Sindicales
14/7/2025
Carrefour se retira de Argentina
Despidos en cartera.
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Carrefour.
Carrefour lidera el mercado argentino con más de 680 supermercados y una facturación cercana a los U$S 6000 millones anuales, y hasta cuenta con su propio banco, el Banco de Servicios Financieros, que suma casi un millón de tarjetas en la calle.
Tiene 17.000 empleados y hoy se encuentra entre los cinco mayores empleadores privados de la Argentina, donde opera desde 1982 con trabajadores que promedian los 15-20 años de antigüedad.
Se quiere ir, pero si alguien les pone la plata para compartir el riesgo se quedan un rato más. Los nombres que suenan son los del fondo de inversión Inverlat -los dueños de Havanna-, el empresario Rubén Cherñajovsky -que ya puso un pie en el consumo masivo con la adquisición del negocio local de Procter & Gamble- y Mercado Libre.
El éxodo de capitales multinacionales sigue sumando nombres
No es el primero. Tampoco el último. En los últimos años ya armaron las valijas Exxon Mobile, Petronas, Procter & Gamble, el HSBC, Walmart, Falabella, Latam, Norwegian, Qatar Airways, Shell, BASF, Glovo, Nike (como operación directa), Danone (en parte), y la lista sigue.
Detrás del cierre hay una estrategia global de la matriz para concentrar recursos en mercados “core” (Francia, España y Brasil), desinvirtiendo en economías que califica de “alto riesgo” como la de Argentina. Su retiro abre la puerta a que otros actores locales, bajo lógica de rentabilidad, cierren o reduzcan sucursales, encareciendo la canasta familiar.
¿Y los trabajadores?
Ya en 2018, sindicatos como Comercio y Camioneros intervinieron aceptando retiros voluntarios. Porque un “Procedimiento Preventivo de Crisis” anticipaba cierres de locales y posibles desvinculaciones. Se cerraron sucursales en Resistencia, Tucumán, Quilmes, Congreso y Villa del Parque; hubo denuncias de más de 3.000 despidos y caída de 11 sucursales. En La Paternal, trabajadores incluso realizaron una ocupación para garantizar sus puestos.
No es una crisis aislada: forma parte de un éxodo de multinacionales que internalizan precariedad mientras dejan al país con menos inversión y más desempleo estructural.
Las experiencias de trabajadores despedidos en Carrefour reflejan la complejidad de contextos laborales exigentes: desde la presión operativa diaria hasta despidos injustificados. Legalmente, la empresa suele ganar en casos de faltas (como hurto o mala práctica), pero pierde cuando no aporta pruebas sólidas (videovigilancia mal documentada). En Argentina, los testimonios y denuncias sindicales pintan un panorama de inestabilidad y precariedad laboral.
Según usuarios en Reddit, el ambiente en Carrefour puede ser:
• Demandante y polivalente (“te hacen de todo: caja, repositor, limpieza”), con horarios irregulares y mucha presión.
• Salarios modestos, especialmente si se ingresa por agencia, con contratos temporales de 3 meses y sin garantías de continuidad.
• Ambiente dependiendo de la sucursal: algunos mencionan un buen trato y pago en blanco, con descansos y extras, pero también turnos extendidos y ritmo agotador.
• Críticas y comparaciones: lo describen a veces como “súper esclavista”, “tóxico”, con alta rotación y rigor excesivo en faltas o retrasos.
• Denuncias de retiros voluntarios encubiertos: hubo acusaciones de manipulación para reducir la plantilla, dejando puestos sin cubrir y aumentando carga de trabajo y precariedad .
• Despidos en logística: camioneros denuncian desvinculaciones sin causa, persecución sindical y amenazas.
• En el Gran Buenos Aires se repiten situaciones similares en centros de distribución, con acusaciones de despidos injustificados y represalias sindicales.
Las promesas del gobierno y la trampa de los capitales
El Ejecutivo argumenta que la salida de Carrefour es una “evaluación normal de activos” y la enmarca en la “protección de empleo”, pero esta narrativa oculta la lógica real: el mercado se impone sobre los derechos. El discurso oficial que apuesta a la “inversión extranjera” ignora que estas empresas solo buscan ciudades rentables y si la ganancia cae simplemente se van.
Se promete reactivación con inversión, pero el capital financiero ajusta costos y deja a la clase trabajadora pagando las consecuencias.
La salida de Carrefour es una muestra palmaria de cómo el capital global responde a las caídas de ganancia: retirándose y dejando un tendal de despidos. Aun con promesas de “mesa de diálogo” y migración de empleados, el cierre de sucursales y los miles de puestos en vilo muestran que no alcanza con parches laborales.
Hay que organizar la resistencia de los trabajadores a los despidos, la mayor precarización laboral y otros ataques que vendrán seguramente de la mano del “traspaso-venta” a otros capitales. Asambleas desde ya para preparar esta intervención.

