Políticas
4/8/2025
Nuevo ordenamiento territorial en La Plata
Un engañoso plan para continuar con la especulación inmobiliaria.

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La Plata.
Desde su asunción en el año 2023, el gobierno del peronista Julio Alak en la Ciudad de La Plata impulsa un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial. El creador de este nuevo marco de ideas e instrumentos para la gestión de la ciudad es el arquitecto Sergio Resa, actual secretario de obras, planificación y servicios públicos, y primer candidato a concejal para las próximas elecciones del 7 de Septiembre.
En los últimos meses, él mismo difundió el plan con charlas en la UNLP y en el Colegio de Arquitectos, ambos organismos integrantes del Cout, el consejo consultivo que se creó para asesorar sobre su desarrollo e implementación.
El plan es presentado como una luz al final de un largo túnel de oscuridad en la planificación de la ciudad, llegado para resolver el crecimiento periférico expansivo, difuso e insostenible, basado en el redituable negocio de la compra de tierra rural para su posterior loteo y venta, en barrios cerrados, condominios u otras formas similares.
Es por ello que destaca la implementación de la ordenanza 12.638, votada por unanimidad en el Concejo Deliberante que, además de establecer las definiciones generales del plan y del modelo territorial y urbano pretendido, puso en marcha un programa de regularización administrativa de 435 loteos ilegales e irregulares, donde al menos la mitad, aprobados por la gestión de Garro (PRO+UCR), serían derogados y resguardados como áreas de reserva evitando su construcción. Esto recién se confirmará con la segunda parte del plan que contempla la reforma del código de ordenamiento urbano que formularía zonas de usos, densidades y alturas, y estaría contenida en una nueva ordenanza a tratarse en el mes de octubre.
Con este accionar, el peronismo busca colocarse como el afectador de intereses privados, para garantizar un “bien común” a través del uso de la fuerza del Estado, en oposición a su antecesor derechista, pero esto es sumamente engañoso.
En primer lugar porque el peronismo fue el principal impulsor de este modelo de ciudad bajo la gestión del inundador Bruera, con el aún vigente Código de Ordenamiento Urbano del año 2010, quien tiene aun causas judiciales por negocios ilegales con loteos.
Y segundo porque pretende resolver el problema de la expansión urbana mediante una medida estrictamente fiscalizadora de la periferia, cuando el origen del problema es el proceso económico especulativo de suba de los precios por el cual se ha vuelto imposible comprar o alquilar una vivienda para los trabajadores dentro del casco urbano, y tienen que recurrir a comprar, alquilar o en el peor de los casos, ocupar periferias cada vez más lejanas de la ciudad.
El nuevo plan de ordenamiento urbano no tiene una sola herramienta para combatir esta dinámica centrífuga, por el contrario, impulsa una remodelación integral de plazas y parques, que no solo echó a los trabajadores feriantes agravando su situación de pobreza, sino que elevará aún más el costo del suelo y de acceso a bienes y servicios en el centro platense.
Esto, combinado con el aumento de tasas municipales del 30% para el 2025 y el creciente impuesto inmobiliario de Kicillof, impulsará aún más el éxodo de familias propietarias que ya no podrán sostener sus casas en el centro y se mudarán a la periferia o se transformaran en inquilinos. Un combo que solo beneficia al capital inmobiliario (Dacal, building, Yacoub, etc.), los mismos que dieron forma al COU y que vienen construyendo (destruyendo) la ciudad hace dos décadas, y que son los responsables de establecer este nivel de precios especulativos de las propiedades.
Ellos comprarán las casas de los bordes de las plazas, las tirarán (aunque sean patrimoniales) y harán enormes torres. Donde antes tenías familias trabajadores propietarias de su casa, ahora tendremos trabajadores inquilinos que puedan pagar los altos costos que imponen estos sectores, en el mejor de los casos, o departamentos vacíos, solo como una reserva de valor.
Un plan serio de ordenamiento debe revertir esta dinámica, partiendo de un impuesto a las más de 40 mil viviendas vacías dentro del casco, para condicionar la especulación de sus propietarios (en muchos casos grandes tenedores que inflan los precios) y empujarlos a que las alquilen o vendan. Esta medida sencilla posibilita que un sector importante pueda acceder mediante el mercado privado de vivienda a solucionar su déficit, limitaría el abandono y volvería a dinamizar áreas degradadas.
Sumado a esto, hay que abolir el impuesto a la vivienda única en la ciudad, que han logrado tener las familias trabajadoras con tanto esfuerzo, para impulsar su permanencia en el centro y apuntar las obras necesarias a una conservación del tejido histórico de la ciudad, limitando indicadores de densidad y ocupación. A su vez hay que concentrar en un banco de tierras los grandes vacíos urbanos, sean fiscales o privados, para que sean reservados para la construcción de conjuntos de viviendas populares de alta densidad. Por último, hay que urbanizar y consolidar de manera inmediata los barrios populares ya existentes que tengan condiciones ambientales aceptables, con dotación de infraestructura y equipamiento integral. Para ellos hay que terminar con la concesión a los privados que desinvierten y aplican tarifazos continuos para maximizar sus ganancias, como en el caso del transporte o la basura, proponiendo un sistema integrado y gratuito intermodal en la ciudad, gestionado por sus trabajadores y controlado por los usuarios. Así mismo dotar de escuelas y salitas de salud.
En síntesis, un nuevo plan de ordenamiento urbano, puesto bajo control de los trabajadores y las múltiples asambleas de vecinos que existen para garantizar un control popular, y que tengan poder de veto antes cualquier medida que entiendan inadecuada.
Necesitamos una ciudad para los trabajadores y no para los especuladores. Un programa que solo levanta el Frente de Izquierda Unidad, y que pelea actualmente por ingresar al Concejo Deliberante de nuestra ciudad. Este 7 de septiembre peguemos con la izquierda a la especulación inmobiliaria y sus gobiernos.
