Políticas
21/7/2025
Sostener el carry trade ya costó 30 billones de pesos, y creciendo
Acumuló intereses más de lo que pagó en jubilaciones.

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Caputo, pese a la suba de tasas, no pudo frenar el dólar.
En el primer semestre del año, la capitalización de intereses de deuda pública trepó a $30,1 billones. Es el resultado de la bicicleta financiera del gobierno, que consiste en saturar de deuda al Tesoro para sostener el dólar planchado y garantizar retornos usurarios a los especuladores. Con la nueva suba de tasas ante el cimbronazo cambiario, esa hipoteca se multiplicará, agravando los efectos de una eventual corrida.
Esa suma, calculada por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas en base a datos oficiales, está constituida por los rendimientos de letras y bonos del Tesoro (Lecap, Lefi, etc.), que, en lugar de cancelarse, se fueron capitalizando, incrementando así el stock de deuda. Dicha cifra es superior a todo el dinero destinado al pago de jubilaciones y pensiones durante el mismo período ($29,9 billones), mostrando la generosidad del gobierno cuando se trata de engrosar los bolsillos de los acreedores. Incluso, si esos intereses capitalizables se hubieran contabilizado dentro de los gastos del Sector Público Nacional, no existiría el mentado superávit fiscal que tanto enorgullece al oficialismo, sino que el resultado financiero del primer semestre sería negativo por $27 billones. Así las cosas, el principal "bastión" de la política económica de Milei es un dibujo contable.
Sucede que el gobierno le ha impreso una dinámica "bola de nieve" al endeudamiento del Tesoro, asegurando tasas positivas en cada licitación de deuda para posibilitar el carry-trade. Esos intereses se fueron acumulando sobre la deuda existente, prefigurando una situación verdaderamente explosiva. A tal punto, que los vencimientos del próximo mes y medio ascienden a $41 billones, con lo que Economía deberá ofrecer condiciones cada vez más leoninas para lograr su renovación.
El panorama se ensombreció en las últimas semanas, cuando el gobierno decidió no renovar las Lefis que estaban en manos de los bancos, cuyo desarme volcó al mercado más de $10 billones. Parte de ese dinero se refugió en cauciones bancarias, bajando drásticamente la tasa de interés de los plazos fijos, y, otro tanto, fue a parar al dólar, elevando su cotización. Como sabemos, Caputo, al ver tambalear la bicicleta financiera, realizó una licitación de emergencia en la que ofreció Lecaps a una tasa efectiva anual exorbitante del 48% para absorber esos billetes, sin embargo, solo logró captar $5 billones y el dólar continuó su tendencia alcista, superando la barrera de los $1.300.
Esta suba de tasas del Tesoro engrosará significativamente el stock de intereses capitalizables y los vencimientos futuros, en momentos donde crecen las dudas en el mercado sobre si mantener sus posiciones en pesos o dolarizar sus carteras. En caso de no renovar, esa inmensa masa de pesos, que hoy se encuentra esterilizada en instrumentos financieros, se iría al dólar, provocando un salto cambiario de enorme tenor que se llevaría puesto los ingresos populares.
La incertidumbre de los capitalistas respecto a si bajarse o seguir pedaleando en la bicicleta financiera tiene como telón de fondo la crisis de reservas del Banco Central. Saben que el gobierno está conteniendo el tipo de cambio por debajo del techo de la banda acudiendo a una fuerte intervención en el mercado del dólar futuro (en la última semana vendió U$S 700 millones), sin embargo, la escasez de divisas no le permite sostener esa política a largo plazo. A fin de cuentas, continúa el déficit en la cuenta corriente apalancado por el auge importador y el turismo emisivo.
Tanto si continúa creciendo esta burbuja especulativa o si finalmente estalla, dando paso a una devaluación, los trabajadores saldremos perjudicados. Por eso necesitamos construir una alternativa independiente que abogue por el repudio de la deuda usuraria, respaldando esa decisión soberana en la nacionalización bajo control obrero del sistema financiero. El Frente de Izquierda es la única fuerza política que defiende este programa de salida a la crisis en favor de las mayorías.

