El Astillero Río Santiago se encuentra paralizado. En la actualidad no se están realizando las obras para entregar los barcos encargados por Venezuela ni las lanchas para la Armada Argentina.

Si bien la pandemia ha afectado las actividades, el motivo de fondo de esta parálisis es una política de vaciamiento que involucra a los sucesivos gobiernos. Un informe técnico elaborado por la Universidad Tecnológica Nacional (sede Buenos Aires), encargado por la presidencia de la empresa en mayo del presente año, muestra detalladamente el estado de vetustez y deterioro de las instalaciones de la fábrica y se refiere a la falta de experiencia de su personal por la ausencia de trabajos específicos para un astillero de las dimensiones de Río Santiago.

El propio Estado prioriza la compra de barcos extranjeros en lugar de producirlos en astilleros nacionales: en 2014, en plena gestión de Cristina Kirchner, se compraron once buques de dragado a China. Luego en 2018 Macri adquiere en Francia cuatro patrulleras. Ahora la administración de los Fernández inició negociaciones para comprar un buque polar de segunda mano (30 años de antigüedad) a Australia, incumpliendo incluso el artículo 15 de la Ley de industria naval vigente.

La pandemia y el astillero

En anteriores notas remarcamos no solo la ausencia de planes de reactivación productiva de la planta, sino también el deterioro de las condiciones salariales de las y los trabajadores, así como los ataques del gobierno provincial al Ioma e IPS que afectan a los obreros de la planta.

Un punto importante está referido a la cuestión de las medidas de seguridad frente al Covid-19. En el marco de la flexibilización de la cuarentena, las actividades se fueron retomando en el astillero, con un protocolo que no fue discutido con los trabajadores y que ya está despertando críticas entre los mismos.

Las tareas de apoyo a la lucha contra la pandemia, por otra parte, han quedado restringidas a la reparación de camas, sillas de ruedas y construcción de unas pocas ollas para comedores populares en Ensenada y Berisso. Muy por debajo de las potencialidades del astillero y la voluntad puesta de manifiesto por parte del personal de obreros y obreras.

La política de ATE

Mientras tanto, las conducciones de ATE Ensenada y ATE provincia continúan con una política de total subordinación a los designios del gobernador Axel Kicillof, que entre sus principales prioridades tiene el pago de la deuda generada por las gestiones de Scioli y Vidal, un atentado a las posibilidades de despegue del astillero.

Los pedidos de concretar asambleas y la puesta en funcionamiento del cuerpo de delegados son ignorados por la conducción gremial de la lista Blanca, acompañada por la Celeste del PCR.

Desde Tribuna Estatal del Astillero-Coordinadora Sindical Clasista PO insistimos en la urgencia de realizar un plenario de delegados y activistas, precedido por asambleas de sector, para debatir temas neurálgicos como la reactivación del astillero, la constitución de comités de control obrero como única garantía del cumplimiento de las medidas de seguridad sanitaria y el reclamo del tratamiento de paritarias ante la creciente pérdida de poder adquisitivo de nuestros salarios.

Como lo marca la historia, una vez más cabe a los trabajadores tomar en sus manos la responsabilidad de sacar adelante a un astillero que día a día se hunde.

Septiembre 2018: Corto documental del Ojo Obrero sobre la fábrica naval pocos días antes de la represión que sufrieron sus trabajadores en el centro de La Plata