Políticas

11/10/2021

Petroleras: empleo, productividad y renta

El lado “oculto” del negocio.

En estos días se publicó el dato sobre los pozos petroleros con mayor producción en el país. Entre los cinco primeros, cuatro se ubican en Vaca Muerta, Neuquén, y extraen hidrocarburos con métodos No Convencionales, o lo que se conoce popularmente como fracking. El de mayor producción extrae 1.674 barriles por día y el quinto produce 1.343 barriles diarios. Obviamente se trata de pozos con mucho rendimiento. Luego existen otros centenares con menor rendimiento. Pero lo cierto es que los datos publicados han puesto en forma indirecta sobre el tapete una cuestión importante: poder trazar una idea, aunque sea a grandes rasgos, sobre el nivel de renta que obtienen las empresas.

Según la consultora alemana Open Oil “la mano de obra en la perforación de un pozo en Vaca Muerta en 2015 suponía entre el 5,5% y el 5,8% del gasto total. Un investigador de Open Oil cuenta que se trata de un cálculo simplificado, pero un exejecutivo de YPF confirma su veracidad” (Econojournal, 17/01/2017). Según la misma consultora: “A finales de 2016, YPF anunció que redujo los costos de desarrollo a 17 dólares por barril, lo que sería una reducción del 47% respecto de 2015”.

Al año siguiente se produjo la firma de la adenda al Convenio Colectivo que redujo aún más los costos laborales, y, durante el 2020 y gran parte del año en curso, las empresas han producido con planteles reducidos, mientras se incrementaba aceleradamente los volúmenes extraídos y una parte de lo extraído se exportaba.

Con este contexto, y tomando que actualmente el precio del barril Brent supera los U$S 80, solo el pozo “estrella” de menor producción produce un monto de venta de unos 107.000 dólares diarios, que al mes implican unos 3.223.000 dólares. En la moneda en que se pagan los salarios esa suma equivale a casi $550.000.000 por mes.

Hoy los salarios petroleros están devaluados. En una reciente encuesta realizada por Nación, a raíz de la elección de la nueva conducción sindical, el 69% de los operarios encuestados afirmó que el “problema prioritario”, y muy lejos de la problemática que ocupó el segundo lugar, es “el salario y recomposición salarial” (Vaca Muerta News, 27/9/2021).

Aun con un 30% de cargas sociales, el salario promedio petrolero, desde el “companyman” que puede ganar más de 3.000 dólares hasta salarios menores como de los peones de boca de pozo -tareas en general tercerizadas a manos de empresas de servicios-, el personal de apoyo, administrativos, etc., ronda entre $200.000 y $250.000 por mes.

Con lo producido por aquel pozo “estrella” tomado de ejemplo se pueden pagar unos 2.000 salarios mensuales. Hay bloques que tienen decenas de pozos, algunos superan el centenar (Fortín de Piedra de Techint, por ejemplo).

El paraíso de la subcontratación…

En los yacimientos en general trabajan pocos empleados de las empresas concesionarias, ya que prácticamente todas las tareas están subcontratadas en cascada llegando a lo que se llama cuarto o quinto anillo de subcontratación. A medida que la empresa subcontratada está más hacia la periferia de ese anillo, las condiciones laborales y salariales de sus operarios son más precarias. Es decir, tomada de conjunto la masa salarial de las y los operarios de un yacimiento, el promedio se aleja mucho del dependiente directo de la empresa concesionaria o del primer anillo de subcontratación (por ejemplo el de servicios especiales).

Además, un reciente estudio de un organismo dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación indica que la actividad de producción y refino de hidrocarburos “crea 5,1 puestos de trabajo indirectos por cada puesto directo”. Un tercio de esos empleos indirectos son trabajo no registrado o cuentapropista, agregando a nivel de proveedores de todo tipo (desde servicios de transporte, seguridad, etc.); una nube de contrataciones indirectas de mano de obra precarizada.

El informe reconoce una verdad de Perogrullo: “si bien el sector del upstream y downstream de los hidrocarburos presenta el mayor multiplicador, es el que hoy emplea menos personal de forma directa, con el 0,4% del total de los puestos de trabajo del país”. Lo cual refuerza el hecho que las empresas tienen bajo su dependencia laboral una escasa dotación propia, todas las demás tareas propias de un yacimiento las tercerizan.

…y la superexplotación

Al día de hoy, aún con todo el rebote productivo en hidrocarburos, en especial en el sector No Convencional y en la cuenca neuquina, aún no se han recuperado unos 5.000 puestos de trabajo respecto a la prepandemia. Son los “retiros voluntarios” en las grandes operadoras y empresas de servicios, y sobre todo en las empresas menores del tercer o cuarto anillo de subcontratación.

Ante los salarios de miseria del resto de las actividades, aún con promedios salariales que duplican o triplican la media nacional, la industria hidrocarburífera hace un gran negocio, pues tiene un nivel de productividad ocho veces superior a la media nacional. Un alto nivel de plusvalía relativa.

Las concesionarias como YPF, Shell, Exxon, Vista, Total, Techint, PAE, etc., asientan en la superexplotación de las y los obreros petroleros gran parte de su renta. La otra proviene de los subsidios, las ventajas impositivas y la fuga de divisas a través de la exportación y la estafa al fisco en el pago de regalías muy menores, incluso, a las fijadas por ley. Sin olvidar la omisión de la remediación ambiental que debería estar a su cargo.

Nuestro planteo de expropiación sin pago y bajo control obrero de toda la industria energética cortaría de cuajo una de las venas abiertas de nuestro país.