Como parte de una gira por Israel, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se reunió con el presidente de ese país, Isaac Herzog. También se entrevistó con el titular del parlamento, Mickey Levy, y con la ministra del interior, Ayelet Shaked.

El viaje forma parte de los intentos del alcalde por afianzarse como candidato presidencial de Juntos por el Cambio y como sucesor de Alberto Fernández. En este camino, busca el apoyo del gran capital y las potencias extranjeras.

La gira es un pronunciamiento de respaldo a uno de los principales aliados de Estados Unidos en el mundo, que carga en sus espaldas con una política de apropiación territorial y exterminio del pueblo palestino. Sigue al viaje reciente de Diego Santilli, su alfil en la provincia de Buenos Aires, quien también se vio con la ministra del interior israelí y postuló desde aquellas tierras un fortalecimiento de la podrida Bonaerense, volcando más personal a las calles.

Larreta también aprovechó su gira para dar señales a los empresarios del sector tecnológico, rubro en que el país de Medio Oriente es una potencia. “La Argentina tiene el capital humano para plantearse una estrategia de innovación y desarrollo como hizo Israel. Lo que necesita es un Estado decidido a facilitar y confiar en la iniciativa privada”, dijo el jefe de gobierno. Efectivamente, esta industria –que incluye el suministro de dispositivos de espionaje a Estados aliados-  se ha desarrollado a partir de un fuerte auxilio del Estado, que respalda monetariamente, por medio de una agencia del Ministerio de Economía, los emprendimientos privados. En 2021, desembolsó 500 millones de dólares para 100 iniciativas. “El gobierno financia hasta el 50% de un proyecto y las compañías solo comienzan a devolver el préstamo cuando empiezan a generar ganancias”, informa Perfil (27/6).

Larreta, partidario de quitar los subsidios a los desocupados que cortan las calles, usa otra vara cuando se trata del capital.

El mismo lodo

Los lazos con el Estado de Israel, de todos modos, trascienden la “grieta” y las internas que sacuden a las dos coaliciones políticas principales.

En el caso de la oposición, la rival de Larreta en la interna de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, tuvo en el presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Israelí, Mario Montoto, a uno de sus principales soportes durante su paso por el Ministerio de Seguridad. Su cartera compró a Israel lanchas, drones y sistemas de vigilancia.

Por el lado del oficialismo, Alberto Fernández eligió a Israel para su primer viaje al exterior. Y el ministro del interior, el kirchnerista Wado de Pedro, visitó ese país en abril junto a gobernadores de varias extracciones políticas (la santacruceña Alicia Kirchner, el formoseño Gildo Insfrán, la rionegrina Arabela Carreras y el radical mendocino Rodolfo Suárez, entre otros), como parte de su plan de instalación como presidenciable. El titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, no se queda afuera: en marzo recibió al viceprimer ministro Gideon Sa’ar.

Uniendo todos los cabos, el ya mencionado Montoto, titular de Codesur –proveedora de equipamiento para fuerzas policiales-, no solo tuvo vínculos con Bullrich sino también con el exgobernador bonaerense Daniel Scioli, de quien supo ser -según La Política Online– una especie de “ministro de seguridad en las sombras” (3/2/17).

En oposición a estos contubernios con el sionismo y el imperialismo, nos ubicamos del lado del pueblo palestino y de los que luchan contra la guerra imperialista.