Políticas

19/7/2022

Transporte: las patronales reducen la frecuencia de los colectivos a la mitad

Las empresas reclaman más subsidios.

Imágen: Télam.

Como parte de una medida patronal para reclamar el otorgamiento de una mayor cantidad de subsidios, más de cien líneas de colectivos que circulan por el AMBA han reducido este martes su frecuencia a la mitad. Las cámaras empresariales dicen que hay un desfasaje considerable entre los fondos que les envía el gobierno y el aumento general de los costos que han debido “afrontar” durante todo este tiempo. Este conflicto muestra que los platos rotos del programa incumplible con el FMI lo pagan los trabajadores, quienes están padeciendo largas filas y demoras para viajar hacinados en colectivo, cuando además estamos en la antesala de aumentazos en las tarifas del transporte público.

La medida fue organizada por la Cámara Empresaria de Autotransporte de Pasajeros (Ceap), la Cámara de Transporte de la Provincia de Buenos Aires (CTPBA) y la Cámara Empresaria del Transporte Urbano de Buenos Aires (Cetuba). Estas organizaciones empresariales nuclean al 85% de las líneas del Gran Buenos Aires.

José Troilo, presidente de la Ceap, indicó que el gobierno mantiene una deuda de 18.000 millones de pesos con las 170 empresas que operan en la región metropolitana. Lo que envía el Estado en materia de subsidios, denuncian las patronales, se halla desactualizado: “está pagando con los salarios de diciembre y el resto de los insumos a valores de septiembre de 2021” (Infocielo, 19/7). El 90% de los ingresos de las empresas del transporte está compuesto por subsidios, mientras que el 10% restante corresponde a la venta del pasaje, algo insostenible a lo cual el gobierno solamente responde planteando sumas siderales en el costo del boleto.

De hecho, los empresarios del transporte, mientras cobran las subvenciones estatales, han avanzado en una verdadera huelga de inversiones, lo que está afectando principalmente a los trabajadores, que acceden a un servicio pésimo. Incluso se encuentran haciendo frente a las contribuciones previsionales a través de “planes de pago”, a la vez que desarrollan una ofensiva contra los salarios, que fue enfrentada en varias ocasiones por los obreros con paros y otras medidas de fuerza.

La Federación Argentina de Transportadores de Automotor de Pasajeros (Fatap) había ido el pasado mes a un lock-out por los mismos motivos. En aquel momento, los capitalistas pidieron que se avance hacia un tarifazo de alcance nacional, todo en nombre de que existe una gran desproporción entre los subsidios que reciben las líneas del AMBA con respecto a los que perciben las empresas provinciales. Tanto las empresas provinciales como las del Gran Buenos Aires presionan por mayores boletazos y ataques al salario de sus trabajadores.

En esta sintonía, el jefe de Gabinete Juan Manzur, anunció a principios de junio un boletazo del 40% contra los trabajadores de GBA. Asimismo, la fallida reunión que este lunes los gobernadores mantuvieron con la ministra de Economía, Silvina Batakis, tuvo como un capítulo del trasfondo de la crisis la cuestión de los subsidios a las empresas del interior, lo que terminó mostrando la contradicción existente entre el ajuste que reclaman todos los gobiernos y la defensa de sus propias cajas y negociados con los grupos capitalistas para los cuales tributan.

El aumento de los subsidios que reclaman las patronales, a su vez, entra en colisión con las metas de ajuste fiscal reclamadas por el Fondo. Se trata de un problema en extremo importante para el gobierno y por el cual se le han abierto varios frentes de crisis, como ocurre con el gas. La política fondomonetarista es explosiva, ya que entre otras cosas recalienta la inflación.

Los subsidios a los capitalistas no han devenido en una mejora de la estructura del transporte público argentino, sino que, por el contrario, el servicio se encuentra en un estado calamitoso. Esos fondos han terminado profundizando el carácter parasitario de las empresas, toda vez que han utilizado el dinero para invertir en otros negocios o para ir hacia procesos de concentración de capital.

Hay que abrir los libros de las empresas para ver a dónde fueron a parar los subsidios y rechazar todo intento de descargar la crisis sobre la población trabajadora con nuevos boletazos.