Políticas
6/9/2022
Primer día de Massa en EE.UU., con halcones de la Casa Blanca y unicornios de la flexibilidad laboral
Cipayismo al palo.
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Imagen: Sergio Massa, Jorge Argüello y Matías Lammens en Washington.
Sergio Massa comenzó su gira por Estados Unidos y la agenda del día martes incluye una serie de reuniones cuyo objetivo reside en destrabar inversiones y obtener nuevos créditos en dólares. Lo cual traerá aparejado mayores condicionamientos por parte del imperialismo yanqui sobre el rumbo económico del país, léase, más subordinación colonial y ajuste contra el pueblo.
En primer lugar, el ministro de Economía desayunó con Ricardo Zúñiga, subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado y Enviado Especial para el Triángulo Norte; colaborador activo de la oposición derechista al régimen cubano. Dentro de su prontuario se destaca el papel que jugó como diplomático en el restablecimiento de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba en 2014, bajo la presidencia de Barack Obama, quien abogaba por un levantamiento del bloqueo económico sobre la isla a cambio de que el gobierno de Raúl Castro aceptara recomponer la hegemonía estadounidense en Cuba; una tentativa que fracasó rotundamente tras la asunción de Donald Trump. Ahora, el funcionario norteamericano se manifiesta públicamente a favor de continuar sancionando económicamente tanto a Cuba como a Venezuela y Nicaragua.
Por otra parte, fue nombrado por Biden en 2021 como el encargado de gestionar la “estrategia migratoria” en las naciones que conforman el Triángulo Norte (Honduras, El Salvador y Guatemala), que no es otra cosa que una política orquestada por la Casa Blanca de represión salvaje sobre las caravanas migrantes en las fronteras y de deportaciones compulsivas una vez que estas logran arribar al territorio estadounidense. Hoy, Zúñiga es un importante promotor de la injerencia de capitales yanquis en la obra pública de todo América Latina, a través del programa Build Back Better World, destinado a bloquear la expansión que viene teniendo China en ese rubro.
La reunión entre Massa y este hombre del Departamento de Estado persigue la finalidad de lograr, en medio de la guerra comercial, un posicionamiento geopolítico de Argentina más favorable a Washington y una preeminencia de las multinacionales estadounidenses en los negociados que se lleven adelante en suelo criollo. El encuentro deja planteado que, de aquí en adelante, haya una mayor intromisión de Estados Unidos en los asuntos internos del país, tanto en materia de judicial y de represión como en el rumbo político-económico.
Con el mismo propósito, el ministro almorzó con Jack Rosen, presidente del American Jewish Congress, en función de reforzar los vínculos políticos y económicos con el sionismo, principal aliado internacional de Estados Unidos, en línea con la reciente gira del camporista Wado de Pedro a Tel-Aviv. Los militantes peronistas que apoyan la causa de liberación del pueblo palestino deben tomar nota de la creciente postración de todas las alas del Frente de Todos ante el Estado genocida de Israel.
Massa también se reunió con Pablo Di Si, CEO de Volkswagen para América Latina, Canadá y Estados Unidos, y Marcellus Puig, presidente de Volkswagen Argentina, en busca de un flujo de inversiones por parte de la empresa automotriz, ofreciendo como incentivos la reciente quita de retenciones para las exportaciones incrementales del sector y la reforma laboral ejecutada en Toyota, que sienta un precedente para toda la industria. Además, mantuvo un encuentro con Arrow Augerot, directora de Asuntos Políticos del Grupo Amazon, para gestionar el desembarco de la compañía en Argentina. Recordemos que la empresa líder en comercio electrónico viene protagonizando despidos masivos y es reconocida por sus formas precarias de empleo.
Un punto clave de su itinerario para el día martes será la reunión pautada con Mauricio Claver Carone, presidente del BID, en pos de destrabar los créditos de 1.250 millones de dólares hasta fin de año, apremiado por la necesidad de recomponer las exiguas reservas del Banco Central. Dicho desembolso, en caso de confirmarse, abultará la deuda externa argentina e implicará acatar nuevos requerimientos de ajuste. Recordemos que el préstamo del BID está atado al cumplimiento del programa del Fondo Monetario, que tiene al recorte del gasto público en el centro de sus prioridades.
Como corolario de la jornada, cenará con Juan Sebastián González, asesor del Biden. A todas luces, intentar sostener el acuerdo con el FMI implica arrodillarse ante Estados Unidos y sus monopolios, agravando la dependencia nacional y la opresión imperialista sobre el pueblo argentino. Un grado de sumisión compartido por todas las variantes del peronismo, que ungieron a Massa como ministro de Economía para que desenvuelva más a fondo esta orientación. Solo una alternativa comandada por la clase trabajadora puede poner fin a semejante oprobio.
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