En San Juan la realidad sanitaria es una tragedia silenciosa que afecta al 80% de la población, y ningún medio local hace referencia a esta realidad gravísima.

Los hospitales públicos, a pesar de su ostentosa infraestructura, se encuentran en un estado de colapso que deja a miles de personas desamparadas. Los pacientes llegan a las 00:00 horas y a las 7:00 aún esperan ser atendidos. Esta espera inhumana es la triste realidad para quienes buscan atención médica en los centros de salud provinciales.

El ajuste del gobernador Orrego se manifiesta en la falta de atención oportuna en los centros de salud, la escasez de recursos básicos como calmantes, y la derivación de pacientes a otros hospitales sin garantizar su atención inmediata. Es común la odisea de tener que viajar más de 90 kilómetros en busca de un simple analgésico.

Esta situación es inaceptable y refleja un profundo ataque al bienestar de la población. Mientras los hospitales carecen de personal médico, especialistas e insumos básicos, el gobierno de Orrego y Milei prioriza el pago de la deuda y reprime de las manifestaciones sociales.

La situación es crítica no solo en los hospitales, sino también en los centros de atención primaria. La falta de insumos, la ausencia de especialistas y la imposibilidad de conseguir turnos a través de un WhatsApp convierten la búsqueda de atención médica en una odisea. No hay personal médico capacitado ni recursos suficientes.

El gobierno de San Juan tiene la obligación de garantizar el acceso a una atención médica digna y oportuna para todos sus habitantes. Pero el gobierno es contrapuesto a las necesidades de la población trabajadora.

Es hora de luchar por un sistema de salud pública que garantice el derecho a la salud para todos los sanjuaninos. No podemos permitir que la falta de atención médica siga cobrando vidas.

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