El legislador porteño del Frente de Izquierda y dirigente nacional del Partido Obrero, Gabriel Solano, intervino en la audiencia pública convocada por la Secretaría de Energía para avanzar en el aumento de tarifas del servicio de gas, y denunció todo un régimen de beneficios a las petroleras a costa del bolsillo popular.

De arranque, cuestionó que la audiencia estaba vaciada del contenido esencial, porque “no sabemos cuanto cuesta producir el gas, pero el precio en boca de pozo que se paga en las empresas que determina la tarifa ya ha sido pactado por el gobierno con las petroleras”. Denunció entonces que por el Plan Gas se le paga a las empresas hasta 3,9 el millón de BTU, un 50% más que en Estados Unidos, cuando gran parte de los costos están en pesos. Ello, señaló, revela la falsedad de la promesa del presidente Alberto Fernández sobre la desdolarización de las tarifas, porque siguen estando fijado en dólares lo que se paga a las petroleras (y el gas incide a su vez en el costo de generación de la electricidad).

“Es una continuidad con la política de Macri y Aranguren”, que habían atado las tarifas al tipo de cambio. E incluso agregó que este rumbo de garantizar precios en dólares para las empresas “viene del primer Plan Gas de Cristina Kirchner y su entonces ministro Kicillof, y del acuerdo secreto que firmaron YPF y la yanqui Chevron”.

En ese sentido destacó que las diferencias entre distintos sectores del gobierno, en torno al porcentaje de los aumentos a aplicar, parte sin embargo de la coincidencia fundamental en esta dolarización para las petroleras. “Acá lo que se discute no es el subsidio del Estado al consumidor, sino cómo se paga el subsidio a las petroleras. El debate es si lo pagan los usuarios directamente en la boleta, o si lo hacen con un proceso inflacionario como el que inevitablemente desataría la emisión de 65.000 millones de pesos extra para subsidios. Finalmente siempre lo afronta el pueblo”.

“¿Qué resultado ha dado esta política?”, se preguntó Solano, para denunciar que en la ultima década los subsidios a todo el sector energético superaron 100.000 millones de dólares, pero la producción de gas y de petróleo se encuentra por debajo de los niveles de diez años atrás. Por esta vía, resaltó, “se fugan recursos fundamentales del país, y se encarecen los costos internos (y las industrias trasladan las subas a los precios que pagamos los consumidores)”.

La salida que planteamos desde el Frente de Izquierda es la nacionalización integral de toda la industria hidrocarburífera. Para tener la energía en manos nacionales, y que sea una palanca para el desarrollo del país. Rechazamos este aumento, y llamamos al movimiento obrero -y en primer lugar a la CGT- a enfrentarlo con un plan de acción”, concluyó el dirigente del PO.

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