En la reunión entre el gobierno de Neuquén y los autoconvocados de salud del viernes 15 apareció en escena el ministro de Desarrollo Territorial y Ambiente, Jorge Lara. Este funcionario ha tomado las riendas de la negociación, e importa por eso saber quién es.

Jorge Lara fue designado por el autotitulado “hijo de las Madres” Pablo Bohoslavsky, como secretario de Hacienda de la Universidad Nacional del Comahue, cuando este fue electo rector en 1990. Un poco más tarde, al ganar Jorge Sobisch la gobernación de la provincia por primera vez, lo convocó para ser parte de su gabinete.

Desde entonces han pasado los gobiernos de las distintas facciones del MPN, y sin embargo por tres décadas Jorge Lara ha integrado todos los gabinetes en distintos cargos. Actualmente es ministro de Desarrollo Territorial.
De bajo perfil, su tarea ha sido aceitar los mecanismos con las organizaciones territoriales y las comunidades mapuches (con algunas ha tenido enfrentamientos), los intendentes del interior, y toda la maquinaria clientelar tierra adentro de la provincia.

Era ministro de Educación cuando fue fusilado Carlos Fuentealba en Arroyito; pero las causas judiciales ni lo rozaron. También ha sido la dirección política de otras represiones a plomo, como cuando un policía baleó a un militante de UPCN durante una movilización a oficinas gubernamentales, o la salvaje balacera contra estatales que terminó gaseando el hospital Castro Rendón.

De su cartera depende la Subsecretaría de Medio Ambiente, un organismo que fomenta la contaminación y la depredación ambiental de petroleras, mineras, terratenientes, entre otras grandes empresas, y que no brinda los recursos necesarios para el combate de incendios forestales.

Es un hombre de Estado, con todas las letras. La defensa a ultranza del orden capitalista y los intereses empresarios cuentan en el ministro de Desarrollo Territorial su mejor exponente. Ahora, por cuenta y orden de las petroleras, el gobernador lo introdujo como parte de la comitiva oficial que negocia con los delegados de la huelga de salud con el objetivo de despejar las rutas de los hidrocarburos.

Su presencia es parte de un intento del gobierno de enfrentar a palos esa huelga, lo que por ahora no puede hacer por el inmenso apoyo popular hacia las y los trabajadores de la salud. De pasado izquierdista en sus épocas juveniles, es un quebrado político que abraza a sangre y fuego la causa del capital.

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