Salud

18/6/2021

coronavirus

Llegaron vacunas pero el ritmo de vacunación volvió a bajar

En la última semana fue un 20% menor.

Luego de registrarse un estancamiento en el ritmo de vacunación, esta última semana se confirmó la disminución en la cantidad de dosis promedio administradas por día. De 324.888 se pasó a 259.889, lo que equivale a un 20% menos. Llama la atención que sea así, cuando en las últimas semanas han llegado cargamentos que permitieron que Argentina alcance las 20 millones de dosis, hecho festejado por cada sector del oficialismo sin distinción.

El ritmo de vacunación no bajó porque dejaron de llegar vacunas, sino porque no se administraron. El stock actual es de más de 3 millones de dosis: 20.600.190 fueron distribuidas y 17.475.935 administradas. A su vez, este fin de semana se esperan 2 millones más de la vacuna Sinopharm, que llegarían en dos vuelos el sábado y el domingo.

La cuestión de fondo es la logística, que incluye los procesos implicados en la distribución, la conservación y la aplicación de las dosis. Este es uno de los problemas centrales detrás del bajo ritmo de vacunación del país, ya que aumentar la cantidad de dosis que se administran requiere la colocación de una serie de recursos materiales (vacunatorios, aviones, personal) y económicos que salen del esquema de ajuste que el gobierno ha defendido durante este año en relación a la pandemia y la asistencia sanitaria.

Es el mismo ajuste que llevó a reducir el presupuesto 2021 en salud y que demuestra que los festejos por los 20 millones de dosis y las supuesta prioridad que tendría la inmunización para el gobierno no son más que una simulación para la tribuna. En ese sentido fueron los dichos de CFK el lunes en La Plata, donde habló de que con la vacuna “vamos a volver a ser felices”. La idea de que la vacunación absuelve al gobierno de tomar otras medidas sanitarias que la acompañen se contradice con las experiencias del resto de los países del mundo, que nos muestran que allí donde no se disminuye la circulación en pos de mantener las actividades productivas surgen nuevas variantes que terminan por poner en riesgo a la población mundial.

Lo mismo sucedió con la llegada de la segunda ola, que el gobierno ignoró al punto de no estimar prácticamente ningún gasto para la contención de la pandemia, incluso aunque se veía el recrudecimiento de la misma en los países del hemisferio norte.

Así es como Argentina tiene 4 veces más muertos de los que debería, si se compara el porcentaje que representa la población del país a nivel mundial (0,57%) y la cantidad de muertos que “aportó” al total (2, 25%), además de estar entre los países que peor manejó la pandemia.