Según un informe del Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (IDECBA), la tasa de desocupación de la Ciudad creció del 6,8% al 7,3% en el segundo trimestre de 2024, su nivel más alto en dos años, a su vez la tasa de subocupación horaria registró el valor más alto de los últimos tres años (10,9%).

Esto es consecuencia de las políticas oficiales que continúan profundizando la recesión, la caída del consumo y promoviendo los despidos masivos, y que se aplican en complicidad con los gobernadores mientras la población se empobrece cada día más.

El informe desmiente el discurso oficial que sostiene que el empleo se está recuperando. Hoy hay 124.500 porteños sin empleo. En paralelo, los más afectados son aquellos que trabajan bajo condiciones de informalidad, producto de que estos despidos no implican ningún costo para la patronal.

Según el informe, en el segundo trimestre de 2024, la población ocupada que trabaja en condición de asalariada se ubica en el 71,3%, se trata de la marca más baja de la serie iniciada en 2014. Sin embargo, la población asalariada a la que le efectúan descuentos jubilatorios aumentó en la comparación interanual, pasó de 70,4% a 73,9%, quedando el porcentaje en el máximo de los últimos tres años para un segundo trimestre. Esto va a tender a agravarse con la reforma laboral de la Ley Bases, que Sturzenegger resumió como una vía para que despedir a los trabajadores registrados sea más barato.

A su vez, el informe sostiene que prácticamente un cuarto de los ocupados se encuentra dentro de la población que trabaja por “cuenta propia” (24,7%), la incidencia más alta de la serie. Esto significa que gran parte del espectro de trabajadores no posee una relación de dependencia. Esto es canalizado generalmente bajo la forma de monotributo, un recurso que además utilizan muchas patronales para esconder la relación de dependencia y así ahorrarse los aportes y el tener que garantizar derechos laborales como vacaciones pagas o aguinaldo.

Esta modalidad percibió un crecimiento del 8% con relación a los existentes en noviembre de 2023, según un informe del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y es una de las artimañas de contratación del propio Estado, tanto nacional como de la Ciudad, este último a cargo de Jorge Macri. Sin ir más lejos, el gobierno se vale de este fraude laboral para aplicar los despidos masivos en las dependencias públicas, descargando el ajuste fiscal sobre los empleados estatales.

Mientras esto sucede, la CGT y las CTAs están paralizando al movimiento obrero dejando que pase la agenda de la clase capitalista y su gobierno. Los trabajadores debemos abrirnos paso en el escenario político con nuestros propios reclamos, con la mira puesta en derrotar a los capitalistas y a Milei, y luchar por una gran huelga general.

“Ante el fracaso y la división de los de arriba, podemos ganar los de abajo”

Una agenda de lucha contra Milei y debates de fondo de la construcción clasista. –

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