Salud

1/4/2021

coronavirus

16.056 casos en un día: las terapias intensivas se sobrecargan

En vísperas de un colapso del sistema de salud.

Luego de semanas de ascenso en la cantidad de contagios diarios, Argentina registró el número más alto de los últimos 5 meses: 16.056 en una sola jornada. La última vez que hubo números similares fue en octubre de 2020, cuando estábamos atravesando el pico de la primera ola. Pero estos son los números del comienzo de la segunda ola, por lo que todo indica que la situación se va a profundizar y que, como los expertos y las experiencias del resto del mundo lo advirtieron, el rebrote de Covid va a ser más grave y letal.

Con esta suba son casi 10 mil casos más en comparación a dos semanas atrás. El ritmo en el que suben los contagios y el fin de semana largo que se viene, sin ninguna medida o restricción por parte del gobierno, son dos de las cuestiones que más pueden influir en el colapso del sistema de salud, particularmente en ocupación de camas de terapia intensiva, y que pueden llevar a Argentina a una situación catastrófica, digna de las que se viven por estos días en Brasil, Chile o Uruguay. Esto sin mencionar que ya circulan cuatro nuevas variantes sin nexo epidemiológico ni contacto estrecho con viajeros,  lo que significa que hay circulación comunitaria de las cepas de Manaos, Reino Unido, Río de Janeiro y California.

Los informes de ocupación de camas de terapia son cada vez más preocupantes. A nivel país el porcentaje es del 56,6%, pero hay situaciones más delicadas que otras, como la de Salta que llega al 85% o la de Río Negro y Santa Fe, con 70%. En la Ciudad de Buenos Aires la ocupación informada oficialmente es el 28,6% (es decir, 1 de cada 3 camas), aunque hospitales como el Santojanni y el Rivadavia ya se encuentran al 100% de su capacidad. Desde el sector privado informan un 90% de ocupación.

Evidentemente el sistema de salud se encuentra más tensionado que el año pasado. En este sentido, al cierre de distintos centros de salud privados, como en provincia de Buenos Aires donde clausuraron al menos 9 clínicas en 2020, se suma que los que quedaron abiertos reconocieron que disminuyeron en un 30% las terapias intensivas por el “gasto” que representaban.

El sistema de salud es una olla a presión desde marzo de 2020. Cuando comenzó la pandemia la mayoría eran pacientes Covid positivos; cuando estos disminuyeron, los profesionales se encontraron con una oleada de pacientes que habían dejado sus tratamientos por el avance del virus, por lo que los trabajadores tienen un gran agotamiento acumulado.

Por parte del gobierno lo único que se propone es reforzar las medidas de cuidado individual (las mismas que todos conocemos desde hace un año) y “quedarse en casa”, a la vez que profundizan su carácter negacionista de los casos, donde aumentan pero no se sabe de dónde vienen, puesto que para los ministros no provienen del turismo, del trabajo ni de las escuelas. Nada concreto le ofrecen a la marea de trabajadores que van diariamente a trabajar en un transporte público abarrotado, o que en sus lugares de trabajo no poseen las condiciones mínimas de seguridad. Ni siquiera pueden ofrecer una vacunación masiva, aun cuando supuestamente Argentina compró 65 millones de vacunas y produce otras millones en la provincia de Buenos Aires, pero que se las llevan o están paradas por problemas de envasado, los mismos que nuestro país puede resolver con la logística y tecnología que posee.

No hay voluntad para cuidar a la población de la segunda ola, por eso la tarea del momento es llevar adelante un programa que plantee la defensa de los trabajadores y sus condiciones de vida, que plantee la centralización del sistema de salud, la confiscación de las dosis que se producen en Argentina y la liberación de las patentes para poner en pie una vacunación masiva, comités obreros con expertos en epidemiología que discutan las próximas medidas a tomar frente al avance del coronavirus y el aumento del presupuesto en materia de salud.