Políticas

28/8/2023

“Refuerzos” raquíticos en la Tarjeta Alimentar, en el país del hambre

Otra expresión de las políticas de ajuste que arremeten contra la asistencia social, para cumplir con las metas impuestas por el Fondo.

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Sergio Massa anunció una serie de medidas para disimular el impacto de la devaluación que el propio gobierno aplicó a pedido del FMI. Entre ellas se encuentra un refuerzo en la Tarjeta Alimentar que consiste en una suba en 2 cuotas mensuales (septiembre y octubre) de $5.000 cada para las familias con un hijo, de $8.500 para las familias con 2 hijos y de $11.500 para las familias con 3 hijos o más.

Esto significa que la cantidad de dinero percibida por niño disminuye a medida que se incrementa el número: para un hijo corresponden $5.000, para dos hijos corresponden $4.250 por cada uno y para 3 hijos corresponden $3.833 por cada uno. A su vez, para noviembre se aplica un incremento del 30% sobre el valor base de mayo que equivale a la sumas fijas mensuales, por lo que no representa ningún aumento respecto de los valores de octubre.

Este año hasta mayo, la tarjeta alimentar no tuvo ningún aumento y luego aumentó un 36% versus una inflación que se estima a agosto en más del 75%: una pérdida del 22,3%. Con los anuncios, en el curso de este año, hasta octubre, el aumento de la tarjeta alimentaria rondaría entre 76% y 82% versus una inflación estimada en más del 100%. Por ejemplo, con un solo hijo la familia percibiría en setiembre y octubre $ 22.000 ($ 17.000 + 5.000) versus los $ 12.500 de diciembre 2022. Es un 76%. (Clarín, 28/08/2023)

Si esto lo comparamos con la variación de la canasta alimentaria la diferencia es mucho mayor. La misma se ubicó, para una familia con dos hijos durante el mes de julio, en $111.642, mientras la misma familia percibirá recién en octubre $34.500 por la Tarjeta Alimentaria. Recordemos además que los precios en las góndolas han superado incrementos del 30% luego de la depreciación del peso que ejecutó el gobierno a espaldas de la población, por lo que muchos analistas privados vaticinan que la inflación de agosto podría llegar a los dos dígitos.

Queda claro que es otra expresión de las políticas de ajuste que arremeten contra la asistencia social para cumplir con las metas impuestas por el Fondo, mientras la población ve cada vez más cercenado su acceso a la comida. Sin ir más lejos, consultoras privadas verificaron una caída del 5,7% de las transferencias a beneficiarios de la Tarjeta Alimentar en 2022 con respecto a 2021, un recorte que continúa profundizándose al ritmo de la escalada inflacionaria con incrementos que corren por detrás.

Mientras el movimiento piquetero y las organizaciones sociales le reclaman al Estado desde hace meses que entregue la comida a los comedores populares para los más pobres, el Ministerio de Desarrollo Social anuncia con bombos y platillos este “aumento” que, a fin de cuentas, perpetúa la política de hambre que sumergió a más del 40% del país en la pobreza. En paralelo, otorgan beneficios a las exportaciones agrarias que probablemente sumen presión a los precios de toda la industria alimenticia. Le están tomando el pelo a la población, cuyos bolsillos ya no dan más.

Con estas políticas antipopulares, el gobierno además le allana el terreno a Milei que, de ganar, redoblaría la ofensiva contra los trabajadores y los más vulnerados. La lucha por terminar con el hambre solo puede venir de la mano de una transformación social de fondo dirigida por los trabajadores y los explotados del país.