A través de una breve carta que contiene críticas al gobierno nacional, Victoria Donda anunció su salida del Inadi. La ahora exfuncionaria dijo que tomó esta decisión luego de que Juan Manuel Olmos, jefe de Asesores de la Presidencia, le planteara que el gobierno tenía en carpeta desplazarla de su cargo. Desde el ámbito presidencial sostienen que fue directamente el propio Alberto Fernández quien la echó. Como sea, este episodio es un retrato del impasse del gobierno y de la bancarrota de la centroizquierda argentina.

Donda es el tercer elemento del progresismo oficialista que queda afuera del gobierno. Antes de ella, cayeron el exdirector del Banco Nación, Claudio Lozano, y la exministra de Mujeres, Elizabeth Gómez Alcorta. Por otro lado, también se han ido del gobierno Félix Crous, director de la Oficina Anticorrupción, y Rodolfo Gabrielli, presidente de la Casa de la Moneda (despedido por Massa).

En su escrito, Donda señaló que el Ejecutivo nacional se encuentra “desilusionando” a quienes componen su base electoral, cuyas condiciones materiales de vida no están siendo mejoradas. E hizo referencia a las crisis y divisiones que imperan en el seno del Frente de Todos, las cuales, según la exfuncionaria, estarían debilitando a la coalición, alejándola de lo que tendría que ser su objetivo (“defender el sistema democrático”). Esto último tendría que ver con las movidas conspirativas que sectores de la Justicia, las patronales, y de Juntos por el Cambio estuvieron llevando adelante.

A pesar de todo, Victoria Donda continúa en el Frente de Todos. Su renuncia también puede ser leída como el equivalente al lanzamiento de un dardo contra el presidente Fernández. En su carta, Donda no se priva de elogiar y reivindicar a la vice Cristina Kirchner, la defensora del proimperialista y promano dura Sergio Massa. Todas las diatribas que Donda lanzó contra CFK alguna vez (la acusó de distorcionar los índices inflacionarios y criticó por sancionar “una ley antiterrorista solamente para reprimir a aquellos que salen a plantear otra cosa”) quedaron atrás. El oportunismo no podría ser mayor.

Lo de Donda es un acto de inmoralidad política con licencia social tuitera
Ocupa un puesto y no dice nada sobre Alberto hasta que se entera que la van a echar y dice que sabe que la van a echar y que tiene mucho para decir .
Del oportunismo inmoral también hay que desconstruirse

— Vanina Biasi (@vaninabiasi) December 30, 2022

El arribismo pequeño burgués, o sea, el intento de obtener cargos en el Estado para satisfacer intereses particulares y ajenos a los del conjunto de los trabajadores, es uno de los rasgos distintivos de los políticos capitalistas-centroizquierdistas como Donda. Ella integró las filas del Frente Amplio Progresista del fenecido Binner, de Unen (un frente entre la UCR y la Coalición Cívica) y de otras tendencias y agrupaciones políticas burguesas.

La centroizquierda argentina presentó al Frente de Todos como una vía para satisfacer las demandas más acuciantes de la clase trabajadora. Se trató de una política para someter a los trabajadores al nacionalismo burgués. Su defensa del orden social vigente llevó a este sector a integrar un gobierno ajustador, proimperialista, represor y antiobrero, y a sostenerlo a capa y espada. Tal es el carácter reaccionario del centroizquierda y del progresismo argentino.

Donda, al igual que el resto de los progresistas que detentan puestos en el Estado, es impulsora de una política de cooptación del movimiento de mujeres y del movimiento por la lucha de los derechos humanos. Esta orientación, que se contrapone a la independencia política de los movimientos de lucha, es desarrollada en aras de defender a un gobierno que está hundiendo a las mujeres en la miseria y que le da la espalda a sus reclamos (mientras pacta con las iglesias), y que reprimió con saña a la comunidad mapuche.

Victoria Donda “critica” al gobierno, pero ha aplicado su política en el Inadi. Allí, cientos de trabajadores están expuestos a la precarización laboral. Incluso desarrolló esa política en su propio hogar. Donda mantuvo por muchos años a una empleada doméstica en la informalidad. Arminda Banda Oxa, trabajadora migrante, denunció a la exfuncionaria por ello y por su intento de ofrecerle un cargo en el Inadi o un plan social a cambio de que renuncie al trabajo doméstico.

La única forma de “mejorar las condiciones materiales de vida” de los trabajadores es rompiendo con el FMI y poniendo los recursos del país al servicio de los intereses de la clase obrera. Es algo que solo puede realizar un gobierno de trabajadores.

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