Políticas

1/7/2021

Precios: las patronales reclaman y el gobierno libera

Se esperan nuevos aumentos en alimentos y productos esenciales para julio.

Sin contar aún con los números oficiales de junio, con estimaciones públicas y privadas arriba del 3% de inflación, los precios prometen seguir subiendo para el mes de julio, cuando vence el programa Precios Cuidados y las patronales presionan para trasladar costos y salarios al precio final.

Antes del próximo 7 de julio, el gobierno deberá negociar con las patronales la actualización de los valores de los 679 productos (Amba) que integran Precios Cuidados. Se espera que los aumentos promedien el 8%, lo que impactaría nuevamente en artículos de primera necesidad.

Cabe mencionar que tras el desmantelamiento del Precios Máximos, que alcanzaba a más de 2.400 productos, aún no se ha puesto en funcionamiento su precario relevo (Súper Cerca), de tan solo 70 artículos, que deberían llegar a los almacenes y comercios de proximidad de todo el país. Aunque los precios ya figuran en la página oficial del gobierno, y varios de ellos son incluso más caros que variantes de Precios Cuidados.

La pérdida de los salarios

El Indec acaba de publicar su Índice de Salarios del mes de abril, reflejando que los mismos aumentaron un 3,6% respecto al mes anterior y un 36,7% en relación a igual mes del 2020, tomando en cuenta salarios registrados y no registrados. Comparados con la inflación para el mismo periodo (46,3%), se trata de una caída de casi el 10%.

En el primer cuatrimestre del año, los salarios subieron un 16,8% contra un 17,6% de los precios. Si bien los primeros deberían mostrar alguna mejoría los meses próximos, producto de las actualizaciones paritarias, se trata de un avance coyuntural que los analistas descartan será enterrado por la inflación total al final del año, calculada en un 50%.

Un relevamiento realizados por tn.com.ar compara el poder adquisitivo del salario, en 2020 y 2021, respecto a carnes, leche y nafta. Mientras que para abril del 2020 con un salario formal promedio de $56.955,63 (según Ripte) “se podían comprar 157,7 kilos de carne, 1.065,2 litros de nafta, 1.038,6 litros de leche y se podían “alquilar” 3,1 dos ambientes en la Ciudad”, para abril del 2021 “ese mismo ingreso se situó en $80.501,97” y “se pudieron comprar 126,8 kilos de carne, 939,3 litros de nafta, 1.054,4 litros de leche y se pudieron “alquilar” 2,5 dos ambientes en la Ciudad”. Solo respecto a la leche se mantuvo el poder de compra, aunque eso cambiará los próximos meses tras el cierre de Precios Máximos.

Ahora el gobierno y la burocracia sindical intentan presentar las paritarias del 40-45% como parte de una política de recuperación del poder adquisitivo; sin embargo, las patronales ya están presionando para trasladar el “costo” de los salarios al precio final, lo que redundaría en más inflación. El gobierno no ha anunciado ninguna medida para evitar que esto se consume.

Entre los aumentos que se destacan para julio se encuentra la primera aplicación de la actualización de la Ley de Alquileres (40%), la suba de expensas (45%), el 6% en las boletas de gas, dependiendo la facturación de cada región, casi un 10% en los peajes y nuevas subas en los biocombustibles.

Si se quiere terminar con la escalada de los precios sobre los salarios es preciso determinar el costo real de producción de alimentos y bienes de consumo masivo, interviniendo toda la cadena de valor y poniéndola bajo control de los trabajadores. Lo mismo vale para evitar el traslado de los precios internacionales a las mesas de las familias, por medio de la nacionalización del comercio exterior.

Esto debe ir de la mano de garantizar un ingreso universal a los desocupados por arriba de la canasta básica y salarios que partan de la canasta familiar de $100.000. Para que la inflación no se coma los salarios hay que incorporar cláusulas gatillo, que ajusten mensualmente los salarios según la inflación. Así como terminar con la política económica de ajuste de este gobierno, que destina millones a subsidios patronales a libro cerrado, al negocio de los banqueros y al pago de la usurera deuda pública, sin tocar un ápice de los negocios y ganancias capitalistas. Solo el Frente de Izquierda Unidad opone un programa económico de la clase obrera para salir de esta crisis.

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