Sindicales

3/5/2023

Por el 1 de Mayo

Acto de la CGT: una central cada vez más lejos de los trabajadores

En el estadio de Defensores de Belgrano

El acto de la CGT en el estadio de Defensores de Belgrano, convocado bajo el lema “Estamos a Tiempo”, escenificó sus divisiones internas y, sobre todo, la distancia que la separa de los trabajadores.

El documento que se leyó y las intervenciones de dos de sus cosecretarios generales -Carlos Acuña y Héctor Daer– insistieron en el llamado a la dirigencia política y empresarial a “un gran consenso” cuando la clase capitalista más se enriquece a expensas de los salarios y los recursos nacionales; las referencias a la importancia de una “CGT Unida” contrastaron con la ausencia de varios pesos pesados.

Sergio Massa, el gran invitado (el acto fue pensado como una suerte de lanzamiento de su candidatura) se excusó por su viaje a Brasil y envió un mensaje que no llegó a ser leído. Aunque hoy es el candidato que más respaldos reúne entre la dirigencia sindical, su futuro está atado a la evolución de la crisis económica. El propio Daer, inclinado por Massa, apeló a una formula cuidadosa: “la CGT se siente cerca de todos los peronistas” y no descartó una Paso.

Por un nuevo pacto con el FMI y reforma laboral

Las críticas a Mauricio Macri y a Javier Milei (“le decimos basta a los irresponsables que hablan de dinamitar todo” y a “los que quieren dolarizar, quieren empobrecernos”) se alternaron con el pedido de “una rediscusión de plazos y pautas de las condiciones sobre los servicios de la deuda comprometidos con el FMI”; en lugar de romper el sometimiento al Fondo se propone un nuevo pacto para seguir pagando, que solo puede implicar más ajuste y más miseria.

Tanto Acuña como Daer hablaron de la reducción de la jornada de trabajo (“la jornada laboral de 48 horas es una antigüedad… la productividad de hombres y mujeres se multiplicó exponencialmente”) y la disposición de la CGT a discutir los cambios que el mundo reclama. La defensa del modelo sindical, o sea del rol de la burocracia sindical, detrás de un planteo novedoso.

Se presentan como quienes pueden garantizar una reforma laboral “ordenada” profundizando el rumbo actual: “el sindicalismo garantizó un espacio de “concertación sectorial que ha dado muestras de razonabilidad y evolución de las condiciones de trabajo”.

Una unidad complicada

Faltó Pablo Moyano que fue uno de los organizadores. No está claro si por su exclusión en la reciente reunión de la mesa chica con Sergio Massa o si por su pretensión de ser el orador de cierre, lugar que ocupó Héctor Daer. El momento de mayor tensión de la jornada fue cuando los Camioneros “taparon” la voz de Daer que simuló que nada pasaba. “Estamos todos”, dijo”.

Fueron muy notables también los faltazos de otros dirigentes, como Paco Manrique, del Smata y secretario de organización de la central; en la previa, Manrique realizó fuertes declaraciones contra la conducción y hasta denunció que Rodríguez de UPCN planea “vender” el histórico edificio de Azopardo en acuerdo con Horacio Rodríguez Larreta.

Otros ausentes fueron Abel Furlán de la UOM, Sergio Sasia de la Unión Ferroviaria y Omar Maturano de la Fraternidad, gremios estratégicos, pertenecientes a distintas corrientes (el kirchnerismo en el caso del metalúrgico y cercanos al moyanismo y a Los independientes los otros). La Corriente Federal había anunciado su participación en pleno, pero al final solo estuvieron Sergio Palazzo y el aeronáutico Juan Pablo Brey.

El que ocupo un lugar destacado en el palco fue Hugo Moyano; uno de los que más trabaja por la unidad con Los Gordos, los Independientes y los barrionuevistas. Es además quién mantiene una relación estrecha con una de las fracciones de “Las 62” encabezada por el taxista José Ibarra, que directamente realizó otro acto, que agrupó a unos 40 sindicatos, con un documento titulado: “Este gobierno no es peronista”.

El otro Moyano con juego propio es Facundo, secretario adjunto de Peajes, que se negó a subir al palco y realizó declaraciones críticas a la falta de medidas; muy enfrentado a Axel Kicillof también evitó, por ahora, apoyar a su ex jefe político Massa.

El pantano del PJ

La mesa chica de la CGT opera en este terreno pantanoso que a su vez es un reflejo de las fracturas y choques dentro del peronismo. Con Massa, más allá de las cámaras, mantiene un diálogo frecuente; Acuña fue un enviado al acto de Cristina en el Teatro Argentino de La Plata; tampoco faltan los contactos con Horacio Rodríguez Larreta (a quien definen como el mal menor dentro de las alternativas de JxC) y desde ya con las patronales.

En los próximos días la conducción cegetista se reunirá con los empresarios del G6 (UIA, Camarco, CAC, Adeba, Sociedad Rural y la Bolsa de Comercio) y con la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que integran los dueños de las compañías más grandes de Argentina, “en una iniciativa que los sindicalistas buscan que tenga el auspicio de la Iglesia”.

Cuando la burocracia repite “no somos convidados de piedra” no solo está pensando en las listas del peronismo sino también en su papel en la etapa que viene cualquiera sea el signo político del futuro gobierno.

A esta rosca infame contra los trabajadores (que Gerardo Martínez definió como “un proceso virtuoso evolutivo” que dio lugar a “un sindicalismo que tiene una responsabilidad social-política”) le oponemos la necesidad de un congreso de bases con delegados electos en todos los sindicatos y organizaciones de desocupados, que vote un paro nacional y un plan de lucha por el salario, las jubilaciones, los puestos de trabajo y todas las reivindicaciones impostergables.