Políticas
30/3/2021
Inundaciones
Otra vez, Dolores bajo el agua
A casi tres meses de la inundación de la ciudad, nuevamente anegada.
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Otra vez, la lluvia pone al descubierto la desidia de los gobiernos. La ciudad bonaerense de Dolores no tiene obra hídrica, una problemática que atraviesa a toda la provincia pero que es responsabilidad también de la Municipalidad.
Como lo expusimos en una nota de Prensa Obrera el 8 de enero, tras la grave inundación que sufrió el distrito, las consecuencias devastadoras de los temporales provienen del ajuste en infraestructura, y en particular en obras de desagüe como corresponde. Nuevamente fueron afectados comedores populares de la ciudad, como el reconocido Merendero Caacupé que trabaja denodadamente por las familias más empobrecidas, así como barrios de familias trabajadoras que resultan siempre las más damnificadas (el Embarcadero, zona de la Rural, Autoconstrucción).
Los sucesivos gobiernos de los distintos niveles actúan condenan las condiciones de vida de la población. Por parte de la provincia, Kicillof continúa con el abandono de sus antecesores, una política que se agrava al calor de la presión de los acreedores de la deuda externa que están desplumando al gobierno provincial en la reenegociación.
Pero también hay que señalar el amparo estatal a los negociados privados, sin contemplar los efectos que ello tiene sobre los habitantes. Como resultado de la construcción del complejo turístico en las termas, promovido por el intendente Camilo Etchevarren (Juntos por el Cambio), se obstruyó un desagüe clave donde desembocaba parte del agua de las lluvias formando un cauce natural, lo que provoca inundaciones en la zona urbana y afecta también zonas aledañas -entre ellas una quinta con animales en refugio.
Esta situación buscó ser explotada en su favor por la oposición local, pero lo cierto es que la “grieta” hace agua. La realidad es que los concejales del kirchnerismo y el peronismo dieron sus votos positivos para aprobar el emprendimiento de las Termas bajo cualquier condición. A su vez, no hay una banca opositora que exija obras hídricas consecuentemente, probablemente porque evidenciaría el ajuste del gobierno provincial en la materia.
Estos desastres son resultado de la especulación inmobiliaria y los negociados empresarios en asociación con las licitaciones estatales, sin invertir siquiera en obra pública para contrarrestar los efectos. La única salida es la intervención de los trabajadores de la ciudad, exigiendo un plan de obras bajo control de los vecinos y la realización de estudios de impacto ambiental en todos los emprendimientos inmobiliarios y turísticos.
Organicemos el reclamo por un plan de obras hídricas y habitacional en Dolores, y un plan de saneamiento ambiental, pavimentación y arreglo de calles.
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