Salud

19/6/2021

BUENOS AIRES

Dos tercios de la población bonaerense no tienen ni la primera dosis de la vacuna

Kicillof y su ministro de salud, Daniel Gollán contra la estatización del sistema de salud.

Apenas un día después de que Kicillof declarara en Garín (Escobar) que su gobierno hizo “la expansión más grande del sistema sanitario provincial de los últimos 200 años”; los trabajadores autoconvocados de los hospitales municipales bonaerenses fueron reprimidos en el Puente Pueyrredón por reclamar aumento de salarios y mejoras en las condiciones laborales. Siete días atrás, los gases fueron para los trabajadores tercerizados y desocupados en el marco de la jornada de Llucha del Plenario del Sindicalismo Combativo. La crisis y fracaso de la política de salud, junto a la miseria salarial y flexibilización laboral, cargan el ajuste y la represión sobre los trabajadores.

Chamuyo nacional y popular

En Garín, localidad del municipio de Escobar, se encuentra el laboratorio de Hugo Sigman, capitalista amigo de Ginés García y de Alberto Fernández, donde ya se produjeron más de 100 millones de vacunas AstraZeneca para la exportación. Una postal del relato nacional y popular porque esas vacunas no quedaron en el país. La “centralización del sistema de salud”, que tardíamente postula Cristina Kirchner, autodevenida jefa de campaña electoral del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires, no contempla ni por asomo la intervención de los laboratorios privados para garantizar la vacunación masiva cuando ya son casi 44.000 los fallecidos en territorio bonaerense.

Corrido por un escenario electoral desfavorable, el kirchnerismo le enrostra a Juntos por el Cambio el haber destruido el sistema de salud en la provincia. Con tono exaltado y desde la tribuna, Kicillof la emprende contra Vidal por la reducción de las partidas para salud en el Presupuesto 2019. Un 5,5% que fue el más bajo en muchísimos años. Lo que no dice “el Kici” es que desde hace más de una década que los fondos para la salud pública vienen cayendo persistentemente hasta un miserable 6% como parte del ajuste de los gobiernos peronistas y “neoliberales”.

Esta tierra arrasada de Vidal no le impidió al gobernador y ahijado político de Cristina prorrogar el presupuesto de ajuste de la exgoberandora durante todo el 2020 . El “bicentenario” Kicillof votó con la derecha el Presupuesto 2021 que “incrementa” apenas un 30% nominal el presupuesto de salud por fuera de las partidas destinadas al pago de los salarios. A ese 30% ya se lo comió la inflación, que ronda el 22% en los primeros cinco meses del año, y la devaluación del peso. En términos reales, Kicillof destina sólo el 6,15% del presupuesto provincial para los hospitales y la salud pública bonaerense, levemente por encima del 5,5% de María Eugenia Vidal.

Kicillof hace campaña de “gestión” con la ampliación de la “contratos de compra” de vacunas. Las cinco millones de dosis (CanSino) se sumarían a las quince millones de dosis por venir del laboratorio indio Bharat. En verdad “los contratos para las vacunas” están más que verdes, como le recordó Santiago Cafiero al gobernador kirchnerista , y sujetos a todo tipo de condicionamientos de producción y permisos de exportación en sus países de origen. ¿Lluvia de vacunas? El anuncio de un millón y medio de nuevos turnos de vacunación está condicionado a la llegada de mayores dosis y en lo inmediato limitada a una tanda de 360.000 turnos que se enviarían desde la semana que viene.

El gobernador se jacta de que ningún bonaerense se quedó sin atención médica y manipula un 73,5% de ocupación de camas de terapia en el Amba para justificar el levantamiento de las restricciones. Una semana atrás, y sin que bajen las víctimas fatales, el gobierno reconocía un crecimientos del 50% de los internados y una saturación de las unidades de terapia intensiva que rondaba el 80%.Para la Sociedad Argentina de Terapia, los porcentajes son aún más elevados con una ocupación que llega al 90%. La realidad es que con 10.000 contagios promedios en los últimos catorce días, los vacunados en la provincia totalizan cinco millones con la primera dosis y un millón doscientos mil con el esquema vacunatorio completo sobre casi dieciocho millones de bonaerenses.

Pero además el Presupuesto 2021 habilita al gobierno a “reasignar partidas”, es decir a desviar fondos como garantía de pago de deuda externa bonaerense. Con la soga al cuello del default y la judicialización en los tribunales de Nueva York -Kicillof reconoció integralmente la deuda y la jurisdicción extranjera para los litigios-, el gobierno provincial adelantó que hará un “último esfuerzo” para cerrar el canje el 18 de junio. Más concesiones y entrega: Kicillof va a meter mano donde pueda, incluido el magro presupuesto sanitario, para “acordar” con los buitres.

Como ha ocurrido desde los tiempos de Vicentin, los “nacionales y populares” volvieron a arrugar, esta vez por boca del ministro de Salud de Kicillof, Daniel Gollán, quien desmintió toda estatización del sistema de salud. Gollán fue por demás explícito cuando dijo que “absolutamente no buscamos estatizar el sistema sanitario provincial”. Desde el comienzo de la pandemia, Kicillof dio muestras de lo que su ministro llama integrar a los distintos “actores de la salud”. El gobierno del Frente de Todos viene subsidiando a tasa cero, y mientras dure la emergencia, a los sanatorios y clínicas privadas con los fondos de los estatales y docentes afiliados a la obra social de la provincia, es decir, mediante una confiscación que descapitaliza al Ioma (la obra social de la Provincia) en favor de los capitalistas de la salud, a quienes además le suben los aranceles.

Los 200 años de Kicillof y la interna del peronismo

La parodia del “nadie hizo tanto en 200 años” es también un dardo envenado contra Scioli, exgobernador de la provincia y hoy candidato a encabezar la lista de diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires. En “modo electoral” Kicillof le pasa factura a Daniel Scioli, a quien Alberto Fernández elogió como su alter ego. El mensaje está dirigido en segundo término al próximo congreso del Partido Justicialista bonaerense, que rubricará el acuerdo con el Frente de Todos, y del cual participará el “rebelde” Gray enfrentado a Máximo Kirchner, presidente electo del PJ provincial quien aún no pudo asumir. La lista de unidad del peronismo va de la mano de otros recules del kirchnerismo, que no tiene candidato propio en la provincia como no sea el otro derechista Sergio Berni, jefe de la Bonaerense.

La interna del Frente de Todos se corre a la derecha, como lo prueba el levantamiento de todas las restricciones, la vuelta a las clases presenciales sin condiciones epidemiológicas, sanitarias y edilicias, la ratificación de que no habrá reapertura de paritarias para estatales, y la capitulación en puerta ante los bonistas de la deuda.

Si Kicillof decidió forzar la vuelta a las aulas con los ojos puestos en las encuestas que le son adversas, la “presencialidad” expuso como nunca el deterioro y derrumbe de la escuela pública bonaerense. Un año y medio de ajuste a la educación. En La Plata el 70% de las escuelas no reúne las condiciones ni garantizan el retorno a clases por falta de inversión y un plan de obras. En toda la provincia los establecimientos escolares donde los protocolos sanitarios son incumplibles superan el 50% de las escuelas. Lejos de la “presencialidad cuidada” se trata de un fracaso anunciada por falta de obras y cuando se habla ya de la tercera ola de la pandemia en el mundo por la difusión dominante de la cepa Delta, mucho más contagiosa y letal que la original.

Centralizar y nacionalizar el sistema de salud

La intervención estatal a los laboratorios privados que fabrican las vacunas o sus componentes es el punto de partida para un plan de vacunación integral afectando a los monopolios propietarios de las patentes. También para la centralización del sistema sanitario y un aumento del presupuesto de salud que garantice los testeos masivos de la población, el equipamiento de los hospitales, insumos y respiradores, y la reapertura de paritarias con aumento salarial como reclaman los trabajadores y profesionales de la salud, que están en la primera línea de la lucha contra el coronavirus.

Las “ofertas mejoradas” de pago a los bonistas buitre de la deuda, organizados en el “Comité de Acreedores”, contemplan todo tipo de beneficios que son incompatibles con los recursos necesarios para combatir la pandemia y sostener un aislamiento efectivo mientras avanza la vacunación.

La campaña por un Congreso del Frente de Izquierda Unidad, que potencie a la izquierda revolucionaria como alternativa a los polos patronales, incluida la tercera vía de Randazzo, une la lucha por la vacunación, la defensa de la salud pública, y los salarios al no pago de la deuda a los bonistas y la ruptura con el FMI.