Sindicales

31/7/2022

Ante el anuncio de “paro nocturno” de la UTA para el 2 de agosto

El reclamo del sindicato es insuficiente

El 27/07 la UTA formalizó ante las cámaras patronales del sector un reclamo de incremento salarial para la zona Amba de una suma fija no remunerativa de $25.000 para el mes de agosto y la reapertura de las paritarias a partir de septiembre, mes en el que se cobra la última cuota de la paritaria 2022, que totaliza un 50% y que contrasta con una inflación anual que se estima en alrededor del 75% u 80%, o quizás más. Con este último tramo el básico inicial conformado de bolsillo queda en $120.000 (a ese monto hay que agregarle el viático de $20.600 para completar el salario neto). Para el sector de técnica el salario básico conformado inicial se encuentra alrededor de un 15% abajo, o sea, $100.000.

Lo primero que hay que decir es que el reclamo del gremio es una lágrima, totalmente insuficiente. Además de la suma fija, ni siquiera formularon cual es el porcentaje que se pide de aumento salarial.

Las cámaras empresarias -con el cinismo que las caracteriza- manifestaron que “comprenden la justeza del reclamo” aunque rápidamente ataron cualquier mejora al incremento del subsidio estatal y reclamaron además por $14 mil millones de pesos en concepto de compensaciones tarifarias que, según manifiestan, les adeudan. Para sumar presión, el titular de la Fatap, salió a decir que las patronales no podrán hacer frente a esos números y si no hay mayores subsidios “no les quedará otra” que reducir el servicio como se ha hecho en Amba o “suspender o despedir empleados” (La Capital, 29/7).

Este curso de las negociaciones ya es un “clásico” en el gremio. El contenido principal de la paritaria no pasa por el salario de los trabajadores sino por los montos del subsidio que reclaman las empresas.

La burocracia sindical con Roberto Fernández a la cabeza actúa abiertamente como el mejor defensor de las ganancias de las empresas, a la par que el salario no para de caer año tras año, al mismo tiempo que avanza la reforma laboral que también dejan correr -los choferes “multilíneas”, los contratos a tres meses, el desconocimiento de los tratamientos médicos, y un largo etcétera.

Tras la reunión, la UTA anunció un paro de 22:00 hs a 6:00 hs. a partir de la noche del 2/8 y por una jornada, en principio en la zona Amba y al que anunció su adhesión la seccional de Córdoba. La medida dispuesta por la burocracia sindical, sin hacer una sola asamblea en ninguna empresa, empalma con el lock out parcial -disminución de servicios- que las patronales iniciaron el 18/7 y se extendió por alrededor de 2 semanas. El levantamiento de esta medida en defensa de las ganancias patronales, cuya imagen fueron las largas colas de trabajadores que no podían llegar a sus trabajos ni retornar a sus hogares, se produjo después que el gobierno puso fecha a la entrada en vigencia del aumento del 40% del valor del boleto. Ahora es el turno de la burocracia sindical de continuar la hoja de ruta que marcó la patronal, todo a cambio de que le tiren algún “hueso” mientras las patronales nunca resignan sus ingresos.

El paro anunciado fue recibido con total desconfianza y sin ninguna expectativa por la base del gremio, con una claridad en base a la experiencia de que estamos ante una nueva maniobra de la burocracia sindical para favorecer a los empresarios, que contrasta con la bajada de los delegados en las empresas que salieron a anunciar que “Fernández va a pelear el salario”. A nadie escapa tampoco que este discurso obedece a que ya comenzó la campaña electoral para elegir la dirección del gremio en octubre, en la que todavía se desconoce si finalmente será oficializada la lista de la oposición pro patronal de Miguel Bustinduy y la agrupación “Palacios”, agentes burocráticos del grupo Dota.

Respecto a la política del gobierno hay que decir que por una u otra vía -incremento de subsidios o tarifas- siempre ha intervenido en favor de los monopolios y empresas del sector que se han beneficiado de este esquema de transporte, aún cuando este cruje por todos lados. Los subsidios a las empresas no han devenido en una mejora salarial para los choferes, solo contribuyeron a acrecentar las ganancias de las patronales, lo que dejó además un servicio completamente deficiente y de pésima calidad que es padecido por toda la clase obrera del país.

Los tironeos vienen porque en una situación de total descalabro económico, político y social y con un gobierno en la cuerda floja, este vuelca sus recursos al pago a los acreedores internacionales incluso en desmedro de otros sectores empresarios. Por eso están a la orden del día los tarifazos y nuevos aumentos del servicio contra los sectores populares, que no se aplican en los términos que pretende el gobierno y las patronales por temor a que la situación abone la movilización de estos mismos sectores.

Deliberemos e impulsemos nuestras reivindicaciones

Frente al paro anunciado, con su carácter contradictorio, sus límites y el sentido de maniobra que quiere imprimirle la burocracia sindical colocando a los trabajadores del gremio como furgón de cola del reclamo patronal, debemos decir que se trata de un ensayo peligroso que responde también a encauzar un profundo descontento entre los trabajadores por la situación económica, en primer lugar, y a evitar que esto mismo se exprese en las elecciones del gremio. El paro entre gallos y medianoche -literalmente hablando-, es una maniobra que debemos enfrentar y superar por medio de una política para desarrollar y profundizar los reclamos presentes en todas las líneas. La burocracia sindical va a rehuir a una profundización de las medidas de fuerza en el centro político del país y en medio de una crisis galopante como la que se vive y donde existe un fuerte movimiento en la base del gremio expresado en las recientes luchas y autoconvocatorias por el salario.

La orientación de la burocracia sindical debe ser claramente caracterizada y denunciada frente a los trabajadores como un auxilio a la patronal, pero a su vez debemos servirnos del paro como un punto de apoyo para deliberar, reclamar asambleas, colocar el planteo del básico conformado inicial de bolsillo de $180.000, reclamar la reincorporación de los despedidos, enfrentar todas las expresiones de la reforma laboral en las empresas y para organizar un plan de lucha que ponga al gremio en la calle. El paro debe estar al servicio además de expresar el apoyo y la solidaridad con los trabajadores de la línea 60 que reclaman la reincorporación de los activistas y delegados despedidos y para potenciar todos los reclamos generales en el gremio y en cada empresa.

Esa es la orientación que llamamos a imprimirle al paro que se anunció. Hay que recoger el guante y desenvolver un reclamo que vaya a fondo.