El lunes 6 de mayo comenzó en Bahía Blanca el juicio oral por la muerte de Juan Carlos Manfredini, obrero precarizado de 25 años que murió producto de la explosión de un cargamento de hidrocarburos depositado de manera ilegal e insegura en un departamento dúplex de vivienda de la calle Cuyo, propiedad de la empresa Camin Cargo Control, en octubre de 2010.

Manfredini trabajaba para esa firma, una tercerizada del Polo Petroquímico que se encargaba del tratamiento de muestras del material inflamable, que transportaba de forma clandestina en micros de pasajeros de larga distancia. Marcelo Camin, titular de la empresa, está acusado de homicidio culposo.

Este juicio, demorado más de 8 años, fue precedido por la condena en segunda instancia del gerente Maximiliano Metz (por homicidio culposo), luego de haber sido absuelto en primera instancia en 2016.

Si bien Manfredini fue la única víctima de la explosión, esta pudo haberse llevado la vida de decenas de personas.

Un régimen precarizador

El inicio de este juicio coincidió con el fallecimiento de dos obreros en Fortín de Piedra (Vaca Muerta), llegando a 7 los obreros petroleros que han perdido la vida en los últimos 14 meses en “accidentes” laborales. También se han producido numerosos casos en los últimos meses en el cordón industrial de San Lorenzo. La precarización laboral mata.

Los dirigentes del PO bahiense, Néstor Conte y Emiliano Fabris, acompañaron a la familia de Juan Cruz en el Palacio de Tribunales de Estomba 34 en la primera jornada de juicio.

Conte denunció que “la absoluta precariedad en el trabajo estaba al servicio de abaratar costos a las empresas del Polo Petroquímico, que no están en el banquillo de los acusados. Este es otro de los mecanismos pérfidos de la tercerización: los beneficiarios directos y responsables últimos no afrontan las consecuencias de los ‘accidentes’ que se llevan la vida de decenas de trabajadores.”

En tanto, Fabris dijo que “la juventud es la principal víctima de la precarización, que es una política de las patronales para abaratar costos y descargar la crisis sobre los trabajadores. Así, los precarizados también son la primera variable de ajuste. Tenemos los despedidos de los call centers como Aegis en nuestra ciudad, los que trabajan jornadas extenuantes sin aportes ni cobertura de riesgo en los Rappi. Pero esa misma juventud se organiza para luchar, junto a la izquierda”.

El “modelo” de la tercerización –amparado por la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner- es el que Macri pretendió profundizar de la mano de la reforma laboral que contaba con el aval de la burocracia de la CGT, y que las grandes movilizaciones de diciembre de 2017 pusieron en el freezer. No obstante, este proceso de precarización se está llevando adelante con la modificación de los convenios colectivos en numerosos sindicatos (petroleros, lecheros, metalmecánicos, entre otros).

Contra esta precarización luchaba Mariano Ferreyra y por eso fue asesinado por la burocracia pedracista de la Unión Ferroviaria. Mariano fue asesinado en Barracas tres días después de la explosión que se llevó la vida de Juan Cruz en Bahía Blanca.

Reclamamos la condena de Camin y el fin de la precarización laboral. Inmediato blanqueo y prohibición del despido de cualquier trabajador/a ante la sola denuncia de su condición informal de contratación. Seguimos reclamando comisiones de control de la seguridad e higiene a cargo de los trabajadores, con poder de parar la producción. Reparto de las horas disponibles de trabajo sin afectar el salario. Para que no haya más Juan Cruz Manfredini, necesitamos una salida obrera a la crisis. Que la crisis la paguen los capitalistas.