Políticas

28/3/2022

Usan una supuesta merma de la pobreza para redoblar el ajuste

Casi cuatro de cada diez habitantes no cubre una canasta básica.

La pobreza se mantiene en niveles altísimos.

El gobierno convocó para este martes 29 al Consejo Económico y Social (CES) para presentar el plan Argentina Productiva 2030, un refrito de anuncios y metas oficiales, con un alto componente de precarización y flexibilización laboral. La reunión será en las vísperas del anuncio del dato de pobreza para el segundo semestre del 2021, donde el gobierno espera una “mejoría” parcial, que ya se anticipa cuestionada por la involución de los meses posteriores.

La reunión será presidida por el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, junto a gobernadores e intendentes y la participación de distintos sectores patronales (UIA, Pymes, comercio, construcción, Mesa de Enlace, etc.), la burocracia sindical de la CGT y la CTA y las organizaciones sociales afines al gobierno.

El CES tendrá lugar un día antes de conocerse la tasa de pobreza del segundo semestre del 2021, donde el gobierno espera un resultado “favorable” con una merma porcentual que perfore el piso del 40% de pobreza, y cuyo único éxito sería superar al semestre anterior, signado por el impacto pleno de la pandemia. Para este segundo semestre del 2021, el gobierno sumó además las medidas preelectorales de excepción, luego descontinuadas, garantizando la pérdida del poder adquisitivo futuro (presente) de los trabajadores.

¿Un oasis en el desierto?

Todos los medios anticipan que la tasa de pobreza podría ubicarse en el umbral del 39%, lo que sería explotado por el gobierno como un “indicio” del principio del fin de las penurias populares. Pero se trata solo de un espejismo: la “mejoría” tendría lugar como resultado de la inyección extraordinaria de fondos para evitar, y luego achicar, la derrota electoral de medio término del oficialismo.

Las mismas consultoras privadas que prevén una mejora en el índice de pobreza adelantan que la próxima medición, correspondiente al primer semestre del 2022, podría terminar siendo calamitosa, ya que a la quita de la asistencia económica de temporada se agregan los tarifazos y aumentos que vienen enterrando a la población por debajo de la canasta de pobreza.

Otro dato significativo es que el gobierno también celebra el crecimiento de la tasa de ocupación como un dato del “fin de la pandemia” y del principio de una supuesta reactivación económica, que coincidiría con las gestiones y el acuerdo ante el FMI. Pero los analistas consideran que se trata del fin del “rebote” pospandemia y que el acuerdo con el FMI revertirá aceleradamente esta tendencia, con la suba de las tasas de interés, los límites a las importaciones de insumos ara la producción y la caída de la inversión pública, todas recetas recesivas.

Además, el empleo generado es de tipo precarizado, con contrataciones eventuales y falsos monotributistas, lo que coloca a todo ese espectro de trabajadores por debajo del nivel de pobreza, lo que sirve a engrosar una situación que ya padece un cuarto de la clase obrera ocupada y registrada, que percibe salarios inferiores a la Canasta Básica Total.

Un “paso adelante”, dos pasos atrás

Con estos datos, lo más probable es que el gobierno se valga de la “mejoría” en los resultados para justificar y redoblar el rumbo emprendido, de ajuste, con la idea de que el poder adquisitivo de los salarios e ingresos populares “le está ganando a la inflación”.

Aún con estos números de temporada, bajando del 40,6% de pobreza para el primer semestre del 2021, la pobreza quedaría por arriba del 35,5% que dejó Macri a fines del 2019: nada que festejar.

La inflación para el primer trimestre del 2022 ya es de características explosivas, con un 3,9% en enero, un 4,7% en febrero y lo que se calcula para marzo, que rondaría en un récord del 6% de inflación. La contraparte de esto sería el “aumento” de miseria del salario mínimo, en cuatro cuotas, con una primera incidencia del 18%… recién en abril.

El proyecto oficial para “salir adelante” tiene en agenda un congreso de la productividad para discutir las “innovaciones” en los convenios colectivos, como sucede en Mercado Libre, y una plataforma basada, casi exclusivamente, en el aumento de las exportaciones, sumando proyectos extractivistas y petroleros contaminantes. En medio de un ajuste fuerte sobre el gasto público, tanto en el gasto de capital (obra pública) como en inversión social, con el cierre del acceso a los programas sociales.

El pacto con el FMI viene a profundizar la tendencia al crecimiento del hambre, la pobreza y la desocupación. Enfrentemos esta ofensiva con un programa apropio de los trabajadores, que parta de la ruptura con el imperialismo, el no pago de la deuda externa y un programa económico de la clase obrera para salir de la crisis social y económica a la que nos arrastraron los sucesivos gobiernos capitalistas.