Políticas

31/7/2024

Perdió Kicillof la planta de GNL y lo envuelve una crisis política

Una lección para los trabajadores.

Axel Kicillof.

La decisión de YPF y la multinacional Malaya Petronas de emplazar la planta de GNL en Punta Colorada en Río Negro ha sido una decisión política y no técnica que asesta un golpe a Kicillof. Esto es así porque la provincia pierde una inversión estimada en los próximos años de u$s30/50.000 millones y la posibilidad de pasar de tener el 36% de las exportaciones nacionales a un 50% a partir de unos 460 buques anuales de gas compactado para exportar. Desde luego, eso supone duplicar la producción de gas de Vaca Muerta en los próximos años, pero ese es el plan de negocios capitalistas y en esa dirección operan los monopolios petroleros. Todos proyectos de extracción de energía fósil de fuerte polémica ambiental, también en Bahía Blanca, pero esa es arena de otro costal del debate.

Bahía Blanca se venía preparando para esa inversión hace al menos una década, tenía, hasta la victoria de Milei, todas las fichas puestas para el emplazamiento de esta planta. Tiene redes troncales, un puerto de aguas profundas en operaciones, el quinto polo petroquímico de América Latina, pero fue rápidamente desechado por las autoridades de YPF en favor de un futuro puerto en Río Negro que tardará siete años en estar listo mientras se operará sobre barcazas.

En el centro de la disputa política en la que gana Río Negro estuvo el nefasto Rigi, el régimen de exenciones de tipo colonial que es uno de los capítulos centrales de la Ley Bases. El desenlace fue motivo de una disputa política a quién más proimperialista y la demagogia de Kicillof perdió. Weretilnek tempranamente negoció los votos para la Ley Bases y alineó la tropa para que la Legislatura rionegrina adhiriera sin más, con el agregado de un Rigi local que exime de tasas provinciales y municipales de todo orden como Ingresos Brutos, Sellos y cánones, y tasas locales al menos por diez años.

La presión del capital petrolero en favor de la adhesión al Rigi a ambas provincias fue brutal: “Este conjunto de concesiones fueron valoradas por los representantes de las empresas del sector, como Pan American Energy (PAE), Pampa Energía, Shell Argentina, Pluspetrol, Total Austral y el CEO de YPF Horacio Marín, en las jornadas organizadas por el Diario Río Negro”, consignamos días atrás en Prensa Obrera.

En el medio de la disputa, Karina Banfi metió una declaración de interés de la radicación en Bahía de la planta en la que sumó a Ritondo, a Massot y Monzó, a Stolbizer y hasta Palazzo y Victoria Tolosa Paz. Pero la presión estaba direccionada a la adhesión incondicional al Rigi.

Kicillof empezó a hacer equilibrio y demagogia porque después de rechazar el Rigi en línea con la votación parlamentaria de UxP señaló que haría su Rigi provincial para “complementar el Rigi nacional que tiene vigencia en todo el país”. Así elaboró un proyecto de ley llamado Ley Provincial de Fortalecimiento de las Inversiones Estratégicas pero que no llegó a entrar siquiera a tratamiento en la legislatura bonaerense y probablemente fuera objeto de febriles negociaciones con las propias petroleras a las que no conformaron las gambetas de Kicillof a pesar de que Carlos Bianco, su jefe de gabinete, y Augusto Costa, el de producción, declararon que el Rigi bonaerense tendrá como piso el nacional. Milei se les adelantó.

En tanto el intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles -un “kirchnerista pragmático” con nexos con La Cámpora-, apuraba a Kicillof garantizando su adhesión al Rigi de Milei. La disputa entre La Cámpora y Kicillof se metió de lleno y compitieron por derecha entre ellos, de tal suerte que la competencia mayor por derecha, como era previsible, la ganó Río Negro.

Los gobernadores patagónicos jugaron con su par Figueroa de Neuquén en función de radicaciones y negocios aledaños. La burocracia sindical de los gremios petroleros también fue un factor de aislamiento de Kicillof. Mientras todo esto sucede Shell exploró el alquiler de un barco regasificador en un contrato de muchos años que podría poner en cuestión que las inversiones para la planta realmente lleguen.

Acá hay un tema de fondo. La burguesía y el imperialismo operan con el gobierno de Milei para el saqueo nacional extractivista y la flexibilización laboral que será otro componente del enclave en Río Negro, como lo hubiera sido en Bahía Blanca. El peronismo les dio los votos necesarios a Milei para la Ley Bases a través de los gobernadores del NOA en función minera, la CGT jugó desmovilizando para que se apruebe con la excusa de que es una reforma laboral menor.

El golpe a la Provincia de Buenos Aires es una primera consecuencia, no solo de los socios de los gobernadores y bloques “dialoguistas”, sino de que el horizonte del peronismo en su conjunto no dista de la Argentina de la soja, Vaca Muerta y el litio. No dista de la Argentina rehén del endeudamiento y el sometimiento a juntar los dólares a como sea para el repago de esa deuda.

Lo ocurrido entraña una enorme lección política para los trabajadores. La demagogia de Kicillof mostró los límites insalvables del nacionalismo burgués, del peronismo. La salida para derrotar a los facholibertarios de Milei pasa por luchar por la nacionalización de toda la industria petrolera y energética, por el control de los trabajadores de la producción, del comercio exterior, de los puertos y de la banca. En resumen la lucha por una salida obrera y socialista. Este será un tema político en las próximas asambleas de trabajadores y la juventud que el PO realizará en toda la provincia y el país.

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Conferencia de prensa martes 30/7 a las 10:00 en Monteagudo 730 (CABA). –
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