Políticas
6/11/2025
Chubut
No al desalojo de la comunidad Sacamata Liempichun
Entrevista a Yamila Liempichun, de la comunidad Tehuelche Sacamata Liempichun.
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Comunidad Tehuelche Sacamata Liempichun.
La avanzada de los gobiernos sobre las comunidades se da a lo largo y ancho del país y bajo distintas formas: persecución judicial, mediática, gubernamental, reformas de leyes, represión, etc. Detrás, los diferentes intereses capitalistas sobre los territorios y la necesidad de los gobiernos de fomentar el racismo para intentar dividir a la población trabajadora.
Como parte del apoyo a la resistencia de las comunidades, desde Prensa Obrera realizamos una entrevista a Yamila Liempichun, de la comunidad Tehuelche Sacamata Liempichun, ubicada en el actual territorio de Chubut.
1. ¿Cómo es tu nombre y a qué comunidad perteneces?
Mi nombre es Yamila Liempichun, pertenezco a la comunidad Tehuelche Sacamata-Liempichun del paraje Payaniyeo, mejor conocido como Yasayke, y estamos a 15km de la localidad de Alto Río Senguer, al sudeste de la provincia del Chubut.
2. ¿Cómo fue el proceso y la importancia de la recuperación territorial y cuáles son las dificultades que están enfrentando?
Nosotros somos descendientes del lonco Teutrif Liempichun y de su hermano Juan Sacamata. Dos hermanos que se dispersaban desde los valles de Tecka (Chubut) hasta el Cañadón del Río Pinturas (Sta. Cruz) y, tras la avanzada de lo que fue la colonización, ellos ya frecuentaban la ruta de Yasayke -así le llamaban los antiguos Kewkko- y deciden quedarse en la parte de Payaniyeo donde estamos ahora.
En el año 1925 al lonco Juan Sacamata, bajo decreto nacional, se le otorgan 10.000 hectáreas con el fin de crear una reserva (así le llamaban en ese entonces) para que pueda hacer su vida junto a la familia, Sacamata-Liempichun.
Tras la llegada de comerciantes y estancieros a la zona, el lonco Sacamata fue desalojado y toda la gente prácticamente corrida del territorio.
En el año 1989 acá en la provincia se conforma la Comisión del Aborigen. Esa comisión justamente se dedicaba a elevar informes y a recorrer la provincia, donde había comunidades. Y se encuentran con que vienen al territorio y no había ningún Liempichun ni un Sacamata. Había terratenientes.
Es por eso que la provincia del Chubut dictamina una medida de no innovar en los territorios y de echar atrás todo tipo de venta que se haya efectuado. Ese dictamen estuvo vigente hasta el año 1995. La municipalidad del Alto Río Senguer nunca cumplió con ese dictamen, y el terrateniente Nesib Alí hace mensura sobre el territorio.
La última resistencia la hace mi bisabuela Cristina con mi abuela Juana, en el año 1976. Ellas estaban en el territorio, donde nació mi papá también. Las últimas 365 hectáreas de las 10.000 que le habían dado a la familia, es de donde ahora nos quieren desalojar. Nosotros tomamos el reclamo. Mi abuela fue despojada por un grupo de terratenientes, los hermanos Alí. En realidad uno solo, que era Nesib Mohamed Alí, sacó a mis abuelas con chicos y un hombre discapacitado de la peor forma.
Un familiar que era un criado, no era hijo de Cristina Liempichun, fue quien cambió el campo por dos damajuanas de vino y un saco gamulán de la época. Esa venta, mi bisabuela se rehusó a firmarla. Se niegan a firmar y supuestamente en esa venta de territorio firma una persona en lugar de ellos. Un vecino.
Ya para el año 1976 dentro de nuestra provincia existían leyes que decían que mientras una parte de los vendedores sea aborigen, las ventas no se debían llevar a cabo. Se violó ahí el derecho y a partir de ahí fue cuando mi papá comienza a reclamar el territorio. Mi viejo desde el año que en se vendió, hasta los 90 estuvo haciendo sus reclamos.
La municipalidad ignora todo tipo de reclamo organizado por la familia. Le da luz verde a este terrateniente para que haga la mensura y nosotros al no tener respuesta a todos los reclamos que vino haciendo la familia durante años, nos volvimos a conformar como comunidad en el año 2010 y hacer el proceso de recuperación territorial pública y pacífica.
Cuando nosotros ingresamos al territorio, los terratenientes nos inician una demanda por usurpación, que luego cae porque son territorios fiscales.
3. ¿Cuál sería la solución y quiénes son los responsables?
La solución que podríamos darle es que el juez o los jueces no pueden desoír el derecho indígena.
Tenemos derechos. Tanto en la Constitución provincial como en la nacional y en tratados internacionales que justamente protegen y resguardan los territorios y a las comunidades completas.
Nosotros, tanto la defensa pública de Comodoro Rivadavia como la abogada defensores de comunidad, hicieron sus distintas presentaciones y estamos a la espera de una resolución jurídica que pueda poner un freno a esta sentencia tan arrasante que tenemos sobre nosotros.
4. ¿Cómo sigue la lucha y de qué forma se puede apoyarlos?
La lucha sigue. Yo como responsable legal de mi comunidad sigo firmemente con la idea de nuevamente -a pesar de que ya hayan habido reclamos que inició mi familia, tanto mi padre como mis hermanos-vuelvo a hacer mi reclamo ante la municipalidad de Alto Río Senguer, ya que somos pertenecientes al ejido, y ya que son ellos los que tienen que hacer una reparación histórica a la familia, porque esta familia es la que le da renombre a la localidad por los caballos Gato y Mancha, que son los caballos que salieron del territorio de mi bisabuelo (justamente del territorio que pretende ser desalojado), e hicieron el raid más grande del mundo uniendo mi comunidad con la estancia El Cardal, y la estancia El Cardal con Nueva York en el año 1919.
Es la municipalidad la que tiene una deuda histórica, porque fue la municipalidad en otros años quien también fue cómplice del arrebato de territorio y el despojo de muchísimas familias Sacamata-Liempichun.
Una de las formas de apoyar la lucha es haciendo visible nuestra causa. Porque una vez más somos víctimas. Víctimas de este atropello. Víctimas de ser mal defendidos por un abogado del 2011 al 2018. Víctimas de una justicia que vulneró todos nuestros derechos, que nos tomó como si fuéramos intrusos, y no como personas de derechos.
Y una de las formas que estamos logrando, es que nuestras voces sea escuchada, sea visibilizada. Una vez más me decimos a la municipalidad de Alto Río Senguer, y que se entere el mundo si es necesario, que son ellos los encargados de dar una respuesta. La justicia no dice nada acerca de la municipalidad, no los obliga a ellos a responderle a los terratenientes, sino que ellos dicen que se debe iniciar el reclamo.
Los jueces de cámara dicen que lo que se debe hacer es volver a iniciar el reclamo. Reclamo que justamente hice yo. Así que una de las formas en que todos pueden colaborar hasta el momento, es visibilizando la causa.
Una de las cosas que quiero recalcar es que más allá de tener nuestros espacios ceremoniales dentro del territorio, tener nuestros usos y costumbres, está la presencia de mi sobrina que es menor de edad. Una niña como tantos otros de la comunidad que se criaron en el territorio.
Ella vive ahí, está ahí, su casita está ahí, y todas las pertenencias de los niños de comunidad, desde la ancestralidad, de cuando vivieron al mundo, ahí en el territorio están sus placentas, sus cordones umbilicales y la relación de los niños de la comunidad con el territorio no debe ser cortada.
Ahí está mi sobrina, mi hermano, mi cuñado... Está parte de mi familia ahí. Y también descansan los restos de mi hermano. Un hermano que falleció en el 2015 y pidió ser sepultado en el territorio.
De parte de los terratenientes en el pueblo se han escuchado amenazas, como decir que van a vender el campo con nosotros adentro. O que a mí hermano que se llamaba Elvio Liempichun, más de una vez han amenazado con que lo van a desenterrar y lo van a dejar ahí en el callejón del campo.
Quiero resaltar eso, que en el territorio actualmente vive una niña, que ahí están sus cosas, están la vida de mi sobrinita está ahí muy arraigada



