Políticas

25/6/2021

Subió el desempleo y los desocupados se resignan a buscar trabajo

Así lo refleja el informe del Indec del primer trimestre de 2021 en comparación con el primer trimestre de 2020.

Las nuevas cifras del Indec correspondientes al primer trimestre del 2021 ya están entre nosotros. Las estadísticas del informe sobre el mercado de trabajo reflejan a las claras, si se compara con el primer trimestre de 2020, que el agravamiento de la crisis se profundiza, que la reactivación económica de la que habla el gobierno es cuento de la buena pipa y, sobre todo, que los platos rotos de ello lo siguen pagando los trabajadores.

Primero lo primero. La tasa que mide el empleo cayó en el plazo interanual de un 42,2% a un 41,6%. La tasa de actividad, que mide al conjunto de la población económicamente activa, cayó de un 47,1% a un 46,3%. Hay que prestar particular atención a estos dos indicadores al considerar que también cayó el desempleo de un 10,4% a un 10,2%, lo que en principio puede resultar contradictorio. Pero lo que refleja es una realidad abrumadora. Sucede que el criterio estadístico del Indec considera “desocupados” a quienes, además de no tener trabajo, buscan conseguirlo activamente. Que el desempleo haya caído a la par del empleo significa lisa y llanamente que un enorme sector de desocupados han desistido en la búsqueda de insertarse en el mercado laboral.

Por otra parte, la subocupación creció de un 11,7% a un 11,9%. Este índice contempla a aquellos trabajadores que desempeñan tareas por menos de 35 horas semanales, en la amplia mayoría de los casos percibiendo por ello un salario diferencialmente bajo. Así, los subocupados representan actualmente el 28,6% de los trabajadores del país. Este tópico se divide luego en subocupados demandantes y subocupados no demandantes, es decir, los que buscan activamente un empleo de más horas y los que no respectivamente.

Para el primer trimestre de 2021, la subocupación demandante aumentó del 8,2% al 8,7%, es decir que los “subocupados” ahora buscan más que antes una mejor oferta laboral. De igual forma cayó la subocupación no demandante de 3,5% a 3,2%, lo cual refleja el mismo suceso como también la pérdida de estos puestos de trabajo. A su vez, los sobreocupados, es decir, quienes necesitan tener más de un trabajo para subsistir, representan el 25,6%.

A su vez, la juventud en general y las trabajadoras mujeres en particular son quienes han padecido la mayor parte de este retroceso. Para marzo de 2020, el 43,9% tenía trabajo, pero a marzo de 2021 hablamos del 43%. Así es que en este lapso las mujeres desocupadas pasaron de un 11,2% a un 12,3%, mientras que esta cifra se ubica entre los varones en un 8,5%. Esto afecta particularmente a la juventud, donde a pesar de un retroceso entre los varones del 18,5% al 17,0% -considerando siempre la variante de quienes dejan de buscar empleo-, entre las mujeres se agravó cuantiosamente. En el primer trimestre del año pasado el 23,9% estaban en situación de desocupación, pero ahora hablamos del 24,9%. Esto se expresa claro en que en el presente la tasa de actividad femenina es del 49% mientras que la tasa de actividad masculina es del 69,7%.

Luego hay otro sinfín de cifras que este informe revela, entre las cuales se destacan, por ejemplo, que la mayor parte de la desocupación se concentra en Buenos Aires con el 11%. Entre la población ocupada, el 71,8% son asalariados, pero un 32,4% no tiene descuentos jubilatorios. Lisa y llanamente uno de cada tres trabajadores no tiene aportes previsionales. Al momento, un 17,1% se encuentran desempeñando tareas desde sus hogares. Y de ese total, el 67,2% tiene que utilizar sus propios equipos, herramientas -incluido, por ejemplo, pagar el servicio de internet- sin que las patronales reconozcan los gastos. Entre quienes no poseen trabajo -y lo buscan activamente para ser considerados “desocupados”-, el 56,5% permanece en esta situación desde hace más de medio año.

Como se puede ver, las estadísticas destruyen todo relato oficial. Lo propio ocurre también cuando el presidente Alberto Fernández se dice “preocupado” porque los salarios le ganen a la inflación: en el último año se perdieron miles de puestos de trabajo, la inflación devoró el poder adquisitivo de los salarios, los desocupados se han resignado de buscar empleo -producto de la dificultad angustiante para conseguirlo o de los salarios mínimos de indigencia, que muchas veces hacen más rentables las actividades independientes, el rebusque y las changas-, las formas de precarización laboral avanzan a pasos agigantados y la brecha de género también.

Se trata del esperpento de miseria, hambre y saqueo que tienen para ofrecerle a los trabajadores todos los que nos han gobernado en las últimas décadas, que son responsables de este cataclismo social. El reciente acuerdo leonino con el Club de París y los sobrados esfuerzos del gobierno por sellar un acuerdo con el FMI acatando todas sus demandas colocan la necesidad de primer orden de superar este régimen fondomonetarista. En ese sentido, redoblamos el llamado a impulsar un gran congreso del Frente de Izquierda – Unidad para agrupar a los luchadores del movimiento obrero y popular en pos de una movilización política independiente.

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