Políticas

7/4/2022

¿Qué intereses están en juego en el conflicto de transportistas de granos?

Cortes de ruta en el sur de Córdoba y amenaza de paro ante la escasez y los sobreprecios de los combustibles.

Reclaman actualización de la tarifa de los fletes.

En el sur de Córdoba se realizaron cortes que obstruyeron el paso de camiones. El motivo principal de la protesta es la escasez de combustible. Hubo piquetes en la ruta A 005 cerca de Río Cuarto, Coronel Moldes, Las Vertientes, Vicuña Mackenna y Chucul. Las medidas de fuerza se dan cuando está empezando la cosecha gruesa.

Los cortes fueron impulsados por la Federación Cordobesa de Transporte Automotor de Cargas (FE.CO.T.A.C), que afirma que hay cupos de 100 litros de gasoil por camión cuando deberían cargar entre 600 a 1.000 litros. También denuncian que los transportistas están pagando un sobreprecio en el combustible de casi un 50%. En Córdoba y en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires se paga el litro de “gasoil blue” unos $170.

Mientras se dispara el precio del combustible o lo pagan por encima del valor oficial, cuestionan que la tarifa del flete quedó desfasada de los costos del servicio. Sin embargo, esto se produce cuando hay en curso un récord de exportaciones, en manos de un puñado de grandes empresas.

La Federación de Transportadores Argentinos (Fetra) anunció un paro nacional para el próximo 11 de abril, que finalmente habría sido levantado, para reclamar la actualización de la tarifa para el flete de granos a nivel nacional, contemplando el precio real del gasoil. La mencionada entidad sostiene en su página web que hay “conflictos generados por la negativa por parte de algunos dadores de cargas, que ejercen abuso de su posición negándose a pagar una tarifa justa y razonable”. El gobierno se comprometió a ejecutar una “redistribución del stock” de gasoil, y abrió una instancia de negociación,

En este cuadro el vicegobernador Manuel Calvo declaró en Radio Mitre que la medida de fuerza “no solo genera pérdida en la producción sino también la especulación de alza de precios”, pero no estableció una salida de conjunto sobre las demandas de los transportistas. El gobierno nacional, a través del ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, habló de “faltantes puntuales” en relación a la escasez de combustible. Lo cierto y concreto es que esta situación traerá más consecuencias negativas para el bolsillo de las familias trabajadoras.

Este escenario busca ser explotado por las patronales de la agroindustria que proponen llevar el corte de biodiésel al 20% de la mezcla, para remplazar parte de las importaciones de gasoil. El gobierno ya viene de firmar un cronograma de aumentos de los precios regulados de los biocombustibles que treparán casi un 40% para agosto. Además de nuevos naftazos, la mayor cotización de los granos terminará por afectar los precios de la canasta de alimentos.

Esto cuando el acuerdo con el FMI prefigura una devaluación -que también se trasladará a los combustibles para que no pierdan las petroleras-, y cuando la crisis energética internacional azuzada por la guerra en Ucrania repercute en una disparada de los precios del crudo, que importa YPF para cubrir la demanda de sus refinerías (mientras las compañías que extraen petróleo en el país exportan para aprovechar los altos precios).

Mientras un puñado de grupos concentrados hace un gran negocio de exportación, las familias trabajadoras caen cada vez más en la pobreza y no pueden seguir padeciendo más aumentos de precios. El reclamo de los transportistas seguiría trasladando a los artículos de primera necesidad los mayores costos logísticos. Esta pulseada por la cuota de ganancia de cada eslabón de la cadena de los agronegocios no mejora, sino que agrava, la situación de los consumidores.

En Prensa Obrera venimos sosteniendo que todo “esto es un caldo de cultivo para el malestar y la intervención popular”. En esa perspectiva es necesario impulsar un programa de reorganización de la economía sobre nuevas bases sociales, partiendo de la apertura de los libros de las grandes empresas al control obrero para saber los verdaderos costos de producción, y la nacionalización del comercio exterior para organizar la producción del agro y la industria al servicio de las necesidades populares y del desarrollo del país. Solo les trabajadores pueden darle una salida a esta crisis.