Salud
12/5/2020
Más de 500 casos en la Villa 31: una tragedia evitable
Estalló la bomba de tiempo. Es necesaria una respuesta integral frente al abandono de los gobiernos.
La escandalosa cifra oficial de este martes, de 511 vecinos y vecinas contagiados de coronavirus en la Villa 31, confirma lo que ya se venía alertando: que el plan de los gobiernos nacional y porteño de una cuarentena sin recursos económicos es imposible, y que las condiciones de hacinamiento y falta de infraestructura contribuyen a la rápida propagación del virus.
Lo que señalamos como una bomba de tiempo ya estalló: las estadísticas arrojan que de cada 100 test realizados 60 son positivos, y nada indica que la curva de crecimiento esté en vías de aplanarse –por lo que los registros de esta mañana serán segura y lamentablemente superados en pocas horas.
Ayer se hizo público que, de las nueve muertes registradas en el país el lunes, tres corresponden a las villas porteñas, donde las muertes ya totalizan ocho y los casos 685. Por su parte hoy, luego de detectarse un nuevo salto en la circulación de la enfermedad en el parador para personas en situación de calle del lindante barrio de Retiro –ya suman al menos 79 contagiados, el albergue tuvo que ser cerrado.
Los controles en la 31 –que han sido denunciados por los vecinos como “una burla”– hoy se realizan conjuntamente entre los gobiernos nacional y de la ciudad. La sintonía entre ambos es pública, como mostraron las felicitaciones radiales del presidente a Rodríguez Larreta por su gestión ante la crisis del Covid-19, y la participación de este en el anuncio de extensión de la cuarentena. Así lo denunció el legislador Gabriel Solano, del PO-FIT, en su intervención en la Legislatura Porteña, contrastando estas felicitaciones presidenciales con la falta de agua en la Villa 31 y otras y la precariedad con la que los trabajadores de la salud realizan sus tareas en la ciudad.
Abandono y cooptación
Con un operativo sanitario en el barrio que cuenta con una escasa dotación de profesionales de salud, se ha incorporado al mismo a las organizaciones sociales cooptadas por el gobierno nacional.
(Parte de un acercamiento que no estaría exento de problemas: Perfil se refería este lunes a una “feroz interna” dentro del gabinete de Larreta, entre María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y partidaria del acercamiento con tales organizaciones, y el secretario de Integración Social y Urbana, Diego Fernández, que renegaría del mismo).
Estas agrupaciones sociales encabezan junto con la Iglesia el “Comité de crisis” del barrio, con el que se busca contener las protestas de los vecinos sin garantizar una verdadera asistencia. Y encubrir a los gobiernos, que destinan fortunas a la deuda externa y los empresarios y menos que miserias a la urbanización del barrio y la salud.
Lo propio sucede con la alimentación popular, como se ve en el hecho de que el Ministerio de Desarrollo social no satisface los reclamos de más comedores y mercaderías –e incluso, excusándose en problemas con las licitaciones, corta la provisión de estas a los comedores y asambleas del Polo Obrero. Y en general con la supervivencia: se sigue demorando el cobro del IFE para millones de familias que lo necesitan urgentemente.
Una solución ya: protocolo de acción para los barrios
Desde el Polo Obrero planteamos un protocolo de acción para los barrios, para dar una respuesta integral frente a la pandemia y la crisis económica. El mismo contempla un seguro al desocupado de $30 mil pesos; acceso al agua potable y urbanización real del barrio; extensión y aumento del subsidio habitacional contemplado en la ley 690, apertura de comedores e incremento de las partidas de alimentos para la 31 y todos los barrios que lo necesiten; aislamiento de los casos positivos en condiciones seguras, testeos masivos y reparto de kits de higiene a las familias.
Una vez más, y con absoluta crudeza, vemos cómo los intereses capitalistas son completamente contrarios a las necesidades de la clase trabajadora. En ese sentido, es fundamental avanzar con un verdadero impuesto a las grandes fortunas, la nacionalización del sistema de salud y el cese del pago de la deuda externa, para poner la riqueza nacional al servicio de las necesidades de la mayoría trabajadora.