Políticas
25/7/2025
San Miguel: la precarización mata y el intendente miente
La complicidad de Jaime Méndez y los De la Torre en un régimen de ajuste y corrupción.
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Corresponsal.
El reciente testimonio de Noelia, mamá de Joaquín Ortega, sacude el velo que cubre una estructura municipal plagada de precarización laboral, clientelismo y negociados con sello religioso-empresarial. Joaquín fue víctima de la precarización y los negociados del municipio. Noelia denuncia que el intendente Jaime Méndez se reunió en dos ocasiones con ella y le mintió en la cara acerca de no conocer a su hijo.
Este caso no es aislado. Es parte de una política sistemática de precarización y ajuste que afecta a miles de trabajadores municipales, especialmente mujeres y jóvenes, quienes son contratados bajo modalidades fraudulentas, sin aportes, obra social ni derecho a sindicalización efectiva. La gestión de Méndez —continuadora del régimen político que instauró Joaquín De la Torre y mantiene una estructura de poder ligada al Opus Dei— consolida un modelo que combina despotismo, mística religiosa y negocios privados a costa de la vida de los trabajadores.
En mayo, la muerte de dos trabajadores (Roberto Mora y Joaquín Ortega), víctimas de un accidente evitable, puso en evidencia las condiciones inhumanas de trabajo en el municipio: contratos truchos, ausencia de elementos de seguridad, y falta de cualquier tipo de seguro. Como señalamos en otro artículo, Joaquín fue una víctima directa de la precarización laboral que promueve el municipio. No se trató de una fatalidad: hubo responsables políticos, y tienen nombre y apellido.
La familia de Joaquín lo tiene muy claro, él estaba contratado por el conocido Aníbal “perro” Sidán, un personaje de San Miguel fuertemente vinculado con Jaime Méndez y los De la Torre, quien está inscripto como proveedor del municipio en un amplio abanico de servicios. Meses atrás, el municipio entregó la licitación para pintar columnas de luz por casi medio millón de pesos a una empresa trucha (GEA Group) y la cual fue cobrada por Sidán como persona física.
El modus operandi funciona de esta manera: les hacen promesas a los trabajadores de quedar contratados en blanco por la municipalidad mientras responden a una empresa trucha, les pagan dos mangos sin tener un mínimo derecho laboral y los mafiosos se llenan los bolsillos. Todo cierra en el municipio donde prevalecen los amiguismos y las corruptelas.
Noelia relató que, pocos días después de la muerte de su hijo, recibió en su casa al intendente Jaime Méndez, quien se presentó tras ser anunciado por dos funcionarios municipales. Cuando ella le reclamó justicia y le pidió que dejara de proteger al “Perro” Sidán, el intendente respondió que no conocía a su hijo. “Me mintió en la cara”, afirmó Noelia, a quien su hijo le había contado de haber conocido al intendente.
Además, cuando Noelia le comenta que Joaquín había sido alumno del colegio Asunción, al que Méndez asiste frecuentemente, el intendente se quedó en silencio y se retiró. Días más tarde, en un nuevo encuentro, Méndez llegó al extremo de pedirle que dejara de publicar fotos de Joaquín reclamando justicia: “No me escraches más”, le dijo. Para la familia, estas actitudes no hacen más que confirmar el intento del intendente de encubrir a los verdaderos responsables.
El relato de Jaime Méndez sobre la eficiencia y la transparencia esconde una trama de negocios turbios, tercerizaciones y clientelismo, sostenido con el aval de sectores eclesiásticos y empresariales, en una alianza oscura que se perpetúa desde hace décadas en San Miguel.
Frente a esta situación, es necesario redoblar la denuncia y exigir justicia por los trabajadores fallecidos y el desmantelamiento del aparato mafioso y religioso que gobierna el municipio.
Sólo la organización independiente de los trabajadores y los vecinos podrá poner fin a esta corruptela. Es hora de sacar a la luz los negociados turbios en San Miguel y echar a todos los explotadores. Organicémonos para enfrentar el ajuste y la impunidad.
