El próximo 5 de diciembre habrá una acción propia de las fuerzas clasistas y combativas en el marco de la “Jornada Federal de lucha” que promueven las dos CTA, con epicentro en la Plaza de Mayo a partir de las 13 horas. Tras la reunión realizada en Ademys el pasado sábado, se consensuó realizar una radio abierta a partir de las 11 horas en el Obelisco, para luego movilizar al centro político del país en una columna diferenciada de las burocracias convocantes. Además, se acordó un documento, que traza una fuerte delimitación respecto de la política de las burocracias que controlan tanto la CGT como las CTA, quienes han contenido por todos los medios a su alcance una respuesta obrera frente a un ataque histórico. Por eso, planteamos la necesidad de un paro activo nacional como parte de un plan de lucha hasta derrotar al plan de Milei y sus cómplices. 

La fallida “Marcha federal” de la CTA confirma una ruta de acción dominada por intereses ajenos a la clase obrera que deberían organizar. Es fallida porque no hay columnas que lleguen de las provincias -tan solo acciones aisladas-. No hay agenda popular, pues están ausentes demandas claras y urgente -salario, jubilaciones, salud, educación, rechazo a la criminalización de la protesta, por nombrar algunas-. Ni siquiera hay paro de las centrales, lo cual obstaculiza concientemente la participación masiva -por el momento solo para ATE, que tampoco organiza seriamente sus huelgas-. La dirección de las CTA sigue completamente subordinada a la agenda de la CGT y en general de la interna pejotista, que en todas sus variantes colabora decididamente con el gobierno antiobrero de Milei. 

La reunión en Ademys fue continuidad de la realizada en el Garrahan por impulso de la Junta Interna de ATE; entre ambas reuniones participaron, además de los respectivos “anfitriones”, representantes de la AGD-UBA, del Sutna, de la Seccional Oeste de la Unión Ferroviaria, la oposición de Cicop, el movimiento piquetero independiente, la oposición Multicolor de Suteba, agrupaciones combativas de jubilados, agrupaciones clasistas de estatales, gráficos, telefónicos y otros gremios. En definitiva, fue un reagrupamiento del sindicalismo clasista y combativo que tiene el desafío de establecer una delimitación tajante respecto de todas las variantes de la burocracia sindical, que llevan adelante una intensa demagogia para fingir que luchan. 

Ahora, queda planteado que el documento consensuado sea aprobado por todos los órganos correspondientes de sindicatos y comisiones internas, a la vez que difundirlo nacionalmente para sumar apoyos y adhesiones. A la vez, hubo acuerdo entre todos las representaciones presentes respecto de que nos preparamos para ganar las calles, también, el próximo 20 de diciembre, a un año de la primera movilización que desafió la represión de Bullrich y Milei.