Políticas
26/12/2024
Ni el RIGI garantiza quebrar la huelga de inversiones
El gran capital exige mayores prebendas y salir del cepo.
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Luis Caputo.
La aprobación del RIGI (Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones), presentado como la panacea que permitiría una lluvia de inversiones de capitalistas “emprendedores” y “pujantes”, no está mostrando, hasta el momento, que haya desatado una furia inversora, ni siquiera en aquellos sectores que, producto de la política económica en curso, se presentan como los más rentables.
Según un tuit del ministro de Economía, Luis Caputo, se acaba de aprobar el primer proyecto RIGI.
Se trata de una inversión de YPF S.A. por 211 millones de dólares para instalar un parque fotovoltaico en Mendoza. Agregó el ministro, para inflar un poco los resultados del RIGI, “hay otros 6 proyectos en evaluación y varios más cerca de ser presentados”.
Dada la amplitud de los sectores que pueden adherir a un régimen que otorga importantes ventajas tributarias, aduaneras y cambiarias para invertir, no es mucha la cosecha que anuncia el ministro Luis Caputo. Los rubros comprendidos dentro del RIGI como forestoindustria, turismo, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía y el rubro de petróleo y gas, conforman un tercio del PBI del país.
Para el garabateo económico del gobierno, la reglamentación del RIGI en agosto pasado a través del Decreto 749/2024, era un punto de partida fundamental. Dicho Decreto fue definido por el diario La Nación (24/8/2024) como “el pistoletazo de largada para muchas empresas que aguardaban su letra fina para concretar, bajo ese paraguas de beneficios, proyectos que en su totalidad podrían significar desembolsos por U$S 90.000 millones”.
Cuatro meses después de la “letra fina”, el ministro festeja una sociedad anónima con mayoría estatal (YPF S.A.) como el primer proyecto aprobado que implica un 0,23% del monto entusiasta que fijó La Nación. Como diría el Martín Fierro “parece que sin largar, se cansaron en partidas”. Aún suponiendo que se aprueben los otros seis proyectos que, según el ministro Caputo, “están en evaluación”, tal vez se alcance un monto mayor, pero muy lejos aún de un ritmo que mueva la aguja para revertir la huelga de inversiones.
Las trabas
Hay dos limitantes muy importantes para revertir la tendencia al retaceo de inversiones. Por un lado es generalizado el reclamo del gran capital para eliminar el cepo. A la cabeza de ese reclamo se encuentra nada menos que Techint, que no solo ha copado lugares claves como la presidencia de YPF S.A. y algunos ministerios y secretarías, sino que ha dado una especie de golpe de mano dentro de la estructura de la UIA, en función de dar tiempo aún al gobierno de Milei. Se balancea si tendrá éxito en su ofensiva contra las conquistas laborales.
Pero el CEO de Techint ha sido claro, en reiteradas oportunidades ha pedido el fin del cepo. Lo acaba de reiterar en una reunión con las PYMEs proveedoras de su empresa, donde reclamó “la eliminación de la restricción cambiaria”. También reclama contra la apertura de mercados y la desprotección del rubro aceros respecto a la competencia de China.
Otro importante dirigente de Techint, nada menos que el CEO de Tecpetrol, Ricardo Markous, ha dicho en relación al sector estrella al que está dedicado el RIGI (minería e hidrocarburos), que hay una “borrachera energética”. (LPO,25/12/2024). Dicha “borrachera” consiste en que, según el CEO, para que Argentina llegue al proclamado objetivo de exportar hacia el año 2030 unos U$S 30.000 millones por hidrocarburos y U$S 20.000 millones por minería, debe existir previamente una inversión de unos “U$S 19.000 millones por año” desde ahora hasta esa fecha. Hasta ahora el RIGI no presenta un ritmo que permita llegar a la cifra estimada por el CEO Ricardo Markous.
Otra limitante que existe es la falta de infraestructura de transporte energético para abastecer el consumo necesario para grandes proyectos extractivos. Desde líneas de super alta tensión (500 Kv) hasta ductos.
Obras que el gobierno desiste de financiar desde el Estado, y que los capitalistas son reacios a hacerse cargo. Con alguna excepción que habrá que ver como termina como el Oloeoducto Vaca Muerta Sur. Este proyecto involucra unos U$S 3.000 millones para los próximos años y pidió ingresar al RIGI a mediados del mes pasado, por lo que, si no hay solicitudes de nueva información, los primeros días de enero deberían existir novedades sobre su aprobación o rechazo.
Respecto a otras obras claves, se aprecia que esta trabada la terminación del gasoducto ex Néstor Kirchner (del cual se construyó solo la mitad), como también la del gasoducto que garantice materia prima para cualquier desarrollo de GNL. Incluso no está asegurada la provisión de energía eléctrica para los picos de consumo que puedan existir este verano o de gas el próximo invierno. Con lo cual, la “fábrica de dólares” que alimente las alicaídas reservas de divisas está cuestionada y por ahora el gobierno seguirá dependiendo de la voluntad saqueadora del FMI más lo que el presidente Milei logre en la negociación con China por el swap cuando visite ese país el próximo enero. Es decir, todas variantes donde el gobierno nacional es un cuatro de copas. Siempre y cuando el verano transcurra sin grandes sobresaltos. ¡Es el capitalismo, estúpido!