Salud

31/5/2021

Río Negro (Playas Doradas): dejan sin gas al centro de salud pública

La gestión capitalista de Carreras-Zgaib hace que los “esenciales” sean invisibles para ellos.

Las y los trabajadores hospitalarios de la Sala de Primeros Auxilios Dr. Carlos Errecalde de Playas Doradas deben trabajar sin gas en el zeppelin y por lo tanto sin agua caliente y sin calefacción, o posibilidades para preparar alimentos o bebidas caliente que ayude a soportar el frío patagónico, en medio de una pandemia, y con los y las trabajadoras de salud en primera línea. La situación, recurrente en todas las unidades sanitarias de la provincia, es parte de una política sanitaria de ajuste aplicada por la gobernadora Carreras y el ministro de Salud, Zgaib, licenciado en Administración de Empresas, pero acordada con el gobierno nacional del Frente de Todos. Hay que decir, en ese sentido, que a un año de la pandemia, con la saturación del sistema de salud en la provincia, con pacientes de Covid-19 esperando ser atendidos en pasillos de hospitales, la legislatura provincial, donde confluyen el oficialismo, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, ha hecho oídos sordos a la situación, o dejando pasar el ajuste, o aplicándolo allí en los municipios donde gobiernan.

 

La sala de primeros auxilios cobra una importancia sanitaria muy importante, ya que el centro de salud más cercano se encuentra a 32 kilómetros, el Hospital Dr. Osvaldo Pablo Bianchi de la localidad de Sierra Grande, el cual está sufriendo hace años un proceso de vaciamiento que lo ha dejado en condiciones deplorables. Los vecinos denuncian que desde ventanas y baños rotos, goteras en los techos, falta de mantenimiento en general, y la carencia trabajadores hospitalarios profesionales disponibles en el centro de salud. Ante una urgencia hoy se deben hacer traslados al hospital de San Antonio Oeste, a 120 kilómetros más, el cual ya se encuentra colapsado y sin camas UTI.

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A pesar de esto, con el sistema de salud colapsado, el personal agotado, un alto nivel de muertes diarias y en el más alto nivel de alerta epidemiológica, el accionar del gobierno nunca fue limitar la circulación, ni fortalecer el sistema de salud público, ni atender los sectores de más golpeados por la pandemia. Los salarios por debajo del nivel de pobreza y conformado en un 75% por sumas en negro, la falta de equipamiento e infraestructura y el desvío constante de fondos al negocio de las clínicas privadas, viene de la mano de garantizar los intereses de las patronales y el pago de la deuda usuraria en dólares del Plan Castello.

La gestión capitalista de Carreras-Zgaib hace que los esenciales sean invisibles para ellos, que los pacientes afectados por Covid-19 estén deambulando sin camas, o se pida (y se denuncie) en forma más recurrente de parte de familiares enfermos equipos y oxígeno por las redes sociales para paliar en parte los síntomas, esperando asistencia.

Ante el fracaso criminal de los gobiernos, se hace necesario que las y los trabajadores intervengamos con un programa propio, independiente de los partidos que vienen gobernando hace décadas y que son responsables de esta catástrofe sanitaria.

Todos los recursos del Estado deben estar a disposición de la lucha contra la pandemia y bajo control de las y los trabajadores hospitalarios y la comunidad.

Salarios por encima de la línea de la pobreza, vacunación universal y testeos masivos. Protocolos estrictos en los lugares de trabajo y el transporte público.