Después de su “renuncia” como titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), Victoria Donda se incorporó al gabinete de Axel Kicillof, bajo el ala de Carlos Bianco, el Jefe de Asesores del gobernador. Donda estará a cargo de la Subsecretaría de Análisis y Seguimiento Político Estratégico, y ocupará simultáneamente un lugar en el directorio del Banco Provincia. Su designación en estos nuevos puestos en la provincia de Buenos Aires se produce a dos meses de que fuera echada por Alberto Fernández del gobierno nacional, y en el marco de la campaña de Axel Kicillof por su reelección.

Currículum

A los 44 años, Victoria Donda, nacida en cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada, recorrió todo el espinel político burgués. La exmilitante por los derechos humanos fue tres veces diputada nacional antes de recalar primero en el gabinete albertista del Frente de Todos, y ahora en el gobierno provincial de Axel Kicillof. Como militante de Patria Libre-Libres del Sur-Barrios de Pie, Donda fue parte del Frente para la Victoria y electa diputada por la provincia de Buenos Aires en 2007. En el año 2011 renovó su banca en el Congreso, pero esta vez como parte del Frente Amplio Progresista, que postuló al “socialista” Hermes Binner. Dos años más tarde, pasó al Frente Amplio Unen, una alianza de Libres del Sur con la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica de Carrió, donde Victoria Donda actuó codo a codo con Alfonso Prat Gay, quien sería más tarde el ministro de Economía de Mauricio Macri.

En este ir y venir de un lado al otro de la “grieta”, Donda fue elegida diputada nacional por tercera vez en el 2015 por la alianza “Progresistas”, que llevó como candidato a Roberto Lavagna, un hombre de confianza del capital, quien dio el visto bueno para que su hijo se sumara al Frente de Todos en el 2019. Un año antes de esto, Donda iniciaba su “peregrinación a Canosa”, rompiendo con Libres del Sur para conformar “Somos” junto a otros exBarrios de Pie, que también pasaron a revistar en el Frente de Todos. La historia política de Donda es la del fracaso de las veleidades independentistas (carreristas) de la centroizquierda argentina.

Kicillof al Inadi

Siendo diputada del Frente Amplio Progresista, Victoria Donda presentó una denuncia contra Cristina Kirchner y Guillermo Moreno por “asociación ilícita”, malversación de caudales públicos, y defraudación contra el Estado por la falsificación de los datos del Indec, el organismo encargado de medir la pobreza. Tiempo después, y ya con Kicillof como ministro de Economía de CFK, Donda chocaría fuertemente con su actual jefe político, a quien denunció ante el Inadi por discriminación y machismo. La cuestión de fondo era que Axel Kicillof, partícipe necesario del dibujo montado por todo el kirchnerismo para ocultar las cifras reales de pauperización social, calificaba, al igual que Cristina, de “estigmatizante” a todo número que diera cuenta de la pobreza real acumulada por el kirchnerismo.

Dicho esto, el incidente que terminó en el Inadi desnudó el falso progresismo de Kicillof y su desprecio a Donda por su condición de mujer, al insultarla y decirle que se “ponga las plumas si quiere salir en los diarios”. Machirulismo al palo. Frágil de memoria, Donda se saca fotos con Kicillof y repite ahora la cantinela oficial del gobernador, sobre un presupuesto bonaerense con “perspectiva de género.

Síndrome de Estocolmo

El “pase” de Victoria Donda a la provincia de Buenos Aires la ubica en el riñón del círculo kicillofista, al que pertenece Sergio Berni, el eterno sobreviviente como ministro de Seguridad. A lo largo de su mandato, el gobernador sostuvo al represor de Guernica contra viento y marea, incluso cuando este anunció su ruptura con el Frente de Todos y con Cristina, después de la derrota electoral en las legislativas del 2021. Compartir el “proyecto reeleccionista” con Berni es lo que se llama el síndrome de Estocolmo, o sumisión completa de la víctima en cautiverio a su secuestrador, en este caso el confeso derechista y teniente coronel, que compite con Patricia Bullrich, José Luis Espert y Fernando Burlando la representación política de la mano dura y del reforzamiento del aparato represivo.

Berni, ladero de Kicillof, es un apologista de la doctrina Chocobar (gatillo fácil), fue responsable del ocultamiento del asesinato de Facundo Astudillo Castro. Es un enemigo de la juventud en los barrios, un vocero reaccionario de la baja de la edad de imputabilidad a los menores, y un símbolo de la represión a las luchas obreras, piqueteras y populares. Con gente de esta calaña comparte espacio Victoria Donda, hija de militantes secuestrados por la dictadura. No siempre fue así, aún tratándose de la camaleónica Donda. En el 2012, y cuando Berni era el secretario de Seguridad nacional de Cristina Kirchner -y un habitué de los aterrizajes en la Panamericana con metralleta en mano para comandar la represión a los piquetes-, la ahora funcionaria de Kicillof calificaba al cuartelero Berni de ser un hombre “familiarizado con técnicas parapoliciales” y de inundar la ciudad de Buenos Aires con policías de civil y sin identificación para actos de espionaje, infiltración y provocaciones. Una descripción y definición que le cuadra perfectamente al excarapintada y capo mafioso de la maldita policía, la mayor fuerza armada policial del país, que cuenta con 100.000 hombres.

El reeleccionista Kicillof retribuyó el apoyo de Berni a su campaña con una masiva incorporación de efectivos a la Bonaerense. Cualquier lisonja pro-Kicillof de gente como Baradel, que omita el peso del facho de Berni en el gobierno provincial, es puro encubrimiento. Con la chapa pasada de militante por los derechos humanos y de su propia lucha personal contra los apropiadores y genocidas, la devaluada Victoria recala en una provincia donde la situación carcelaria es un infierno de hacinamiento y violación de los derechos más elementales de los presos. Corrido por la derecha, el gobernador Kicillof tiene en Berni un brazo ejecutor de la represión y el “orden” por derecha, y en la conversa Donda, una encubridora de la impunidad policial y represiva por “izquierda”. Recientemente, Sabina Frederic, exministra de Seguridad de Alberto Fernández, se refirió especialmente al dinero sucio que mueve la Bonaerense, es decir a su asociación con el delito, el narcotráfico, las zonas liberadas, y a actividades turbias como inteligencia, robos y secuestros organizadas por las cúpulas policiales desde las propias cárceles. Expresamente, Frederic invitó al periodista que la reporteaba a “que hablen con Berni y le pregunten qué sabe del dinero sucio”. Victoria Donda calla y blanquea a un gabinete donde hasta hace poco Sergio Berni supo ser el ministro estrella.

Oportunista

Las críticas de la extitular del Inadi al gobierno de Alberto se aceleraron cuando su despido del gabinete era un secreto a voces. Durante casi tres años, Victoria Donda avaló el ajuste fondomonetarista y los pactos con el FMI, incluido el de Sergio Massa, el “presidenciable” de Cristina. Quien lamenta tener que “renunciar” estando de por medio “la lucha contra la Corte que proscribe a Cristina Kirchner”, se movilizó durante el segundo gobierno de Cristina para protestar contra la reforma judicial (de la entonces presidenta), tildándola de absolutista. ¿En qué quedamos Donda? En este derrotero, Victoria Donda fue parte de listas y acciones con distintos personajes que terminaron armando la coalición derechista de Juntos por el Cambio, y recién en el 2018 -cuando el gobierno de Macri hacía agua-, Donda pegó un volantazo y se integró al Frente de Todos.

La exdiputada nacional, que hizo carrera en el parlamento pidiendo investigar la deuda ilegítima, tendrá que hacerse cargo de los presupuestos de ajuste pactados y votados por Kicillof con Juntos en la Legislatura para pagarle la deuda provincial al Comité de Acreedores de la provincia de Buenos Aires con intereses por mora incluidos.

Donda y el fracaso de la centroizquierda

Más allá de su deriva personal -fue denunciada por su empleada doméstica por haberla hecho trabajar en negro durante diez años y por negarse a blanquear la relación laboral-, el sinuoso camino de Donda es el de toda la centroizquierda argentina, que orbita en torno a los grandes partidos de la clase capitalista y es incapaz de afirmar un camino alternativo a pesar de las repetidas cantinelas de la “vereda del medio”.

Los trabajadores y la juventud deben darle la espalda a estos políticos oportunistas y arribistas que gobiernan para los capitalistas, y delimitarse de ellos. La campaña electoral en la provincia de Buenos Aires será para el Partido Obrero y para el Frente de Izquierda Unidad una enorme escuela política de capacitación sobre los límites insalvables del kirchnerismo y el fracaso de una centroizquierda que es tributaria del peronismo, como antes lo fue de expresiones derechistas “opositoras”.

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