Salud

21/1/2021

Bariloche: aumentan los casos de Covid-19

El Estado se somete a las presiones patronales.

A comienzos de diciembre había 975 casos activos en Bariloche, mientras en una ciudad de similar cantidad de habitantes como Fiske-Menuco (Roca) había 114 casos. A pesar de esto, la temporada comenzó el 5 de diciembre y todos los controles sanitarios del estado que estaban en franco retroceso terminaron por ser nulos. Al momento de cierre de esta publicación los casos activos en la ciudad eran 1.480, y la ocupación hotelera rondaba el 60%.

La crisis sanitaria en la ciudad viene de arrastre

En primer lugar, los testeos preventivos comenzaron a realizarse de forma tardía y limitada, recién a fin del año pasado. Desde diciembre se han realizado solo 400 testeos de coronavirus correspondientes al Plan Detectar, arrojando en sus inicios una positividad del del 51% (Río Negro, 19/1). Por su parte, el plan de vacunación para el personal sanitario está sumamente retrasado: hasta el momento se han vacunado solo 450 trabajadores de la salud con la primera dosis y restan 2.500 personas más. A la par, trabajadoras y trabajadores de la salud siguen falleciendo, como en el mismo Bariloche, o como pasó en Fiske Menuco. Así las cosas, la promesa de vacunar a docentes y trabajadores de la educación para garantizar la presencialidad en el inicio del ciclo lectivo se presume improbable.

Esta cadena de responsabilidades no excluye al gobierno nacional, el cual fue un activo promotor de la temporada turística con la promesa de que contribuiría a fortalecer la deficitaria estructura sanitaria de la provincia. En concreto, se anunció la construcción de dos centros modulares sanitarios en Las Grutas y Bariloche, principales destinos turísticos de la provincia. Si bien el gobierno provincial construyó la platea donde iban a montar los módulos de nación, realizando un gasto de $17.000.000 a través de una contratación directa, las estructuras nunca arribaron a la ciudad. Como si fuera poco, la propia gobernadora Arabela Carreras (Juntos Somos Río Negro) reconoció que no había personal sanitario del proyectado centro sanitario. Tampoco en salud vemos entonces que hayan grietas entre el gobierno nacional del Frente de Todos, y el provincial de Juntos Somos Río Negro, cuando de ajustar la salud se trata. De hecho, pasado un año no se evidencian las supuestas inversiones que hicieron tanto en el sistema de salud nacional, como el provincial.

El gobierno criminaliza la juventud

Los viajes estudiantiles fueron los primeros turistas en llegar a Bariloche, a comienzos del mes pasado. Estos paquetes de viajes cerrados incluían un protocolo especial y pretendían ser mostrados como una garantía de la viabilidad de la temporada. Sin embargo, con el arribo de los egresados fueron cada vez más frecuentes los brotes de contagio de coronavirus en esos grupos, llegando al caso de que algunos no habían declarado haber contraído el virus previo a la realización del viaje. Asimismo, se multiplicaron las fiestas clandestinas.

A partir de esto, el gobierno municipal y los medios de prensa locales construyeron un fuerte discurso contra los jóvenes y adolescentes que vacacionan en Bariloche. En lugar de asumir la responsabilidad de que los controles son casi inexistentes y que las medidas preventivas consisten exclusivamente en delegar los cuidados individuales en la población, se construyó a los jóvenes como chivo expiatorio que exculpa a las autoridades municipales y provinciales, es decir, al propio estado.

Para el caso de los viajes de egresados, el intendente Gustavo Gennuso (Juntos Somos Río Negro) declaró que realizarían las correspondientes denuncias penales a los menores, pero omitió expresarse sobre la responsabilidad empresarial y la revisión de los requisitos para el ingreso a la ciudad. Genusso se coloca así en línea con el discurso nacional del Frente de Todos, que responsabiliza, estigmatiza y criminaliza a la juventud.

Respecto a las fiestas clandestinas, y pese a que el Consejo Municipal de Bariloche aumentó el monto de las multas cuando empezaron a difundirse las noticias sobre su realización, se terminaron acordando pagos ínfimos para los responsables. El caso más trascendente fue el de la fiesta realizada en la zona de La Paloma a la que concurrieron 500 personas, ofreciendo transporte desde la ciudad. La familia Haneck, propietaria del campo, alegó que quienes habían alquilado el lugar dijeron que el encuentro iba a reunir a 20 personas y, pese a que se negó a revelar la identidad de los organizadores de la fiesta, fue beneficiada con la figura legal del “criterio de oportunidad”, aceptando una sanción económica de $150.000 (El Cordillerano, 19/1).

Por una salida de los trabajadores a la crisis sanitaria

Este cuadro de situación muestra la responsabilidad del gobierno ante la pandemia, el cual asumió la necesidad de salvar al capital a costa de la salud de la población. Hay que imprimir otra orientación a la lucha contra la pandemia, teniendo como base la centralización del sistema de salud, bajo control de representantes electos de los propios trabajadores, algo que el Frente de Todos y Juntos Somos Río Negro no pretenden llevar adelante. Esto permitirá dar respuesta a los reclamos de sus trabajadores, en materia salarial y de condiciones de trabajo, a la vez que posibilitará el establecimiento de las medidas sanitarias que sean necesarias.

La crisis económica general y los altos índices de desempleo y pobreza, sumados a la crisis sanitaria provincial deben ser abordados con una asistencia extraordinaria que permita el cumplimiento de las restricciones para aminorar los contagios. Este programa debe (y puede) ser financiado mediante el no pago de la deuda externa y el proyecto del Frente de Izquierda de impuesto extraordinario a las grandes rentas y fortunas.