Durante la mañana del lunes, en el barrio Vernazza de Virrey del Pino, La Matanza, Esteban Bellido, trabajador de la fábrica Manaos ubicada en la misma localidad, fue fusilado por la espalda mientras la UTOI (Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas), perteneciente a la Policía Bonaerense, llevaba adelante un “operativo antidrogas” para identificar un búnker. Los oficiales a cargo “confundieron” a Esteban con un “dealer” y el joven trabajador de 39 años y padre de dos hijos, quien recientemente había sido incorporado a la planta permanente de la fábrica de gaseosas, fue alcanzado por varios disparos de un arma 9 milímetros y falleció poco después.

Familiares y vecinos de la víctima se movilizaron inmediatamente a la comisaría expresando su repudio absoluto al accionar de la policía y realizaron un corte en Ruta 3 para exigir justicia. También desmintieron la hipótesis de que el joven estaba armado y su muerte haya sido producto de un enfrentamiento; así lo determinaron también los peritos que se hicieron presentes en el lugar del crimen. El fiscal que interviene en la causa ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los once policías que se encuentran detenidos y desafectados de sus tareas, y de los tres móviles que se usaron en el operativo.

La Policía Bonaerense quedó apartada de la causa y será la Gendarmería quien se encargue del seguimiento de la investigación, tal como ocurrió en el caso de Lucas Verón, el joven de 18 años, también víctima de gatillo fácil en La Matanza, asesinado a quemarropa en González Catán por dos oficiales de la Bonaerense ya condenados gracias a la lucha de su familia y amigos. El traspaso de estos casos entre distintos sectores del aparato represivo del Estado no garantiza ni el esclarecimiento ni una condena justa, solo es la organización y la movilización popular la que puede arrancarles a los gobiernos y a la Justicia burguesa el juicio y el castigo.

La Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas se conformó en el año 2017 durante la gestión de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, y, el actual Ministro de Seguridad, Sergio Berni, fue quien reforzó su dotación con la idea de que funcione como “contención social”. Este nuevo caso de gatillo fácil pone en evidencia la continuación y el reforzamiento de las políticas represivas que llevan adelante los gobiernos del régimen, en este caso se expresa cómo el peronismo sostiene los recursos que la derecha ha desplegado en la provincia para el control y la regimentación social en los barrios más carenciados del conurbano.

 

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Lejos de tratarse de una “negligencia” o de “la inconducta de unos pocos”, estos casos revelan la orientación de las fuerzas de seguridad al servicio de los intereses de los gobiernos de turno. Así ocurrió durante la cuarentena, período en el cual los casos de gatillo fácil aumentaron notablemente y la desaparición y asesinato de Facundo Castro significaron la síntesis más brutal de la regimentación de la juventud y las familias trabajadoras como condición necesaria para hacer pasar el ajuste. Se pone de manifiesto el carácter represivo del Estado que se lleva puesto a los jóvenes y está al servicio de la represión de las luchas populares. Por el contrario, el narcotráfico, las redes de trata y el crimen organizado permanecen intactos con la complicidad de quienes dicen combatir la droga en los barrios.

Justicia para Esteban Bellido y todas las víctimas de gatillo fácil.
Fuera Berni, fuera la policía de nuestros barrios.
Kicillof es responsable.