La conducción de ATE Ensenada, encabezada por Francisco Banegas y Pablo Rojas, decidió por cuenta propia que el Astillero Río Santiago no adhiera al paro convocado por la CTA para el pasado 24 de mayo. Sin asamblea o debate en ninguna de la secciones de la fábrica, dilapidaron la posibilidad de darle un carácter real a la “jornada de lucha”.

Informaron en cambio la asistencia de directivos del sindicato y delegados a la marcha de la CTA Autónoma, convocada no para revertir la pérdida salarial ante la inflación sino para solidarizarse con las consignas con las que el kirchnerismo trata de diferenciarse en la crisis interna del gobierno y despegarse del ajuste.

Por eso se negaron a organizar un paro, que hubiera tenido a Kicillof como destinatario de los reclamos contra la paritaria miserable y por un plan de trabajo para la planta naval en lugar de su privatización convirtiéndolo en una Sociedad de Estado.

Incluso, por la mañana del viernes 27 personal de seguridad impidió, por orden de la empresa, una actividad de Tribuna Estatal y el Partido Obrero en la puerta de la fábrica en que se repartían volantes para debatir estas cuestiones con los trabajadores, algo que no sucedía hace años.

Las razones para impulsar un paro son muchas y son urgentes. Necesitamos un plan de obras navales, inversión tecnológica, el pase a planta del personal contratado, aumento paritario con cláusula gatillo ante la inflación, entre otras. Son motivos de sobra para recuperar las asambleas de sector y la asamblea general, y en ese camino desde Tribuna Estatal vamos a pelear por una renovación de los delegados que esté a la altura de las circunstancias que atraviesa la naviera estatal.

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