En el marco del acto oficial por el aniversario de Los Antiguos, el 5 de febrero, el gobernador Daniel Peralta dijo que "no habrá prospección minera posible en la zona de Los Antiguos". Y agregó: "Las mineras a la estepa, a trabajar donde trabajaron nuestros pioneros, para dejar que nosotros llevemos adelante el proyecto de turismo y de desarrollo en ese marco…"

Esta declaración resulta alarmante y no hace falta profundizar para arribar a la conclusión de lo que se está anunciando: en el 90% de la superficie de nuestra extensa provincia domina "la estepa". En otras palabras, sólo pequeños enclaves geográficos estarán libres de este flagelo mundial de la "minería de oro y plata a cielo abierto o en galerías".

La llamada "megaminería" significa mega-impactos ambientales, mega-impactos sociales; y ningún mega-impacto positivo en lo económico, para las comunidades afectadas.

(…) De concretarse, estaremos observando el ocaso ambiental y quedará en el pasado la posibilidad y potencialidad turística de decenas de lugares, situados en el dominio estepario. Por citar a modo ejemplo algunos: Lago Pueyrredón y Posadas; Lagos Buenos Aires; Meseta del Lago Buenos Aires; Meseta del Águila; lagos Strobel y Cardiel; Río Deseado; Cueva de las Manos; Cueva Grande del Arroyo Feo; Cerro del Indio; Pampa del Asador; Monumento Natural Bosque Petrificado; etc.

Como conclusión, corresponde mencionar que a la luz de los dichos gubernamentales, se desprende que en nuestra provincia hay localidades de primera, donde se puede vivir saludablemente, en armonía con el medio ambiente y en forma sustentable y, por otro lado, localidades de segunda, donde no son prioritarios ni la salud, ni el medio ambiente, ni la libre determinación de sus habitantes.