Políticas
15/1/2025
Rutas destruidas y en venta: Milei avanza con las concesiones privadas
Un regreso al esquema elos 90 ue implica negocios, por un lado, y abandono de infraestructura, por el otro.
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Concesiones rutas.
El gobierno nacional está avanzando con la privatización de las rutas nacionales. Luego de un año entero de vaciamiento con la parálisis de la obra pública que agravó un deterioro de años de desinversión en obras públicas. El primer objetivo consiste en una de las principales conexiones del Mercosur y acceso a los puertos de la hidrovía. Este esquema privado combina tarifas prohibitivas en rutas transitadas y el abandono definitivo de aquellas conexiones que no resulten “rentables”.
El anuncio fue formalizado con la publicación del Decreto 28/2025 que establece la concesión privada de algunos tramos de la Red Vial Nacional, particularmente del corredor vial 18, actualmente gestionado por Caminos del Río Uruguay (Crusa) y que implica una ruta predilecta en los negocios del Mercosur y estratégica por su acceso a los puertos privados de la hidrovía.
El punto de partida de esta medida es el deterioro sistemático y la intransitabilidad de las rutas nacionales, un factor que fue agravado profundamente por la gestión de Javier Milei con el recorte del presupuesto para las obras públicas de vialidad en todo el país. Algo que, además, repercutió en un aumento de la siniestralidad y de accidentes evitables.
El gobierno de Milei busca recortar definitivamente los gastos y la responsabilidad directa del Estado en materia vial, dejando atrás el actual esquema de concesiones con tarifa regulada e inversión pública del Estado. El nuevo esquema supondría que los privados se encarguen tanto de las obras y la mejora del servicio como de la fijación libre de los aranceles en los peajes, impactando de lleno en un salto en los precios de las tarifas y en nuevos bloqueos a la movilidad territorial de millones de personas.
Este cuadro implica la posibilidad de que existan rutas nacionales cuya concesións siqueira sea licitada, siendo abandonadas a su suerte y a un deterioro permanente sin obra alguna.
Este esquema no es novedoso sino que replica lo aplicado en los 90, con el subsiguiente resultado negativo de empresas que cobraban aranceles a cambio de un servicio deficiente. Esto responde a que la mayor parte de las rutas nacionales no resultan rentables para los capitalistas, salvo contadas excepciones y/o la imposición de aranceles exorbitantes, por lo cual se convierten en meros cobradores sin que existan obras ni mejoras en el servicio.
Bajo la presidencia de Néstor Kirchner se pasó de ese esquema a uno del tipo de “gerenciamiento”, donde las concesiones privadas cobraban aranceles preestablecidos, con pocas obligaciones, y el Estado se encargaba de la obra pública
Sistemas similares a este, como el de la Participación Publico Privada (PPP) empleado por Mauricio Macri bajo su gobierno, terminaron en un rotundo fracaso, justamente por el desintereses patronal de realizar inversiones de baja o nula rentabilidad.
La iniciativa privatista de Milei propone concesiones de hasta 20 años, “autosustentable”, en la búsqueda de recortar gasto por alrededor de 5.000 millones de dólares: un costo que van a afrontar los bolsillos de los trabajadores que utilicen los servicios concesionados.
Además, el gobierno coloca en manos privadas uno de los principales pilares de la infraestructura del comercio internacional el país, en línea a todas las políticas privatistas y pérdida de la soberanía económica y política del país que los “libertarios” profundizan.
Según datos del Ministerio de Obras Públicas de 2021, solo un 31% de la red vial nacional se encuentra en buen estado, un 27,6% está en estado regular y hay un 40,7% en mal estado. Desde entonces, todo empeoró. Argentina se encuentra entre los peores países en materia de inversión en rutas y vialidad, algo de difícilmente mejore en manos privadas. Esto es en paralelo a que el gobierno profundiza el vaciamiento de la red ferroviaria, lo que recarga la exigencia de las rutas nacionales.
El gobierno nacional somete todos los recursos del país al FMI y al capital financiero y entrega las rutas y el patrimonio nacional a los privados para que estos hagan negocios, condenando a peores condiciones a las mayorías trabajadores y a la virtual desaparición de rutas y conexiones viales son rentables. Una orientación entreguista que debemos derrotar con la movilización popular y la lucha por expulsar a este gobierno.