Políticas

22/5/2023

Sale el billete de $2.000, retrato de la pulverización de la moneda nacional

El billete de $1.000 debería valer $10.000 para recuperar el poder adquisitivo de su lanzamiento.

Pulverización de la moneda nacional

La inflación y la corrida cambiaria continúan pulverizando el valor de la moneda nacional. Esto presiona al gobierno para que ordene imprimir billetes de mayor denominación, y es otra confesión de que el poder adquisitivo de los trabajadores cae en picada, mientras el oficialismo y la oposición de derecha rechazan de plano el reclamo de reapertura de paritarias y aumento de jubilaciones. Así, parece que comenzará a circular el billete de $2000.

Hasta ayer, el billete de más alta denominación era el de $1.000, el cual equivale a un poco más de dos dólares al tipo de cambio paralelo. Perdió así la mitad de su valor desde febrero del año pasado, cuando equivalía a 4,85 dólares. Cuando salió a la circulación, en 2017, el billete del hornero permitía comprar 17,23 dólares, por lo que en estos cinco años y medio en los que gobernó primero Macri y después el Frente de Todos, con sucesivas devaluaciones, se depreció un 88%.

Así, el papel debería valer hoy $10.000 para recuperar el poder adquisitivo de su lanzamiento en noviembre de 2017, según estimaba en marzo de este año la consultora Focus Market (cuya proyección señalaba entonces que para diciembre de 2023 el billete valdría $56 de cuando salió). La canasta alimentaria, por caso, se ubicó según el Indec en $94.148 para una familia tipo en marzo, contra los $6.568 de noviembre de 2017. Demostrado está que con todos los políticos capitalistas se hunde el valor del peso, porque son cómplices de la fuga de la riqueza nacional.

En tanto, los bancos sostienen que la demanda de billetes en el cajero aumenta en cantidades exponenciales, e incluso pone en jaque la capacidad de reposición, por lo que han decidido limitar la cantidad de billetes por extracción. Sin embargo, advierten que el sistema podría colapsar, incluso a pesar de que la mayor parte de las compras se hayan trasladado a las tarjetas producto de la inflación. Esto tiene su expresión en la cola del supermercado, donde las familias han llegado al punto de pagar los alimentos con tarjeta de crédito en cuotas.

La impresión de un billete $2.000, claro está, no subsanaría este problema, e incluso varios analistas advirtieron que este se quedaría corto si se tiene en cuenta la proyección inflacionaria que arroja un 120% para fin de año. Además, la incorporación de una nueva masa de billetes al mercado agrandaría la base monetaria y amplificaría el problema inflacionario. "En la Argentina circulan alrededor de 8000 millones de piezas, es decir de billetes de todo tipo. De acuerdo con el ritmo de impresión actual, se sumarán otros 3000 millones adicionales, con lo que el circulante estará en alrededor de 11.000 millones para fines de 2023" (Bloombergenlinea, 18/04/2023)

La depreciación de la moneda es, en buena medida, el producto de la emisión monetaria sin respaldo, mientras siguen malgastando las reservas del Central en financiar la corrida al dólar y pagar la deuda fraudulenta. Ahora bien, mientras el gobierno y el Fondo le echan la culpa por esto al pago de las jubilaciones y los planes sociales, para justificar el ajuste, la realidad es que el principal motivo de emisión es pagarle a la banca los intereses usurarios por las Leliqs y pases. Una bicicleta financiera que beneficia a los especuladores a costa del pueblo trabajador.

Cabe destacar que, de todos los billetes que se imprimen, una parte menor se realiza en la Casa de La Moneda dado que esta no da a basto, lo cual implica igualmente importar el papel moneda. La mayor parte directamente se importa terminada, beneficiando únicamente a los pulpos internacionales que monopolizan la producción de divisas de todo el mundo, como De La Rue (británica), Giesecke & Devrient (alemana) o Crane (sueca-estadounidense), a lo que se agrega además el costo del transporte.

Estas empresas tienen su casa matriz en España, Brasil y China. El mes pasado, también se incluyeron producciones de París y Malta para importar 260 millones de billetes de $1.000, que se sumaban a los 200 millones que se traían de los otros países y a los más de 65 millones de billetes que produce mensualmente la Casa de la Moneda.

Estos billetes ingresarán al país por un costo que será determinado por la evolución del tipo de cambio, pero que, según estimaciones, no será menor a 31 millones de dólares al tipo de cambio oficial, es decir 0.21 centavos de dólar a precio oficial, a lo que se agregaría el costo del flete. Esto supone que el precio que paga el país por la impresión de cada billete seguramente sea mayor al valor del propio billete.

La falta de transparencia respecto del costo que la impresión de billetes genera para el país quedó demostrada en el último informe de gestión que Agustín Rossi, jefe de gabinete, presentó a fines de marzo en el Congreso, donde evitó dar precisiones al respecto, pese a los pedidos expresos de los legisladores.

Milei dice que con la dolarización se termina esto, pero en realidad terminaría de de hundir los salarios mediante la megadevaluación que necesita para llevarla adelante. El libertario gobernaría para los mismos intereses capitalistas que hoy nos trajeron a esta situación, muestra de eso es que su esquema esta hecho a medida de los que hoy son los principales beneficiarios del "robo" de la emisión monetaria: los bancos, vía los intereses de las Leliq.

Para terminar con tamaña usura sobre las cuentas nacionales es fundamental tirar abajo el acuerdo ruinoso con el FMI, repudiar la deuda usuraria y nacionalizar la banca para abrir un curso de desarrollo nacional al servicio de las mayorías.

https://prensaobrera.com/politicas/milei-en-contra-del-dolar-soja

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