Frente a la conmoción producida por los asesinatos de la derecha en Bolivia, el viernes 12 los trabajadores bolivianos salieron a la calle.

Frente al Congreso, miles llegaron espontáneamente. En muchos casos, trabajadores de la costura que se escaparon de sus patrones para poder asistir. También asistieron el PO y el Polo Obrero de Soldati y Bajo Flores, llevando una gran bandera: “Viva la Revolución Boliviana”.

La columna, que marchó hasta la Embajada estadounidense medía unas quince cuadras. Vendimos 150 prensas, todo lo que llevamos. Nos las sacaban de la mano. Los manifestantes, en muchos casos, exhibían la tapa de la prensa -“Bolivia vuelve a levantarse”- a modo de pancarta. El domingo fuimos a la feria de la Villa 1-11-14  y el resultado fue el mismo.

La marcha no tuvo una definición precisa. Se coreaba “¡fusil, metralla, el pueblo no se calla!”, “muerte a la oligarquía”, “fuera yanquis de Bolivia”; pero también, “queremos paz”.  Se exigió la expulsión del embajador yanqui de Bolivia y de Argentina. En el acto, uno de los oradores de la colectividad boliviana señaló: “Entendemos la intención de obtener paz del compañero Evo, pero le recordamos que no hay otra salida más que poner mano dura. Estamos dispuestos a viajar a Bolivia para defender a nuestro pueblo”.

Es en este clima convulsionado y pre-revolucionario, que nuestra posición es recibida con extraordinaria aceptación entre el pueblo trabajador boliviano que reside en Buenos Aires.

¡Que viva la revolución boliviana!