Este jueves 22 de septiembre el gobierno nacional, a través del Enacom, autorizó a las empresas de telecomunicaciones a disponer nuevos aumentos sobre el servicio de internet, sobre la telefonía y la televisión. Los mismos se darán en dos tramos para lo que queda del año: un 19,8% en octubre y un 9,8% en diciembre, totalizando una suba de hasta casi el 30% en dos meses.

Los nuevos incrementos se suman a los que ya se habían autorizado previamente en el año, correspondientes al 9,5% de mayo y el 9,5% de julio, así como a la suba de enero de un 9,8% sobre la tarifa de las prestadoras con menos de 100.000 usuarios. Si se ponderan todas estas adiciones habrá clientes que terminarán el 2022 pagando el servicio casi un 60% más caro.

Cabe recordar que los aumentos se “autorizan” por el Enacom en el marco del decreto 690/2020, por el cual el gobierno declaró a las telecomunicaciones como un servicio público. Esta medida había sido presentada como un acto de “inclusión” en medio de la cuarentena estricta y la virtualidad, aunque en los hechos no resolvió los problemas de conectividad de nadie. Millones de pibes se quedaron por fuera de la escuela al no contar con WiFi en sus hogares, y el gobierno que se jactaba del decreto se negó una y otra vez a atender sus reclamos. Las empresas del rubro, los gigantes como Movistar, Claro o Personal nunca dejaron de aumentar el servicio, solo que el tarifazo fue regulado desde el Estado.

Vale contextualizar que este aumento se dará justo cuando en septiembre empezó a regir la segmentación energética, con un 40% de los usuarios pagando las tarifas más altas, con los empresarios trasladando el recargo de las boletas a los precios, con la autorización de aumentos específicos a Edesur y Edenor o cuando los taxis aumentaron un 30% y el subte en la Ciudad un 40%, amén de los aumentos de precios cotidianos en los productos de consumo masivo.

Queda claro que bajo esta política económica fondomonetarista somos los trabajadores los únicos que perdemos mes a mes, con salarios que van cómodamente rezagados por detrás de los tarifazos y la escalada inflacionaria. Es urgente detener todos los aumentos y proceder a la apertura de los libros de todas las empresas de servicios al control de los trabajadores y usuarios.

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