Salud
27/9/2024
Crisis en Salud: renunció el ajustador Russo, entra el privatizador Lugones
El ataque del gobierno a trabajadores y pacientes encuentra límites en distintos procesos de lucha y en las consecuencias sanitarias que afectan al conjunto de la población.
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Renunció Mario Russo.
En horas de la noche de este jueves 26 el gobierno nacional dio a conocer la renuncia del ministro de Salud de la Nación Mario Russo, quien en tan solo 10 meses al frente de la cartera protagonizó distintas crisis sanitarias debido al ajuste oficial sobre la cartera, y la orientación de Milei de refrendar los negocios de la salud privada en medio de la epidemia del dengue y distintos conflictos salariales y laborales con los trabajadores de la salud.
La corta gestión de Russo estuvo atravesada por diversas crisis sanitarias, comenzando con los cuestionamientos al gobierno nacional por la supresión de la entrega de medicamentos de costo elevado, particularmente para el tratamiento de pacientes oncológicos y otras patologías similares, que derivó en un escándalo con denuncias cruzadas, amparos ante la Justicia y víctimas fatales.
Sumado a esto, el gobierno fue responsable de la peor crisis de dengue de los últimos tiempos, con una gestión de ajuste bajo el pretexto de “no hacer” y “acompañar” bajo la política de “supervisión sanitaria”: otro eufemismo para no poner un peso.
La crisis fue tal que al poco tiempo comenzaron a escasear, incluso, los repelentes de consumo privado, siendo que el gobierno siquiera fue capaz de garantizar el abastecimiento de los mismos en condiciones epidemiológicas explosivas: infestación de mosquitos y proliferación del agente vector del dengue por falta de campañas, urbanización y descacharreo en barrios.
Russo fue quien salió ante los medios a explicar que el gobierno no ofrecería la vacuna Qdenga ni la incorporaría al calendario de vacunación por, supuestamente, no existir estudios fidedignos que demuestren su eficacia. Pasado casi un año no han resuelto nada positivo en la materia, siendo que escasean las vacunas en el sector privado y es excesivamente estrecho el alcance de los programas anunciados por cada provincia. Lo poco adquirido por nación incluso ha suscitado una crisis interna, trascendiendo un acuerdo del ministro saliente con CABA para beneficiar a dicha jurisdicción con el reparto.
La renuncia del ministro de Salud se da también en las vísperas de un nuevo ajuste sobre la cartera: del dibujo de Proyecto de Presupuesto 2025 presentado por Milei, Salud sale desfavorecida con el “aumento” (6,2%) en el cuadro de un ajuste general.
El ajuste presupuestario se da en el marco de distintos conflictos en la salud pública. El gobierno viene de despedir y recortar puestos en el Hospital Posada, desarmando áreas y servicios vitales. En el Garrahan se viene desarrollando un fuerte proceso de lucha por la recomposición salarial, ante el vaciamiento del gobierno nacional y sus aliados.
A su vez, el gobierno se comprometió por medio de una resolución a una recomposición del 35%, por fuera del básico, para los residentes, pero luego dieron marcha atrás con la excusa de que Economía no habilitaba los fondos. Un escándalo.
En lugar de Russo, el gobierno anunció la designación de Mario Lugones, del Grupo Güemes, proveniente del sector privado e identificado como el ministro de Salud “en las sombras” hasta la fecha.
El Sanatorio Güemes es reconocido como uno de los lugares de mayor precarización y vulneración de los derechos laborales del sector, algo que el gobierno busca replicar a gran escala pero que se enfrenta con la movilización de trabajadores y trabajadoras de la salud.
Las contradicciones que encierra la renuncia de Russo seguramente se pongan de manifiesto en las crisis por venir, ya que la política oficial de ajuste presupuestario agrava todos los indicadores sanitarios y obliga a trabajadores y pacientes a movilizarse y denunciar los recortes.
El cambio de figuritas al frente de Salud se realiza en función de profundizar una línea de acción que encuentra límites claros en la salud de la población y la lucha de clases. Una orientación que puede ser derrotada unificando todas las luchas del sector y los reclamos de trabajadores y pacientes, en defensa de la salud pública.
