Políticas

7/9/2022

Por el aumento del combustible, se encarece el transporte de carga y recalienta la inflación

La agenda de Massa agravará este cuadro.

Asciende la inflación del transporte de cargas.

En agosto, la inflación en transporte de cargas varió entre el 6,2% y 6,9%, dependiendo las distancias, acumulando un aumento en los primeros ocho meses del año del 69% y del 86% interanual. Esta suba se vio impulsada por el incremento del precio de los combustibles e incidirá enormemente en la inflación general de septiembre.

Los datos se desprenden de un informe elaborado por Focus Market a través de Paetac (Primera Asociación Empresarios Transporte Automotor de Cargas). Así las cosas, el encarecimiento del transporte de cargas le pone un piso del 6% a la inflación de septiembre.

Recordemos que la “estatal” YPF viene de autorizar un aumento del 7,5% promedio en los combustibles en el mes de agosto, consagrando un alza interanual del 51% particularmente en el gasoil. Este último ajuste estuvo motorizado por la suba del dólar oficial que se produjo entre mayo (cuando se dio el último incremento) y agosto, dado que el precio del barril de petróleo que utilizan las refinerías para producir nafta y gasoil se encuentra dolarizado. Además, influyó el encarecimiento del corte de bioetanol que se utiliza en la mezcla de las naftas, fijado el 9 de mayo. Todos precios regulados, lo cual da cuenta de la responsabilidad directa que tiene el gobierno en propiciar la escalada inflacionaria.

Ahora, en función de continuar complaciendo a las patronales agroindustriales, el oficialismo acaba de habilitar un nuevo aumento en los biocombustibles, del 11% para el biodiésel (que se utiliza en la mezcla del gasoil), 10% para el bioetanol de caña de azúcar y 4% para el etanol maicero. Esto reforzará la presión sobre los precios del surtidor, perjudicando al bolsillo popular.

Sin embargo, estas subas no terminan de convencer a los capitalistas involucrados. Las petroleras insisten en equiparar el precio del barril de crudo que existe en el mercado interno a los internacionales en alza, como condición para desandar la huelga de inversiones. Una resolución de este tipo repercutirá enormemente en los precios de los combustibles. Debemos alertar que las reuniones que mantendrá Sergio Massa, en el marco de su gira por Estados Unidos, con los pulpos hidrocarburíferos Total, Exxon y Chevron para atraer dólares van en esa dirección. Por otra parte, el Banco Central viene acelerando el ritmo de devaluación y las presiones sobre el tipo de cambio siguen su curso, lo cual también recalienta el precio de la nafta y el gasoil.

A su vez, las empresas fabricantes de biodiesel acusan que el precio de la tonelada de aceite de soja, su principal insumo productivo, subió un 36% desde el primero de septiembre, como resultado del lanzamiento de “dólar soja”. Y, en ese sentido, exigen que el gobierno les conceda mayores aumentos, los cuales influirían en el precio del gasoil.

Como vemos, la agenda del gobierno en favor del gran capital -sobre todo las ramas de exportación-, la cual Massa viene a reforzar a fin de cumplir con la meta de acumulación de reservas impuesta por el FMI, impacta de lleno en los precios del combustible, y, por consiguiente, en el del conjunto de los bienes que utilizan el transporte de cargas para ser trasladados.

Es necesario combatir esta orientación peleando por un paro nacional y un plan de lucha que ponga en el centro de la escena la defensa del poder de adquisitivo de los trabajadores. Debemos exigir un sueldo inicial de $180 mil, aumentos salariales indexados a la inflación y trabajo bajo convenio para todos.