Por un congreso del Frente de Izquierda Unidad
La actualidad de nuestro planteo, luego de las Paso.
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La propuesta de realizar un congreso del Frente de Izquierda Unidad que realizamos antes de las Paso cobra una nueva vigencia en este momento político.
La crisis política producida por la derrota del gobierno requiere de la intervención de la clase obrera. La gran votación del Frente de Izquierda Unidad es un punto de apoyo para las batallas que se vienen, lo cual requiere más que nunca una movilización popular, un debate en los barrios, las fábricas y las escuelas, y una movilización política, que incluso reforzará a la izquierda como alternativa de cara a las elecciones de noviembre, por las bancadas que tenemos en juego y las que podemos conquistar.
Mientras los candidatos patronales discuten una reforma laboral, desde el Frente de Izquierda le oponemos la lucha por trabajo por convenio, la reducción de la jornada laboral y el salario igual a la canasta familiar. Al acuerdo con el FMI sobre la base de un pacto con Juntos por el Cambio, nosotros le oponemos el no pago de la deuda para destinar esos recursos a resolver las necesidades urgentes de las masas. Mientras lo bloques patronales refuerzan su carácter clerical, el Frente de Izquierda va por retomar la iniciativa de la ola verde, por la separación de la Iglesia del Estado. Mientras el gobierno y la oposición siguen propiciando la megaminería y los desmontes, nosotros vamos por terminar con la depredación capitalista del ambiente.
Necesitamos reforzar más estas causas con una gran movilización y promover un debate en todas las organizaciones obreras y populares en torno del programa de la izquierda por una salida de los trabajadores a la crisis.
El gobierno deberá asumir este rumbo en el cuadro de una crisis política, abierta por su propia política de ajuste y por el resultado electoral. El choque de fracciones a su interior no pone en discusión el pacto con el FMI. La oposición ha acentuado sus planteos antiobreros, expresando en forma directa su intención de, por ejemplo, eliminar las indemnizaciones por despidos. Frente a este cuadro, la izquierda debe marcar un rumbo en la lucha por una salida a la crisis en favor de la clase trabajadora, agrupando, movilizando y entusiasmando a miles de compañeras y compañeros.
Esta intervención y agrupamiento de fuerzas busca quebrar la política de subordinación de la burocracia sindical al gobierno, que ha maniatado a las organizaciones obreras para intervenir frente a la crisis. La burocracia ha dejado pasar los despidos, las rebajas salariales y el incremento de la precarización laboral. El Frente de Izquierda debe impulsar el debate y la movilización en todo el movimiento obrero para quebrar esta política de derrota y luchar para que la clase obrera intervenga activamente en la situación actual.
El balance electoral de las Paso también apunta en este sentido. Una novedad importante es la votación en las barriadas populares en todo el país. Esta votación fue impulsada por la movilización extraordinaria del Polo Obrero. En las fábricas y lugares de trabajo, el voto al FIT-U provocó un gran entusiasmo. Agrupar a toda esta periferia, con un planteo de frente único y de lucha, para debatir un programa, tiene una enorme proyección política, porque la izquierda solo puede transformarse en una alternativa de poder estructurando al movimiento obrero para luchar por el socialismo y el gobierno de los trabajadores. Un congreso tiene un rol de convocar a estos sectores. Tendría, además, una enorme repercusión pública en un cuadro donde ninguna de las fracciones de la burguesía presenta una salida clara frente a la crisis nacional y donde, sobre la base de esta confusión, se refuerzan los libertarios que explotan con un planteo fascistizante el descontento popular.
Un congreso y una campaña de asambleas y plenarios provinciales van a impulsar enormemente la campaña electoral hacia las generales, que debemos realizar ganando las calles y los barrios de todo el país. Este agrupamiento de fuerzas permite reforzar la lucha por las bancadas parlamentarias que tenemos en juego y que van a ser un instrumento al servicio de las luchas populares, de enfrentar el ajuste y de desarrollo de una alternativa política en todo el país.
La izquierda tiene una enorme responsabilidad, por el peso que ha ganado en la situación del país. En un cuadro de bancarrota capitalista a nivel mundial, de rebeliones populares y de crisis políticas, un congreso de masas del Frente de Izquierda Unidad contribuirá a mostrar un rumbo de agrupamiento de fuerzas para reforzar la lucha contra la barbarie del capital, por un gobierno de trabajadores y por la unidad socialista de América Latina.
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