Políticas
14/7/2025
Uno de cada diez trabajadores bonaerenses está desocupado
Milei y Kicillof son cómplices en el ajuste y el ataque a los trabajadores y el empleo.
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Georgalos.
La desocupación en la provincia de Buenos Aires llegó al 9,3%, con un salto del 1,3% respecto a igual periodo del 2023, en lo que es un claro deterioro del empleo en uno de los principales conglomerados industriales del país. Una crisis que se profundiza con las políticas de ajuste de Javier Milei y con la complicidad de Axel Kicillof para dejar pasar los despidos y las maniobras patronales.
El dato se desprende del informe publicado por el Ministerio de Economía bonaerense para el primer trimestre del 2025 y da cuenta de la crisis económica y social que afecta a cientos de miles de trabajadores, con 613.000 desocupados en los 24 partidos del Gran Buenos Aires, 40.000 en la región de La Plata, Berisso y Ensenada, 20.000 en Mar del Plata, entre algunos lugares.
Como fenómeno asociado también se detectó una importante tasa de subocupación (10,8%) y el crecimiento de los indicadores de trabajo precarizado (informal y cuentapropistas), medio utilizados por las patronales para desconocer derechos de los trabajadores.
El ministro de Producción bonaerense, Augusto Costa, reconoce que en el primer año de Milei se perdieron alrededor de 77.000 empleos registrados en la provincia, añadiendo que “uno de cada 4 empleos perdidos fue en el sector industrial manufacturero” (Ámbito, 12/7), señalando además que pudieron detectar unas “885 empresas que aplicaron medidas como reducción de personal, vacaciones anticipadas, suspensiones, eliminación de turnos u horas extras y retiros voluntarios” (Idem).
El gobierno de la provincia de Buenos Aires le achaca toda responsabilidad a la política del gobierno nacional, pero nada dice de su actividad colaboracionista con las patronales por medio del Ministerio de Trabajo y su negativa a respaldar los reclamos y conflictos gremiales de los trabajadores.
El gobierno de Kicillof deja pasar los despidos, suspensiones y ajuste, como ocurre actualmente con los trabajadores de Secco, donde la patronal busca eliminar el convenio colectivo de Luz y Fuerza e imponer retiros “voluntarios”; con los trabajadores de Georgalos, con una patronal que directamente desconoce la conciliación obligatoria y persigue a activistas y luchadores; con el ajuste aplicado sobre el Astillero Río Santiago y sus trabajadores; o la ofensiva permanente de las patronales del neumático contra los trabajadores del Sutna, donde Kicillof ha llegado a respaldar a las patronales con efectivos policiales.
Un estudio del centro de investigaciones Fundar estima que esta situación podría agravarse en todo el país, con unos 430.000 despidos en puerta debido a la desregulaciones comerciales de Milei y la ofensiva de las patronales, lo que de seguro golpeará con fuerza en la industria bonaerense y en el empleo.
La burocracia sindical, a su vez, colabora con el ajuste en curso, aislando las luchas y dándole la espalda a los trabajadores, mientras negocian con el gobierno la flexibilización de los convenios y la reforma laboral antiobrera con el falso argumento "preservar los puestos de trabajo".
Las supuestas políticas de Kicillof para enfrentar el ajuste de Milei están orientadas a ofrecer garantías excepcionales a los capitalistas (créditos, exenciones impositivas, flexibilidad, etc.), pero no a preservar los puestos de trabajo y condiciones laborales de los trabajadores. En este punto existe una unidad de intereses capitalistas en aprovechar la volteada para atacar los convenios colectivos e imponer condiciones laborales a la baja. Algo que también expresó Cristina Kirchner cuando manifestó que había que empezar a pensar en un “Estado eficiente”.
Quienes sí hacen algo real por evitar este descalabro son los trabajadores, que emprenden acciones de lucha, paros, piquetes, movilizaciones y reclamos en defensa de sus puestos de trabajo y condiciones laborales, y que muchas veces deben enfrentar el silencio cómplice de los funcionarios de Trabajo e incluso los operativos policiales montados en defensa de las patronales. Una referencia para todo el movimiento obrero sobre cómo enfrentar los despidos es el de los gráficos de Morvillo, que se mantienen firmes ocupando la planta para defender la continuidad laboral.
La única garantía contra los despidos y en defensa de empleo es la lucha obrera hoy, contra toda falsa expectativa de un 2027 lejano y contra quienes acusan al gobierno nacional pero aplican el ajuste en sus provincias, como lo hace Kicillof y el peronismo.


