Políticas

10/3/2025

Sigue el éxodo de gigantes en el sector hidrocarburífero

Ahora Raizen (Shell) pone en venta parte de sus activos.

Raizen.

La empresa brasilera Raizen (formalmente una sociedad entre el grupo Cosan del país vecino y Shell) ha contratado a J.P.Morgan para valuar y poner en venta la refinería y la red de estaciones de servicio en nuestro país que en el año 2018 le “compró” a Shell por U$S 950 millones. Dado que la multinacional angloholandesa era socia de la empresa “compradora”, aquella “venta” hace siete años atrás fue el primer episodio de lo que ahora se concreta con la intención directa de vender esos activos.

No hay ninguna duda que la conducta de Raizen es la voluntad de Shell. Lo dijo el CEO de Shell: “Es una suerte de reacomodamiento, la mitad de Raizen es de Shell”. Quién lo dijo era Teófilo Lacroze, el CEO de Shell y sucesor en ese puesto de quien por entonces era ministro de Energía de Mauricio Macri, Juan José Aranguren, ex CEO de Shell. Todo cocinado en familia.

Y vale la aclaración porque no se trata de una venta cualquiera. Porque Shell es una petrolera integrada, es decir, que produce petróleo y también explota el negocio (a través de Raizen) de la venta de combustibles, lubricantes, etc. En Vaca Muerta la empresa Shell es operadora de varias áreas, forma parte del consorcio en los grandes oleoductos. Si vende sus estaciones de servicio (ahora en manos de su controlada Raizen), perdería la ventaja de producir petróleo, industrializar (refinería de Dock Sud) y comercializar un bien con alto valor agregado como son los combustibles y con precios dolarizados.

Tal vez lo que finalmente haya detrás de este indisimulado retiro del país termine en que también figure en los planes de Shell la venta de sus activos en las áreas de Vaca Muerta. No es descabellada la especulación de que siga los pasos de Exxon y busque concentrar su inversiones en otros lares (por ejemplo en Guyana, donde en pocos años, arrancando desde cero, ya se produce casi el equivalente de una Vaca Muerta y media). La creciente producción hidrocarburífera de Guyana (donde Exxon acapara gran parte) está en la mira de otras petroleras, entre ellas Shell, pero también Chevrón, Total o la china CNOOC, todas ellas con inversiones en Vaca Muerta.

El Rigi con todas sus ventajas a favor de las empresas y del saqueo a manos sueltas, más los beneficios otorgados por las provincias y municipios, no alcanza para resultar más atractivo que producir con mayor lucro y más cerca de los centros consumidores y con menores fletes.

Como ya se dijo, ¡es el capitalismo, estúpido!, dicho para un Milei que tal vez tenga que apelar a otra frase célebre “me contestaron con el bolsillo”.

Los costos laborales no son “el problema”

Las empresas son muy celosas de dar a conocer sus reales costos de producción de hidrocarburos, referenciados en unidades que puedan establecer comparaciones entre el costo y el precio de venta. Sin embargo, parece que Vista S.A. ha dejado trascender que su costo de extracción de cada barril de petróleo en Vaca Muerta es de 4,7 dólares: “El costo de levantamiento por barril (lifting cost), que es un indicador que mide los costos operativos directos necesarios para extraer un barril de petróleo. Incluye gastos de producción, transporte, tratamiento y servicios de apoyo en el campo, pero excluye costos como amortización, impuestos, regalías y gastos comerciales. A pesar del incremento en la actividad, la empresa mantuvo bajos costos operativos. El costo de levantamiento se situó en 4,7 dólares por barril, un indicador clave de eficiencia”. (LMN 6/3/2025).

Aunque a ese costo se debe adicionar amortización, impuesto, regalías y gastos comerciales, debe aclararse que varios de estos ítems son algo absolutamente dibujable para la empresa. Pero tampoco implican una gran parte del rango que existe entre esos 4,7 dólares/barril de costo de extracción y los más de 70 dólares por barril a los que se vende. El precio final de venta que fija los ingresos totales de la empresa, es unos 15 veces superior. Hay margen de sobra para cubrir otros costos. Lo cual tira por tierra la queja de las patronales petroleras acerca que el salario (que pagan en pesos) les resulta muy caro en dólares.

La huelga de inversiones, sí es “el problema”

De hecho, la megaobra hidrocarburífera que mayor avance tiene (si así se puede caracterizar) es el oleoducto Vaca Muerta Sur para la exportación del crudo por Punta Colorada en la provincia de Río Negro. Sin embargo, fuera del tramo que llega hasta Allen donde empalma con el oleoducto de Oldelval S.A. que transporta crudo hacia Bahía Blanca y terminará su ampliación de capacidad en las próximas semanas, la parte del ducto hasta Punta Colorada (la más extensa), más las obras conexas (playa de almacenamiento, ducto hasta aguas profundas para cargas los barcos, el puerto, etc.), aún están por verse. Lo cual obliga a reiterar la pregunta que publicamos en Prensa Obrera el 22/10/2024: “¿Y si Vaca Muerta Sur queda allí y empalma con el nuevo oleoducto de Oldelval que estará terminado mucho antes que la obra hasta Punta Colorada?”.

Las empresas asociadas en el proyecto Vaca Muerta Sur están buscando un financiamiento internacional de U$S1.700 millones para el tramo Allen-Punta Colorada y que se incluya el proyecto en el Rigi (lo que aún no se concretó a pesar que el gobierno rionegrino y el de Neuquén ya adhirieron a la norma y han otorgado beneficios adicionales).

Todo pende de un hilo. Es decir, penden de un hilo todas las megaobras de infraestructura con que el gobierno nacional y los provinciales involucrados (Neuquén y Río Negro) ya están tirando manteca al techo. Ya se esfumó el proyecto de YPF S.A. con Petronas para la planta de GNL, y finalmente YPF S.A. se sumó al proyecto de PAE S.A. y Golar para el alquiler de un buque licuefactor. El segundo tramo del gasoducto ex Néstor Kirchner no tiene anuncios de inicio. Y la famosa reversión del gasoducto norte no librará al país de importar gas… ¡de Chile!. Cuando por allí se iba a exportar a Brasil usando los gasoductos de Bolivia. Otro anuncio oficial que permanece en el limbo.

Mientras tanto Raizen (Shell más las brasilera Cosan) evalúan poner en venta una refinería y casi 700 estaciones de servicio que venden combustibles a lo largo y ancho del país.

La euforia capitalista por el elenco gobernante y por el futuro dorado con Vaca Muerta comienza a diluirse por la falta de confianza en que el gobierno nacional pueda sostener la ficción de una economía estable. Sin prisa, pero sin pausa, los capitales multinacionales emigran del recurso hidrocarburífero en el país. No de gusto hoy por hoy YPF S.A., que funge como petrolera de bandera, se ha consolidado en la actualidad como el mayor productor de hidrocarburos No Convencionales (casi el 30%) y el mayor exportador. A costa, claro, de reventar los bolsillos de los consumidores con la carestía en los combustibles de todo tipo.

Los meses próximos son claves para determinar qué rumbo tiene la industria hidrocarburífera de Vaca Muerta. Cortar la agonía implica nacionalizar toda la industria energética bajo control obrero.

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