Políticas

14/7/2023

Neuquén: qué hay detrás del “boom” en la construcción

El gobierno oculta que en el sector priman el trabajo precario y la superexplotación.

Construcción.

La intoxicación con monóxido de carbono de varios obreros de la construcción, que compartían una casilla precaria y se calefaccionaban con un brasero, ha sacado a la luz una trama nefasta en un sector (el de la construcción) del cual el gobierno se jacta de haber reactivado a niveles récord.

Las noticias sobre personas intoxicadas e incluso muertes son episodios casi constantes cuando el clima invernal baja las temperaturas a varios grados bajo cero. Pero en este caso quedan al desnudo otros aspectos que están siendo silenciados por el oficialismo y también por los grandes medios.

Un informe del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric) afirmó en marzo que había 15.300 obreros de la construcción en la provincia, lo que equivale al 12,52% del total de empleo privado provincial. Por eso el gobierno habla de un “boom” en la actividad de la construcción.

Sin duda que, medido en la cantidad de metros cuadrados construidos o en términos de despachos de cemento, se puede entender el exitismo oficial. Pero cuando se examinan las condiciones laborales, los salarios y la calidad de vida de los obreros del sector, la caracterización de “boom” es, al menos, ofensiva.

Hace apenas un año atrás, el propio subsecretario de Trabajo de la provincia, Ernesto Seguel, decía que en Neuquén “un 25% de la mano de obra en el rubro de la construcción está en negro”. Como para el gobernador, Omar Gutiérrez, hace dos años que el rubro crece en mano de obra, está claro que una gran parte del crecimiento fue sobre la base del trabajo no registrado o precario.

Otra cuestión que saca a la luz la intoxicación de varios obreros es que la casilla ultraprecaria que compartían funciona como una especie de gamela de alguna empresa constructora. Tesis que se fortalece con el dato de que varios de los intoxicados (que viven hacinados y sin los servicios básicos) son de Tucumán, lugar donde las empresas suelen recurrir para conseguir trabajadores desempleados, a los cuales les prometen espejitos de colores para que viajen. Luego, aquí, en Neuquén, se encuentran con esta realidad.

Un proceso similar a este se registra en la zona rural, con los peones de chacras, viñedos y de otros rubros.

Por último, se estuvo al borde de otro múltiple crimen laboral, ya que en la capital de la especulación inmobiliaria, de los barrios cerrados y los countries que no pagan impuestos ni tasas, las barriadas carecen de las redes de gas, y el recurso del brasero es el único para poder, siquiera, atemperar un mínimo las temperaturas invernales.

Esto, en la provincia donde hace menos de una semana se inauguró un nuevo “medio” gasoducto, que permitiría exportar más gas del que falta en los hogares de las familias obreras.

Al contrario de Omar Gutiérrez, que opina que “la construcción se ha convertido en una revolución sustentable y sostenible”, desde la izquierda que se planta decimos: “La revolución sustentable y sostenible es la que construiremos con esos obreros que hoy exponen sus vidas en sus puestos de trabajo”.

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