin pudor, afirma que “la diferencia la hicieron la transparencia en las cuentas públicas y el cuidado extremo de los recursos del Estado”. Sin embargo, en la Legislatura dominada por los “transparentes” no se da curso al pedido de informes presentado por nuestra compañera, la diputada Gabriela Suppicich, para que el “transparente” Poder Ejecutivo diga si los ministros y/o funcionarios que ocupan dos cargos cobran por ambos lugares. Tal el caso del ministro de Seguridad y síndico del Banco Provincia, o del actual Jefe de Gabinete que tiene un cargo en Fiduciaria Neuquina. Lo mismo pasa con la ministra de Educación o el de Salud, entre otras/os.
O por qué se premió al nada “transparente” exgobernador Omar Gutiérrez con un cargo en el directorio de YPF S.A. con un sueldo de varios miles de dólares.
Se trata de “cuentas públicas” y de “recursos del Estado” que no se transparentan.
A modo de conclusión
El “ahorro fiscal” del gobierno es incompatible con el trabajo ni siquiera precario, la baja de la pobreza, salarios que cubran las necesidades elementales, las obras (solo se harán algunas el año entrante como parte del corte de cintas de campaña electoral), etc.
El aumento de producción y de exportación de hidrocarburos es incompatible con una mejor calidad de vida de las barriadas o de un aumento de las condiciones de seguridad e higiene en los yacimientos.
Todo se reduce al saqueo de recursos y a garantizar “honrar” la deuda usuraria con los fondos buitres.
Este régimen merece que lo perezcamos (si el término vale).

